Ahora, en conversación con la revista Empire, Kinberg postuló que ha tenido que "vivir con la culpa durante muchos años" por los resultados de la tercera película de la franquicia, pero también explicó que hubo factores externos que afectaron su realización. Uno de ellos fue la imposición de la historia de la vacuna que suprimía el gen mutante.
"En algún punto en el camino, no porque la película lo necesitase, la trama A fue impuesta en la película desde fuera", explicó. "Aunque hubo varias cosas de X-Men 3 que creo que sí funcionan, para mi, el tono de la película no era de mi agrado (...) no contamos una historia auténtica del Fénix Oscuro", recalcó.
Reconociendo que decidió hacer la película tras una sugerencia de Jennifer Lawrence, el director también plantea que "en algún grado" su intento también apuntará a revertir lo hecho en X-Men: The Last Stand. De ahí que reconozca la presión para hacerle justicia a la que considera como "la más grandiosa historia de superhéroes en la historia de los cómics". Sin embargo, no esperen que sea igual.
"Hay un montón de cosas de los cómics que no están en la película y cosas de la película que no están en el cómic", explicó. Inclusive reconoce que se tomó "un montón de licencia" a la hora de adaptar el material original.
En ese sentido, personajes como Lilandra, la reina del Imperio Shi'ar, fueron removidos porque Kinberg quería "una historia más basada en los personajes y más emocional".
"Eso es algo que creo que no hicimos bien en X3, la emoción de estar dentro de la experiencia de Jean. No era realmente la historia de Jean. Ella era el objeto de esa historia, no el sujeto", agregó prometiendo que, aunque Sophie Turner no es la mayor estrella en el elenco, esta es su película.
Dark Phoenix llegará a los cines el próximo 6 de junio.