Hablar de zombies en los videojuegos es hablar de Resident Evil, Left 4 Dead, The House of the Dead o, si abarcamos hasta lo más reciente, The Last of Us, por dar algunos ejemplos.  Incluso ahora vuelven a ser tendencia dado el próximo lanzamiento del remake de Resident Evil 2. Nombres como estos están presentes dentro de quienes tengan al menos una noción básica del género. Sin embargo, la cuarta generación tuvo una entrega que involucraba muertos vivientes de una manera distinta a como eran tratados en el cine o en los pocos títulos jugables de aquel entonces.

Lanzado en 1993 por Konami y desarrollado por LucasArts, Zombies Ate My Neighbors nos pone en la piel de Zeke y Julie, dos adolescentes luchando no sólo para sobrevivir dentro de un desolador panorama, sino que también por salvar a sus vecinos de tan siniestras criaturas mientras buscan armas, llaves y todo tipo de artilugios que favorezcan su paso.

Para avanzar al siguiente nivel hay que rescatar a los sobrevivientes, pero también pueden ser eliminados por nuestros enemigos. De no lograrse en su totalidad, se debe asegurar a todos los posibles para progresar. Al menos uno debe ser rescatado para evitar perder y enfrentarnos al tan temido Game Over.

De esta manera, tendremos que recorrer escenarios cotidianos como suburbios o centros comerciales, y otros menos frecuentes como pirámides y castillos medievales. En todos la tónica es la misma: evitar cualquier ser indeseable usando nuestros medios y salvar a los vecinos para poder avanzar de nivel. Simple, pero más que efectivo para un juego de las siempre queridas Super Nintendo y Sega Genesis.

La duración del juego no es un problema, con la no despreciable cantidad de 48 niveles, junto a 7 bonus opcionales. Además, la existencia de Passwords nos permitía volver a un determinado punto en el caso de ser derrotados.

Los vecinos, por su parte, podían ser turistas, bebés, profesores, cheerleaders, militares (¿Por qué debemos salvarlos teniendo armas más efectivas que las nuestras?), investigadores, parrilleros e incluso perros. No haber salvado a uno de estos último puede provocar que nos transformemos fácilmente en un John Wick matando zombies.

Además, no se trata de simplemente usar cualquier arma disponible a diestra y siniestra, sino que debemos saber cómo y cuándo usarlas. Ejemplo de esto son los crucifijos y la plata contra los vampiros y hombres lobo, respectivamente.

Los zombies son todos iguales entre sí, por lo que sería muy monótono si fueran solo ellos los antagonistas. Afortunadamente no es así. Si bien son los más frecuentes, hay criaturas sacadas de todo tipo de películas de terror. Como ya mencionamos, tenemos clásicos como vampiros y hombres lobo, además de momias, otro emblema del género durante la década del 50. Sin embargo, también hay inspiración de personajes de cine más contemporáneo, ¿O alguien dirá que ese peligroso sujeto armado con una motosierra no le recuerda a Jason Voorhees? The Fly y The Creature of The Black Lagoon son otras cintas a las que encontramos referencias a lo largo del juego.

Extraterrestres, clones, arañas gigantes, hongos, tentáculos e incluso un enorme bebé malintencionado son otros enemigos dentro del juego, aunque siempre siendo los principales nuestros poco queridos muertos vivientes. Incluso nosotros podríamos convertirnos en una especie de monstruo si encontrábamos una pócima que nos daba una apariencia peligrosa y mucha fuerza.

Uno de los principales atractivos del juego es que su imagen de terror es básicamente una parodia al género. No nos asustamos en ningún momento, a diferencia de tantos otros títulos. Dicho esto, ni siquiera es debido a las limitaciones de las consolas de la época, sino que por su tono más relajado. Hasta las armas eran casi una broma, ya que, con algunas pocas excepciones, son en su mayoría objetos inofensivos como pistolas de agua, tomates, bebidas gaseosas o paletas de helado. Una bazooka sería una excepción a esto, ideal para destruir a esos monstruos de mayores dimensiones.

Zombies Ate My Neighbors puede no resultarnos una obra gore o demasiado sangrienta ahora, pero en su momento enfrentó más de alguna polémica. Nintendo no quiso ninguna alusión a la sangre en la edición de su consola, cambiándola por una sustancia morada. Además, en países como Reino Unido, Italia, Francia, España, Finlandia, Dinamarca, Noruega, Suecia y Alemania, fue lanzado simplemente bajo el título Zombies, evitando la macabra referencia principal.

Sin ser necesariamente un éxito inmediato tras su lanzamiento, Zombies Ate My Neighbors fue cada vez más aclamado dentro del catálogo de ambas consolas, citando su modo de juego, soundtrack, modo de dos jugadores e incluso gráfica como lo mejor del mismo. Su éxito posterior llevó a LucasArts a desarrollar una secuela que no gozó de su buena recepción, llamada Ghoul Patrol, aparecida al año siguiente exclusivamente para la Super Nintendo. Por esto y más, quedó como un ejemplo de una entrega única en su género.

El hecho de que el juego sea tan liviano en el sentido de su violencia y nivel de terror lo hace único en su tipo. Actualmente, las escenas llenas de gore y la oscuridad reinan el panorama del género, siendo una fórmula probada y más que segura por parte de los desarrolladores, y su éxito así lo confirma. Sin embargo, queda la duda de cómo funcionaría un título así en plataformas actuales y en tiempos donde prima el horror más profundo.  Mientras nos preguntamos que pasaría con algo en esta línea, sigamos disfrutando de un clásico que el tiempo lo elevó a una categoría más que merecida.

https://www.youtube.com/watch?v=p0tBqLu_yk0