¿A quién le gusta andar con el auto limpio? Obviamente todos responderán de manera afirmativa, ya que siempre es un agrado andar con el vehículo pulcro, tanto en el exterior como en su interior. Eso sí, aunque se aplique la mejor cera o se aspire a diario el habitáculo, de todas maneras pueden quedar virus, bacterias y malos olores.
Para atacar ese tema, la empresa Airlife lleva 25 años trabajando en la purificación de ambientes, buscando ofrecer aire puro. Gracias a la denominada tecnología Oxiyion desarrollada por especialistas en nuestro país, la compañía fue creciendo y validando su trabajo en múltiples lugares, lo que le valió el respeto y la aceptación del mercado.
En la industria automotriz, su penetración fue rápida, eso sí, el objetivo es ampliar el rango de acción por lo que apuntaron los dardos a nuevas áreas de negocio con el objetivo de aumentar la venta.
Pero el buen momento que atraviesa Airlife no llegó de un día para el otro.
Según nos comenta Rodrigo Seguel, gerente de ventas de Transport Chile de Airlife, “el producto siempre ha sido purificación de aire. Nace hace más de 25 años, es una empresa de origen chileno, el fundador es de la V Región, y nace como purificación de aire para la agroindustria. En esa época estaba el boom de la exportación de fruta hacia Estados Unidos y Japón y surge este invento que permitía que la fruta pudiese navegar tres meses sin un hongo o una bacteria, y entrara libre de químicos a cualquier parte del mundo. Y eso fue lo que se consiguió con la tecnología Oxyion”.
La tecnología Oxyion es una innovación desarrollada por Airlife que permite sanitizar los ambientes y purificar el aire, ductos y superficies del auto a través de la destrucción molecular de microorganismos y olores indeseados de origen orgánico, producidos por humedad, tabaco, alimentos y mascotas, reduciendo los agentes patógenos del aire hasta en un 99,99%, sin perjudicar la salud de las personas y el medio ambiente.
Esta tecnología de Airlife permitió establecer una compañía con enorme potencial de crecimiento, tal como nos dice Rodrigo Seguel.
Airlife tiene distintas áreas de acción, entre ellas la de Transporte, enfocada a los vehículos. ¿Hace cuánto empieza esta división?
La división automotriz es la más joven en la compañía, tiene 12 años. En los primeros años, los equipos eran más grandes, cuadrados, de aluminio, que parecían unos calefont, pero se han ido modernizando.
¿Cuál es la penetración de mercado que tiene Airlife?
El 70% de los concesionarios de Chile trabajan con nosotros. El primer importador que se interesó fue Derco, era la novedad, y otro de los pioneros fue Toyota, marca con la que celebramos 11 años hace muy poco.
A ellos les llamó la atención enterarse que el volante tuviera más gérmenes que el timbre de una puerta, ese fue el gancho para las marcas, entregar un habitáculo sanitizado, libre de virus, bacterias, hongos y olores.
¿Cómo fue ese proceso de explicar el producto?
Cuando se lleva a mantención el auto, el momento del lavado es el punto clave para nosotros. Se puede sanitizar un auto sin haberlo aspirado, pero se mantiene un umbral de gérmenes igual. Nosotros tenemos la capacidad de eliminar el 99,9% de hongos, virus y olores, pero cuando no está aspirado y hay residuos de materia orgánica, como de galletas por ejemplo, ese porcentaje empieza a bajar. Entonces ese momento en el taller, cuando lo aspiran, es el punto clave para poner el equipo en los pies del conductor, con el aire acondicionado al máximo por 20 minutos y ahí el equipo toma todo el aire, esa es la materia prima de la tecnología y lo pasa por este equipo y lo va limpiando. Con esto te aseguras que cuando el cliente va a buscar el auto y se sube, siente ese olor a limpio, a fresco.
