La IndyCar vio la bandera verde para dar inicio a la temporada el próximo mes de junio en el circuito Texas Motor Speedway, una carrera que se celebrará de noche y sin espectadores en las tribunas. La prueba tendrá lugar el sábado 6 de junio y es una de las que no había sido pospuesta ni cancelada como consecuencia del coronavirus.
El presidente del campeonato, Jay Frye, dijo que se encuentra trabajando con los servicios de salud en un plan que “asegure la seguridad de todos los participantes de este excitante retorno a las competencias para pilotos, equipos y todos los seguidores alrededor del mundo”. El óvalo de Texas, de 1,5 millas de largo (2.400 metros), ha sido escenario de carreras IndyCar desde que abrió en 1997 y suele disputarse después de las 500 Millas de Indianápolis.
Este inicio de temporada se ajustará a la realidad impuesta por la pandemia y en un solo día se realizarán las prácticas, la clasificación y la carrera. Habrá un estricto control del personal que toma lugar en la prueba, con monitoreo de salud para todos quienes participan. Las gradas, por su parte, con capacidad para 181 mil personas estarán vacías.
“Uno de los mayores eventos deportivos del mundo, la Indy 500, ha sido pospuesta hasta agosto por el coronavirus, por lo que toda esa energía, frustraciones y ansiedad acumulada jugarán un papel central en los pilotos", dijo Eddie Gossage, presidente del Texas Motor Speedway.