Review | Xperia XZ Premium: ¿Me puedo dar un lujo?

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El tope de línea de los teléfonos de Sony es un gran espectáculo de trucos y funcionalidades que suenan bien en el papel, pero que olvidan que su principal función es ser un teléfono.


Más de alguna vez nos ha tocado ir a un centro comercial, pasar por las tiendas de electrónica y ver uno de esos televisores perfectos. Esos con una pantalla que solo puede caber en un espacio así de grande, con la imagen que se ve mejor que la realidad misma y con un precio que ni siquiera tienes ganas de preguntar.

Y en la tienda lo saben, ya que la función de ese televisor no es necesariamente venderse, sino que ser una suerte de atracción circense digital, una que genere la ilusión de que algún día podremos tener algo así mientras el resto del tiempo tenemos que conformarnos con la pantalla que encontremos en oferta.

Así mismo es como me gusta describir al Xperia XZ Premium, el móvil más lujoso y pretencioso que lanzó Sony este año y cuya premisa es precisamente presentarse como el equipo con las funciones más impresionantes del mercado.

Si el XZ Premium fuera una persona buscando trabajo, sería de esas cuyo currículum está lleno de logros y alabanzas en prácticamente todas las áreas, eso que a muchos les gusta llamar sobrecalificado. Su bio de Twitter estaría llena de siglas y de números rimbombantes, y claro, nadie dice que esté malo tenerlos, pero lo que importa es saber qué hacer con ellos.

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Un breve repaso por las características del teléfono nos hacen ver esto: la pantalla es 4K, la cámara no solo tiene 19 megapixeles sino que también es capaz de grabar en cámara ultra lenta, a 960 cuadros por segundo. Es, además, resistente al agua, compatible con PS4, 64 GB de almacenamiento, 4 GB de RAM y un Snapdragon 835 que simplemente vuela.

Todas características que se ven muy bien en la caja del producto, en su publicidad y por supuesto que en este review, pero ¿hacen de este, automáticamente, el mejor teléfono del mercado?

Yo siento que no, y no porque no funcionen como lo prometido, sino que, a pesar de sorprenderme de manera técnica con cada una de sus características, en la práctica extrañé que todo esto funcionara en pos de ser un teléfono móvil más que un gran desfile de trucos y espectáculos.

La pantalla 4K, por ejemplo, opera solo cuando está viendo contenido de ese tipo, lo que me parece bien ya que de otra manera drenaría demasiado la vida de la batería. Pero ¿realmente queremos ver una serie de Netflix o un video de YouTube en 4K en la pantalla de un celular? A pesar de que si, la diferencia se nota un poco, sobre todo si lo tienes muy cerca de tus ojos, el 4K está diseñado para ser disfrutado en pantallas mucho más grandes. Así que es un gran truco, pero no indispensable.

Si podría servir para disfrutar del contenido que tu mismo has grabado o tomado gracias a sus excelentes cámaras. La trasera, de 19 megapixeles y la frontal, de 13, toman grandes fotos con un nivel de detalle del cual no estamos acostumbrados. Las selfies mostrarán esos detalles que no quieres que se vean, pero eso ya es culpa tuya y no de una cámara que simplemente hace su trabajo.

El resultado de las fotos no son tan coloridas como las que salen de teléfonos como Samsung, pero eso es precisamente porque los resultados son mucho más reales que los de otras cámaras que al parecer vinieran con el filtro incorporado.

La cámara ultra lenta, por otro lado, funciona pero no de una manera muy intuitiva, ya que no lo hace cuando tu quieres, sino que es una suerte de efecto que se agrega a un video en velocidad tradicional. Se ve lindo, pero de nuevo, no es nada que te vaya a hacer querer este teléfono por sobre otro.

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También puedes vincular el teléfono con tu PS4, agregarle un mando de la consola por Bluetooth y controlar tu PS4 a distancia, mirando el contenido del televisor por streaming en tu pantalla. Si tienes una buena conexión a WiFi, el modo funciona y es ideal para cuando alguien está usando el televisor, pero no se recomienda para juegos que requieran reflejos rápidos. Piensa más en RPGs, juegos tácticos o incluso, para revisar desde otro lugar de la casa si es que se terminó una descarga.

El teléfono viene con aplicaciones de realidad aumentada incorporadas, otras para grabar en 4K, para mejorar el sonido, para crear códigos NFC y más. Sin embargo, el XZ Premium tiene el mismo problema que tiene nuestra selección chilena: un grupo de estrellas, sin la dirección adecuada, no es un equipo sino que 11 estrellas individuales. Y sabemos que eso no funciona.

Y la falta de dirección en este equipo se nota en dos partes fundamentales: la primera, en el diseño. A muchos les gusta llamar como clásica a la apuesta del Xperia. Yo simplemente la llamo floja. Ya son años y años repitiendo el mismo formato que, en el año de las pantallas sin bordes y biseles cada vez más delgados, el Xperia se sigue viendo como del 2014, precisamente porque viene desde allí. La calidad de su pantalla se ve mermada por estos grandes bloques negros que hacen que todo parezca un poco más pequeño y compacto que en la competencia.

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Junto con esto, el software con el que viene el teléfono también parece cavernario. La cantidad de bloatware que trae es la de siempre, con muchas aplicaciones extras que pueden ser perfectamente reemplazadas por aplicaciones de Google y otras decisiones tan extrañas como que la cámara para grabar en 4K sea diferente a la de la cámara tradicional.

Pero entiendo también que hay gente acostumbrada a todo esto. Que los acabados de cristal les llaman mucho la atención, que poder sacar la mejor foto con un celular rápido y cuya batería dure todo el día son suficientes como para olvidar la flojera en el diseño. Y ese es el verdadero pecado del equipo: todo funciona bien, pero no hace nada para atraer a los que nunca han tenido un Xperia.

El XZ Premium es una demo técnica en tu bolsillo, un Ferrari en una ciudad llena de tacos y caminos de tierra. Un equipo para sacar, impresionar a tus amigos y guardarlo, pero no mucho más que eso. Y es que mientras Sony hizo un gran esfuerzo para dotarlo de la mayor cantidad de características posibles, olvidó que a veces la gente no busca números, sino que una experiencia completa.

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