Hoy temprano te contamos del anuncio de Bentley, la histórica firma británica -y de larga tradición en el motorsport- que dejará de producir autos con motores térmicos para volcarse completamente a la electromovilidad (ver nota). Casi al mismo tiempo, otro actor icónico movió sus piezas en el sentido exactamente opuesto: Ferrari rayó la cancha y prometió, en la voz de su director ejecutivo Louis Camilleri, que nunca renunciará a los motores a combustión que lo han hecho tan famoso en la calle y en la pista.
En concreto, con motivo del balance del tercer trimestre, Camilleri sostuvo que no ve jamás que Ferrari vaya a pasarse 100% a la electricidad y que mientras él viva tampoco alcanzará siquiera al 50% del line-up de la marca italiana. En paralelo, el ejecutivo reportó ganancias para Ferrari por € 171 millones entre julio y septiembre, según recoge Jalopnik.
Si bien es cierto que sería difícil imaginar a Ferrari como una marca totalmente electrificada, tampoco es menos verdad que el Cavallino Rampante ya cuenta con este tipo de experiencia en la Fórmula 1 y que ha dado pasos importantes en la inclusión de la electricidad en su portafolio. En 2013 presentó el Ferrari LaFerrari, su primer deportivo híbrido convencional, y el año pasado develó el SF90 Stradale, una bestia híbrida enchufable de 1.000 Hp y cuatro motores (tres eléctricos y uno a combustión), pero cuyo 80% de vigor tiene como origen un tradicional bloque V8 turbo de 3.9 litros.
Por ahora (ya se verá pronto), que los motores Ferrari sigan rugiendo...