El día en que Zalo Reyes se reencontró con su fiel amigo Rocky
En uno de los momentos televisivos más impactantes de nuestra historia, el Gorrión de Conchalí se volvió a juntar, en cámara, con su fiel mascota perdida
Corría abril del año 2010 y Zalo Reyes, el Gorrión de Conchalí, se encontraba literalmente con una lágrima en la garganta. Pero esta vez no era por culpa de un desamor, sino que por la desaparición de Rocky, su perro fiel al cual había agarrado un gran cariño en los últimos años.
Rocky, un can de cabellera blanca y abundante, llegó a la vida de Zalo cuando este, producto de sus enfermedades y complicaciones por la diabetes, debió pasar más de un año y medio en silla de ruedas. Fueron en esos momento difíciles con los que Rocky alumbró la vida del cantante nacional, a quien comenzó a considerar como parte de su familia.
"Rocky será mi último perro y voy a envejecer con él", señalaba en esa época a los medios que reportaban una de las grandes tragedias en la vida del cantante: Rocky había desaparecido sin dejar rastro. Fueron ocho días en los que el ídolo de la canción cebolla buscó sin descanso a su querido perro por toda la comuna de Conchalí, pero no había caso.
El caso llegó a la prensa y de la prensa, a la TV. Fue Chilevisión Noticias quienes, en su momento, acudieron a la casa del ídolo para entrevistarlo y ayudarlo en la búsqueda. Lo que nadie sabía en ese momento sería que, en medio de la entrevista, quedó inmortalizado uno de los grandes milagros grabados por una cámara de TV: Rocky, el perro perdido, había regresado al hogar en medio de la nota. Y la reacción de Reyes, imperdible.
https://www.youtube.com/watch?v=CFZrO36ufB0
Un momento demasiado bueno para haber sido improvisado, y la verdad es que desde Mouse, tenemos nuestras dudas. Esto porque si bien en la nota se señala que la llegada de Rocky frente a la cámara no había sido planificada, la verdad sugiere que el perro fue encontrada por dos hermanas dueñas de un local llamado Las Duquesas, quienes encontraron al perro, lo alimentaron y luego se percataron, gracias a que la información ya era de dominio público, que se trataba del travieso Rocky.
Ese dato es el que rompe la ilusión sobre la llegada inesperada del can, quien en realidad no andaba perdido, sino que estaba siendo muy bien cuidado. De todas formas, y a pesar de que la evidencia cuente lo contrario, nos gusta seguir pensando en la ilusión y la inocencia del momento, uno en donde como el mismo Zalo Reyes señaló en su momento, que por fin entendió lo que las madres sienten cuando pierden a uno de sus hijos. Y la alegría genuina del reencuentro no nos deja pensar en otra cosa.
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