Hace 40 años fallecía en Los Ángeles, California, uno de los directores de cine más trascendentes del siglo XX. A Con ocho décadas a cuestas y decenas de éxitos en la pantalla grande decía adiós Alfred Hitchcock, el maestro del suspenso.
Pero el responsable de filmes como Los Pájaros y Vértigo, quien sabía captar la tensión y llevarlo al máximo con su narratividad, también escondía temores que se veían en reiteradas ocasiones en sus películas. Una de ellas era el relacionado con estar frente al volante.
Es que estar manejando era algo que no le atraía, de hecho, muchas veces comentó que “no conduzco porque tengo miedo a la policía”. Esa frase también se le escuchó cuando llegó a Estados Unidos, que le temía a las multas. Y eso bastó para que la prensa creara toda una historia del tema, diciendo incluso que no manejaba por que no sabía hacerlo.
Sin embargo, eso no era así de hecho, en Hollywood era sabido que el director conducía para llevar a su hija a la escuela y a la iglesia. Es más, en 2008 fue subastado el carné de conducir de Alfred Hitchcock en una cifra cercana a los 10 mil dólares
El temor salta al cine
El terror que le daban los policías al afamado director tiene una explicación en su niñez. Todo comenzó a los seis años, cuando su padre le envió donde un policía con un papel. El policía vio la nota y encerró al pequeño Alfred durante una hora. El papel decía “encierre a este niño. Se ha portado mal”.
Esos temores luego se traspasaron al cine, tal como se vio en Psicosis, donde Janet Leigh está durmiendo en un auto, alejado de todo el mundo, sin embargo, de la nada aparece un policía y la despierta con golpes en el capó.
Otros estudios acerca del director señalan que el verdadero temor del director no era a las multas ni los policías, sino a perder el control del vehículo. De ahí que muchas escenas ocurran en estrechas carreteras o con escapatorias.
Una de las más recordadas aparece en Los Pájaros, donde Tippi Hedren arranaca a toda velocidad en un Aston Martin DB2/4 coupé de 1950.
Y entre todos los actores que pasaron por su dirección, fue quizás Cary Grant el que más ejemplifico el terror en un vehículo. En el filme Encadenados, Grant va de copiloto en un Cadillac serie 62 Convertible, pero sufre por la forma de manejar de Ingrid Bergman y mira constantemente el velocímetro. Hasta que los detiene un policía.
También en el asiento de copiloto viaja Grant en Atrapa a un Ladrón. Ahí, quien maneja es Grace Kelly, quien acelera al máximo un Alpine Sunbeam de 1953 para escapar de un Citroën 11 por la Costa Azul
En Con la muerte en los Talones (North by Northwest) se repiten las carreteras estrechas. Y Grant maneja bajo efectos del alcohol en un Mercedes-Benz 220 SE Cabrio. Salva de milgaro al quedar con una rueda colgando en un precipicio y luego es detenido por…un policía.
Como se ve, aunque los autos no fuesen una temática que trabajara, siempre tuvieron un papel relevante a la hora de contar historias y sembrar el suspenso, como solo el maestro supo hacerlo.
Fotos: IMCDB