Cuanto más caro es un auto, menos probable es que el conductor pare para que uno o más peatones crucen la calle. Eso por lo menos lo que ha demostrado un estudio elaborado en Las Vegas por la Universidad de Nevada. Y no es la única variable, puesto que el sexo y la raza de quien cruza también son factores a considerar (aunque este informe no se abocó a ello).
Hay que decir que en Estados Unidos se registran unos 200 mil peatones lastimados o muertos en accidentes por año. Los heridos son desproporcionadamente de género masculino y no blancos. Entender las causas del fenómeno fue el propósito de la Dra. Courtney Coughenour, profesional de la Universidad de Nevada. Sus resultados fueron publicados en la Journal of Transport and Health.
La Dra. Coughenour reclutó a cuatro adultos para cruzar las frecuentadas calles de Las Vegas en dos pasos de cebra, ubicados a mitad de cuadra. Cada peatón -vestido acorde para ser totalmente visible- se acercaba al cruce cuando pasaba un vehículo. En ese momento, ponía un pie en la calle para indicar su intención de cruzar e intentaba hacer contacto visual con el conductor. En ese punto, desde el área legal, el conductor debía simplemente ceder el paso. Los peatones solo intentaron cruzar si el conductor había disminuido la velocidad o si se detuvo por completo. Este proceso fue grabado para que Coughenour revisara las conductas, además de analizar los autos por marca para obtener un valor estimado.
Cifras preocupantes para peatones
En el 72% de los casos, los conductores se negaron a ceder el paso, lo que indica el criterio negativo de los conductores con respecto a la ley del tránsito y de la integridad de los otros.
Por otra parte, lo más destacado de este estudio fue que, por cada US$ 1.000 del valor de un auto, la probabilidad de ceder el paso disminuyó en un 3%, un hallazgo que estadísticamente fue muy significativo a pesar de que la muestra era pequeña. Coughenour y sus cooperadores reconocieron que sin entrevistar a los conductores, es imposible ser definitivos con respecto a las razones de por qué quienes manejan autos llamativos mostraron una menor probabilidad de ceder el paso a los peatones.
No obstante, reflexiona que "una posible explicación puede ser que los conductores de automóviles de mayor valor, sintieron una sensación de superioridad sobre otros usuarios de la carretera. Del mismo modo, las personas de menor nivel socioeconómico pueden empatizar más con los peatones".
En relación a la diferencia que se hace con peatones según su color de piel, variados estudios académicos han confirmado esta realidad. Incluso el año pasado el Georgia Institute of Technology advirtió sobre las diferencias que la conducción autónoma también hacía basado en criterios raciales (ver nota).