Durante la pandemia, este sistema debe haber generado más interés en las marcas…
Con la pandemia, más que un quiebre o un salto, hubo una revalidación. Antes de la pandemia, nos veían como un producto adicional, uno más de los que se ofrece el asesor de servicio, pero con la pandemia pasamos a ser primeros en la lista.
¿Cómo ocurrió ese cambio?
Nos movimos muy rápido en ese período. Contamos con una biotecnóloga, una doctora microbióloga especialista en aire y ella junto al equipo de desarrollo, cuando aparece el coronovirus, empezaron a trabajar en la validación y certificación con un instituto americano, por lo que, cuando viene la pandemia fuerte a Chile nosotros ya estábamos avanzando con esta validación.
La certificación internacional entonces fue un apoyo clave a la hora de la validación.
Para mantener nuestra tecnología Oxyion viva en el tiempo se invierte mucho en validación y certificación científica. Hoy día hay más de 50 certificaciones, no solo en Chile, sino que en Estados Unidos y Europa. En mayo de 2020 fuimos los primeros en salir con un certificado de Estados Unidos que decía que eliminábamos el coronavirus humano y eso nos permitió pasar el número 1 para las marcas.
El sistema de sanitización de Airlife es un proceso que requiere presencialidad, ¿cómo lo hicieron en los meses de pandemia, cuando el país estaba detenido?
Como nadie salía a comprar, hicimos acuerdo con las marcas y concesionarios para hacer una promoción de un sanitizado 2x1, o sea, por cada dos sanitizados pagaban 1. Pero la idea era que esos dos sanitizados se hicieran al mismo auto, primero en el ingreso del auto para que los mecánicos pudiesen trabajar tranquilos y luego en la salida para cuando el cliente retirara el auto.
Esa acción, sumado a la validación internacional con más de 50 certificaciones, nos ayudó mucho y dejamos de ser un adicional para pasar a ser una necesidad.
Airlife tiene presencia en 14 países, ¿cómo se comportó este negocio de sanitización en los otros mercados?
En todos los países pasó lo mismo. En España se triplicó la venta, en Perú se duplicó y en Chile crecimos fuerte, más o menos un 50%, pero hubo diferencias. En España, por ejemplo, se creció tanto porque el país siguió funcionando, pero en Chile la cuarentena fue más larga, acá nadie salía, los concesionarios estaban cerrados y eso nos pegó en algún momento, pero saliendo de eso la venta aumentó y llegó a duplicarse, hasta que ahora se niveló en un 50%.
En términos de género, en este proceso de crecimiento, ¿quiénes se preocupan más del tema sanitización, hombres o mujeres?
Mi percepción es que las mujeres se preocupan más, sobretodo cuando le comentas que se sanitiza hasta la silla de guagua.
Mirando hacia adelante, ¿cuál es el objetivo en Chile?
Estamos trabajando hace un año enfocados en el retail, con empresas asociadas al transporte. Hoy, solo en talleres tenemos 350 puntos, y ahí atendemos cerca de 25 mil autos al mes, lo que significan unos 300 mil autos al año. Pero hay 5 millones de autos en el parque nacional, por eso enfocamos al retail y hemos hecho alianzas con empresas como Autoplanet, con quienes partimos en la Región Metropolitana y ahora nos estamos expandiendo a otras regiones del país.
También estamos con Cabify. Con ellos es un beneficio para el conductor y los pasajeros. Les damos el servicio en las tiendas de Autoplanet donde pueden sanitizar a costo cero para el conductor.
¿Y en números, cuál es la meta que se plantea Airlife?
El objetivo a largo plazo es triplicar la venta, con un parque potencial de 5 millones hay mucho por hacer. Donde hay un auto vemos una posibilidad. Por ejemplo, en la maquinaria de la minería, donde hay turnos, también podríamos estar sanitizando.
¿El transporte público también es opción?
Claro, para el transporte público hay equipos que se pueden instalar en el sistema de climatización de buses. Hemos conversado sobre esto con empresas que le hacen servicios a la minería, pero eso es más reciente.