Alerta de fraude: ¿Cómo detectar si el kilometraje de un auto está alterado?

La manipulación del odómetro a la hora de vender un auto usado es una práctica habitual para poder subir su precio. De ahí, que quienes consideren comprar un vehículo de segunda mano deban estar muy atentos a ello. A continuación, te entregamos algunos consejos para saber cómo funciona esta trampa, por qué se hace y cómo detectarla.




Si bien la venta de autos usados ha caído un 9,3% este año (según datos de Cavem), igualmente se han transferido más de 730 mil unidades entre enero y septiembre. Una cifra para nada despreciable si se compara con las colocaciones de vehículos nuevos.

Y es que la compra de un auto usado puede ser la opción que muchos chilenos tienen para pasarse del transporte público al privado y así tener mayor libertad a la hora de movilizarse por la ciudad, por ejemplo.

Sin embargo, a la hora de adquirir un ejemplar de segunda mano, hay que estar bien atentos a los posibles fraudes, estafas y malas prácticas. Entre estas últimas, se cuentan las alteraciones al kilometraje, las cuales son más comunes de lo que se piensa.

La razón de disminuir el kilometraje de un auto es simple, pues al hacerlo, aumenta el precio de venta. Se presume que a menos uso, menor es el desgaste de materiales y componentes, por lo que la unidad en cuestión estaría en mejores condiciones.

De ahí, que la alteración del odómetro de un auto usado podría resultar altamente perjudicial para quien está comprando. “Trucar el cuentakilómetros podría tener consecuencias fatales, ya que afecta los intervalos de mantenimiento. Por ejemplo, si un auto que tiene 200 mil km, se rebaja a 100 mil km, ya no hará el cambio de distribución a los 250 mil km, sino que el nuevo dueño lo realizará a los 350 mil km, aumentando considerablemente el riesgo de avería”, argumenta Ernesto Miranda, ingeniero mecánico automotriz y docente de la escuela de ingeniería Duoc UC sede Maipú.

Ahora bien, ¿qué tan fácil es modificar el kilometraje de auto?

De acuerdo con Juan Barichevich, director de Mecánica y Electromovilidad INACAP, “los odómetros en general tienen sistemas de seguridad para evitar manipulaciones o alteraciones malintencionadas, por lo que no es fácil alterarlos y menos, no dejar registro o huellas al hacerlo”.

Más allá de ello, tanto los odómetros análogos como los digitales, sí se pueden modificar. Así lo explica Cristina Catalán, de AMC Performance, “el cuentakilómetros análogo es más sencillo de alterar, por lo que lo puede hacer cualquier persona. Hay distintas maneras, ya sea modificando el reloj directamente o también con un taladro que lo ponen en la piola y lo giran en reversa”.

“Con el odómetro digital, es mucho más complejo, porque primero hay que saber mucho de electrónica y segundo hay que tener un muy buen equipo, porque no todos los escáner tienen la capacidad de poder modificar una ECU”.

“Me costaría pensar que hay talleres formales que se presten para algo así, pero si hay un montón de tipos que manejan muy bien la electrónica y se compran un escáner y hacen este servicio. Por comentarios, me han dicho que puede llegar a costar 200 mil pesos”, agrega.

Consejos para no caer

Ante la pregunta: ¿Cómo se podría comprobar cuanto kilometraje real tiene el auto? Los tres expertos consultados coinciden en que una inspección visual, así como una revisión técnica de un especialista y la verificación del histórico de las revisiones técnicas, podrían ayudar a no caer en este fraude.

“La comprobación de cuantos kilómetros tiene un automóvil en el caso de compra venta es responsabilidad de ambas partes y existen al menos tres formas de verificarlo. La primera es revisar el histórico en las revisiones técnicas, ya que desde hace algún tiempo se está registrando el kilometraje. En segunda opción tenemos plataformas digitales como Autofact, en donde está el registro de la información del auto. Y por último, pedir la información del taller en donde se realizó la última mantención, ya que es obligación guardar el kilometraje de cada intervalo”, asegura Miranda de Duoc UC.

Al respecto, Catalán de AMC Performance señala que “además del sistema de validación de Autofact, yo me valgo también de la inspección visual, ya que, por ejemplo, si yo tengo un auto de 100 mil kilómetros y miro el vano motor y éste tiene plásticos quemados, o bien, los asientos o el volante están muy gastados, podría darme cuenta a través de estos datos visuales si el vehículo pudo haber pasado por la máquina del tiempo”.

Barichevich de INACAP, agrega: “los odómetros tienen un sellado y protección física dentro del panel de instrumentos, por lo que es clave revisar si hay, en términos visuales, algún tipo de rastro o indicio de manipulación en el tablero”.

“Los odómetros digitales, en tanto, están conectados al sistema informático del vehículo y están protegidos con códigos y contraseñas de seguridad. Todos los datos que genera el odómetro, están respaldados en el computador del vehículo, por lo que se puede verificar al escanear el vehículo y sacar un registro del kilometraje”.

Finalmente, se puede realizar un cálculo simple para estimar el kilometraje del auto. Para ello, se debe considerar el auto de fabricación del vehículo y el tipo de uso que se le ha dado (ya sea uso diario o esporádico). Así un auto en la ciudad, suele recorrer entre 15.000 km a 20.000 km al año, por lo que si estoy comprando un auto usado del año 2020, es decir, de casi 4 años, es esperable que no tenga más de 80.000 kms. Si está por debajo de esa cifra es posible que se esté frente a un engaño.

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