Parece una cuestión de perogrullo. Habría que estar demente para dejar un descapotable expuesto al frío extremo, pero en Lexus tuvieron la buena idea de mostrar que incluso si eso ocurriera, sus modelos son capaces de sacudirse de esa condición, arrancar y adaptar la cabina a un ambiente mucho más benévolo con sus ocupantes.
Así fue el experimento...
La marca japonesa detalla que el Lexus LC Convertible estuvo en un congelador por 12 horas a -18º C, con la capota guardada en el maletero. Transcurrido ese tiempo, el vehículo fue puesto en marcha y llevado inmediatamente a un test de alto rendimiento en pista. “Esa temperatura es suficiente para congelar las gomas, pero incluso antes de ponerlo en el refrigerador se roció una capa de agua para hacer escarcha”, detalla Lexus en su comunicado de prensa.
“Con el techo escondido, era de esperar que los componentes interiores estuvieran en una condición extremadamente estresada y no sería un lugar agradable para nadie; la esperanza era que el sistema de aire acondicionado, los asientos y el volante calefaccionados siguieran funcionando como debían”, agrega el ingeniero Greg Fleming.
Al encendido de botón, el motor V8 5.0 litros de 457 caballos del LC Convertible rugió ‘a la llave’, como dirían los más coloquiales. Asimismo, el piloto Paul Swift relató que en pocos minutos comenzó a sentir el calor en la espalda y el volante, lo que resultó “bastante placentero, considerando que todo estaba a -18º C”. El actual Lexus LC Convertible de corazón atmosférico se presentó a fines de 2019.
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