San Pedro de Atacama. Estreno mundial del nuevo Audi Q8. Minutos de antes de comenzar una breve presentación de producto, conversamos con una de las responsables de la logística del evento y le consultamos por la razón de haber escogido la localidad del Norte Grande.
Ella, una española que llevaba un par de años trabajando para la marca alemana, nos dijo que buscaban algo único, que en Europa estaba todo prácticamente visto y que un modelo como el Audi Q8 merecía un lugar inolvidable. "Cuando llegaron los primeros periodistas de Europa, venían agotados y con cara de pocos amigos. El viaje era largo y su estadía sería de apenas un par de días. Pero luego, cuando veían este sitio, la belleza de San Pedro de Atacama y sus alrededores, se quedaban maravillados. Y esa mirada de asombro es precisamente lo que nos gustaría conseguir con el Audi Q8".
Lo que parecía una conversación de camaradería, terminó por entregarnos una visión conceptual del nuevo buque insignia de la familia de todoterrenos de Audi, modelo que, bajo una apuesta que ataca la versatilidad, la deportividad y la elegancia, abre una nueva era en la dinastía Q.
Audi Q8: Alternativa de a tres
Para conocer el nuevo modelo que debería iniciar su venta en el país antes de que cierre la presenta temporada, nada mejor que una buena ruta de manejo. Cerca de 300 kilómetros, con un ascenso hasta los 4.500 metros de altura, nos esperaban en las próximas horas. En nuestras manos, primero la versión 55 TFSI, que incorpora un 3.0 V6 que desarrolla 340 Hp, asociado al cambio Tiptronic de ocho velocidades que envía la potencia a la tracción quattro. Luego, nos tocaría llevar el 50 TDI, con un motor 3.0 que entrega 286 Hp y un par máximo de 600 Nm. Para el próximo año se espera agregar el 45 TDI (3.0 de 231 Hp).
Estos propulsores se complementan con la innovadora tecnología Mild-Hybrid (MHEV), la cual permite trabajar junto a un avanzado sistema Start/Stop, que puede apagar el motor por hasta 40 segundos al soltar el acelerador, viajando así con la inercia del vehículo. Con eso, se baja un poco el consumo de combustible.
Nuestra primera impresión al ver "en vivo" el Audi Q8 confirmó lo que pensábamos tras conocerlo sólo por fotografías. Es positivo cuando se ve que existe el deseo de evolucionar, de destacar, de posicionarse con un nombre propio. Y es lo que refleja desde lo estético, con una gran parrilla Singleframe de diseño octogonal, que será la nueva cara de la familia Q, además de un spoiler que se inclina hacia la parte delantera y grandes entradas de aire. En resumen, un frontal más atrevido de lo que usualmente veíamos en Audi.
Y no es lo único que deja atrás las líneas más conservadores, siendo lo más llamativo la línea del techo que desciende hacia unos pilares D inclinados, dando forma a una silueta de coupé. También se aprecian guiños al Audi quattro original, y luce pasos de rueda robustos, ventanas de las puertas sin marco, neumáticos de hasta 22 pulgadas y, en la zag, grupos ópticos conectados por una tira de luz que está inserta sobre una superficie negra, cerrando así un diseño que transmite carácter y personalidad.
Pero es en el interior donde mejor se aprecia el salto evolutivo. Sin señas de la era análoga, ahora el Audi Q8 es tecnología digital. Desde el encendido de las luces al sistema de infoentretención, todo se trabajó para hacer el funcionamiento lo más intuitivo posible.
La consola central es el símbolo de este habitáculo que busca replicar la fuerza y el carácter del exterior, tal como nos comentó el máximo responsable del diseño interior, el brasileño Mauricio Monteiro Dos Santos.
Esta consola luce una orientación horizontal, se cruza por una franja en Piano Black que le aporta elegancia, y conecta todos los elementos de manera simple, desde las salidas de ventilación hasta la consola en que se aloja el pomo de la caja de cambios. La máxima de menos es más vuelve a demostrar su eficacia.
En este contexto minimalista, un pilar clave es el sistema MMI Touch de Audi, que permite acceder a casi todas las funciones a través de dos grandes pantallas. La superior, de 10,1", controla los sistemas de infotainment y navegación, mientras la inferior, de 8,6", maneja la climatización, los modos de manejo, las funciones de masaje y ventilación en los asientos.
Lo interesante de este sistema es que tiene un funcionamiento rápido y simple. Cuando se selecciona una función con el dedo, se siente un 'clic" de confirmación (botón háptico) y además el control de voz permite reconocer lenguaje cotidiano. Cuando quisimos elevar la temperatura, bastó decir "tengo frío" para que aumentara el calor al interior del modelo.
Por último, el tablero con el Audi virtual cockpit de serie, completa el tema digital del Q8 gracias a una pantalla de 12,3" donde se nos permite elegir entre dos tipos de vista, ajustables a través del volante multifunción.
Comodidad interior
El nuevo Audi Q8 que llega proveniente desde las instalaciones de Bratislava, Eslovaquia, se instala como el tope de gama, aunque no será el vehículo de mayor tamaño en la firma alemana. Mide 4.986 mm de largo, 1.995 mm de ancho y 1.705 mm de alto, por lo que es más ancho, pero también más corto y más bajo que el Q7, con el que comparte la misma plataforma y la misma distancia entre ejes. El maletero, por su parte, tiene una capacidad de almacenaje de 605 litros, ampliables hasta 1.755 litros con todos los asientos traseros abatidos.
Aunque son casi cinco metros, no se aprecia grande. Es más, una de las virtudes que fuimos encontrando a medida que nos adentrábamos hacia los caminos de mayor altura (donde las motorizaciones no sufrieron a pesar de la menor cantidad de oxígeno) es que se trata de un vehículo ágil, de rápida respuesta, con un enorme confort de marcha y que además le permite al conductor jugar con la configuración que más le acomode, estableciendo diferencias notorias entre los modos de mayor eficiencia y de dinamismo, lo que se suma a la una suspensión con amortiguación y dureza ajustable y al eje trasero direccional, que hace más seguro y sencillo el conducir.
Por si fuese poco, el nuevo Audi Q8 tendrá como alternativa, una suspensión de aire adaptativa que, además de endurecer la suspensión, puede bajar la altura del vehículo hasta en 90 mm según la opción de manejo elegido, haciendo aún más simple el trabajo del Q8 en condiciones más complejos de camino.
En conclusión, un Audi Q8 que logra sorprender por el salto de calidad y diseño (especialmente en el interior), por lo amigable que resulta el trabajo con la tecnología y que además cuenta con un equipamiento de seguridad que no tiene nada que envidiar a los rivales directos que sale a atacar, el BMW X6 y el Mercedes-Benz GLE Coupé.