Tesla o Elon Musk siempre están en la palestra. Ahora la firma de vehículos eléctricos es acusada de falsear la autonomía de sus autos. Es decir, sus capacidades eran unas, pero las pantallas mostraban otra cosa para satisfacer a sus clientes.
Y no solo eso, pues, según la investigación de la agencia Reuters, Tesla creó un equipo dedicado exclusivamente a cancelar revisiones de clientes descontentos, porque la autonomía real de sus autos no se correspondía con la anunciada en el momento de la compra.
La sección en cuestión, llamada internamente como Equipo de Desviación, fue creada luego de que los servicios de atención al cliente no dieran abasto ante tantas quejas.
El departamento instalado en Las Vegas tenía la misión de cancelar 750 revisiones semanales y llegó a lidiar con hasta 2.000 casos por semana. Cada cita cancelada suponía 1.000 dólares ahorrados para la empresa, según comunicaron los superiores a los comerciales.
El equipo procedía así. Tras conversar con el cliente, se le mandaban mensajes de texto a su teléfono con alguna instrucción sencilla o avisos. Entonces, su vehículo empezaba a mostrar algunos mensajes en la pantalla, como “Estado de verificación” o “Chequeo remoto”, aunque en realidad no ocurría nada. “No es necesario que venga a reparar nada”, “su auto está bien” o frases similares eran oídas al otro lado del aparato, y los clientes solían desistir ante el trajín administrativo.
A efectos prácticos, Reuters explica que “se les dijo a miles de conductores que no había ningún problema en su auto” sin ni siquiera comprobar si era así.
El cálculo de la autonomía
Se sabe que la autonomía homologada de los autos eléctricos no se corresponde con la autonomía real, por la sencilla razón de que la homologación tiene lugar en unas condiciones perfectas que son muy difíciles de replicar en el mundo real.
Por norma general, la autonomía real es siempre un 12,5% inferior a la autonomía homologada según se desprende de un informe publicado en abril por SAE International que tenía en cuenta los vehículos de 21 marcas distintas. Sin embargo, la desviación de Tesla es aún peor, del 26%, según el mismo análisis.
Y aquí está la madre de todos los problemas: que el ordenador de a bordo del auto no siempre ofrece un dato real.
“Hace años, Tesla empezó a exagerar la autonomía potencial de sus vehículos manipulando el software que la calcula”, reza la investigación de Reuters, que cita una fuente anónima que participó en el desarrollo del programario.
“La compañía decidió hace una década, por razones de márketing, escribir algoritmos de cálculo que darían cifras optimistas a sus conductores sobre los kilómetros que pueden recorrer con una batería completa”.
“Luego, cuando la batería cae por debajo del 50%, el algoritmo muestra una proyección más realista para lo que les queda de autonomía”, señala la misma fuente, que señala a Elon Musk como el ideólogo de esta filosofía.
Este software se programó en los orígenes de Tesla, cuando sólo tenía el Model S y el Roadster a la venda, y Reuters señala que es imposible saber con seguridad si todavía se usa en los vehículos que se comercializan actualmente.