Es uno de los triunfos más importantes del automovilismo nacional. Para algunos es sencillamente la victoria más trascendente a nivel internacional. Y ocurrió hace exactos 25 años, la noche del 11 de octubre de 1997 en Las Vegas.
Como si hubiese sido parte de un guión cinematográfico, la última fecha de la temporada de la Indy Racing League (IRL) se disputaría en la ciudad donde millares de personas se ilusionan con cambiar su destino.
Para Eliseo Salazar también era la oportunidad de cerrar una etapa triste, quizás la más amarga en su carrera deportiva. Meses antes, en enero del ‘97, un accidente en el circuito de Orlando casi le cuesta la vida al chileno, quien perfectamente pudo haber dicho adiós a las carreras.
Pero el deseo por estar en la pista pudo más. Y tras una dolorosa recuperación, logró llegar a disputar a Las Vegas una carrera que quedaría para siempre en la historia del deporte nacional.
El monoplaza de Eliseo Salazar con el número 7 en la carrocería y con la bandera chilena en la trompa era parte del Team Scandia.
Para ese día, el chileno no era el principal candidato, lo que se ratificó en la ronda de clasificación, donde quedó en el quinto lugar.
Pero lo que ocurriría en las 500 millas de Las Vegas no estaba escrito. Era una mano de cartas nueva, un juego que Salazar no iba a desaprovechar.
Según se lee en medios de prensa, la carrera comenzó con condiciones de frío y viento que causaron problemas en los neumáticos. Esto derivó en dos accidentes medianamente tempraneros, con Greg Ray deslizándose contra la pared en la vuelta 38 y luego Sam Schmidt haciendo un trompo que lo llevó a impactar la pared. Esa acción además llevó a que Buzz Calkins y Jack Miller chocaran contra los escombros del auto de Schmidt, debiendo abandonar ambos.
En la punta de la carrera, el poleman Billy Boat estuvo liderando por algunas vueltas, pero después Jeff Ward tomaría esa posición hasta que tuvo problemas con el motor. Mark Dismore también encabezó por momentos, lo mismo que Affonso Giaffone, hasta que Salazar se hizo cargo.
El nacional lideraba con seguridad, pero a falta de un par de vueltas, un espantoso accidente de Roberto Guerrero -voló tras impactar a otro monoplaza y su auto quedó destrozado, por suerte, sin mayores lesiones para el colombiano- compacto el grupo y Salazar debió soportar el ataque final de Scott Goodyear. Pero el empuje del canadiense no fue suficiente para arrebatarle a Eliseo su primera victoria en la IRL, noche que también vio el festejo de .Tony Stewart como campeón de la temporada 1997.
Tras la carrera, el chileno reconoció que “nos hemos preparado muy duro durante toda la temporada, hemos realizado pruebas, hemos trabajado con el motor y todos han estado muy concentrados. He entrenado bien, estuve comiendo las cosas correctas, entonces no es más que la preparación correcta”.
Años más tarde, Elíseo Salazar recordaría en La Tercera una anécdota de ese día. “Mi primer triunfo en la Indy, en 1997. Me dieron un premio de US$ 150 mil. A quienes estaban en el podio les permitían un tiro de ruleta y, si salía tu nombre, lo duplicabas. Lancé por cumplir, pero quedé cerca de ganar. Me quería matar”, dijo sobre esa noche.
Hoy fue el propio Eliseo quien recordó en su cuenta de Instagram lo que vivió hace un cuarto de siglo.
“11 de Octubre….25 años atrás…el mayor triunfo de mi vida deportiva, no por haber ganado esa carrera de IndyCar en Las Vegas, probablemente otros hitos fueron igual o más importantes, sino que por el triunfo personal de haber superado la adversidad, de haberse recuperado de un accidente y haber vuelto a ganar en la categoría más rápida del mundo. Gracias a tanta gente, como Uds., que nos mandó energía, cuando se hacía difícil creer en una UCI, que podíamos volver a las pistas”.