Uno de los segmentos que se ha visto más complicado en los últimos años es el de los hatchbacks deportivos. La arremetida de los SUV le ha quitado presencia y la oferta actual está cada vez más acotada.
Entre los escasos protagonistas de este nicho emocional tenemos como referente al Volkswagen Golf GTI, pero hoy está fuera del catálogo de la marca alemana, aunque todavía se encuentra en algunos concesionarios. Lo mismo ocurre con el Seat Leon Cupra, que tampoco está por falta de stock, aunque confirmado su regreso. Otros ejemplares que soportan la bandera en alto son el Veloster N y el i30 N de Hyundai (sin stock por estos días) y el Mini John Cooper Works.
En ese acotado segmento entra el 128ti ($ 31.990.000), el nuevo integrante de la Serie 1 de BMW. Un deportivo compacto con 265 caballos de fuerza que se instala en el enorme espacio que dejaba el Serie 1 tradicional (desde $ 25.990.000) y el M135xDrive ($ 40.990.000).
Pero el 128ti no es un modelo más en el line-up alemán. Es un hot-hatch de tracción delantera que apela a la histórica deportividad de BMW y adopta la sigla TI que significa Turismo Internazionale, denominación que recogían modelos como el 1800 ti y el 2002 ti. Y esa herencia simbolizada en dos letras es precisamente la que debe saber recoger y llevar sobre el pavimento. ¿Lo cumplirá?
Con vestimenta del M135i
El nuevo BMW 128ti nos muestra de entrada su alma más agresiva, con elementos que toma de su hermano más bravío, el M 135 xDrive. Y no lo esconde en líneas conservadoras, sino que exhibe un parachoques más imponente, grupos ópticos afilados, los clásicos riñones en el centro y las entradas de aire en la parte frontal, además del sistema que la marca denomina Air Curtains, el cual mejora la aerodinámica puesto que son unas tomas de aire verticales de color rojo (tonalidad que se repetirá en otras partes del auto) que permiten canalizar el paso del aire, reduciendo las turbulencias que se generan en los pasos de rueda. Pequeños detalles que van potenciando entonces el dinamismo.
Por el costado destacan los calipers de color rojo, llantas de aleción ligera bitono de 18′' y en los faldones laterales nuevamente el rojo, terminando con la insignia “ti” en el mismo color.
En la zaga, los grupos ópticos principales se estiran hacia la tapa del maletero, entregando una imagen más moderna, lo que se suma a un spoiler trasero donde termina el techo. Como diferencia con el 118i, los deflectores de la parte baja, la doble salida de escape y aplicaciones del mismo color rojo de la parte delantera que parecen salidas de aire, pero que en este caso solo cumplen una función estética, puesto que están cerradas.
En el interior la deportividad es la esencia del modelo, siempre acompañado por materiales de gran calidad y terminaciones que corresponden al segmento premium. Con más espacio que en el Serie 1 de la generación anterior, gracias a que está construido sobre la nueva plataforma de tracción delantera (con motor transversal), nos encontramos con un habitáculo que prioriza la ergonomía y que, si bien no tiene tantos lugares para guardar objetos, es bastante funcional.
Un aspecto que llama la atención son los detalles en rojo, los que se multiplican en esta zona, ya sea en las costuras de los asientos y del volante, así como en detalles del respaldo y en el apoyabrazos, donde se recuerda la inscripción “ti”. No debe quedar dudas respecto del alma más racing.
Los asientos son bastante cómodos y pese a que solo tienen ajuste manual, tienen muy buena sujeción y cuentan con la posibilidad de alargar la banqueta para personas que tengan las piernas más largas y así puedan viajar más relajados.
Ese es un tema relevante. Si bien la esencia del 128ti es la emoción que puede entregar, también apunta a ser lo que denominan un daily car, un auto de manejo diario. En eso también cumple sin problemas.
En las plazas traseras, el espacio es correcto para dos personas adultas, pero ya un tercero se puede complicar, especialmente por la altura del túnel central. Pero dos personas viajan cómodas, más de lo que tenían los que se movían en un Serie 1 de la generación pasada. El sunroof de gran tamaño ayuda también a que ingrese buena cantidad de luz, generando mayor sensación de amplitud.
Por último, el maletero -de apertura manual- es otro lugar que ganó en espacio, aumentando 10 litros su capacidad para llegar a una capacidad de 380 litros, lo que permite llevar varios bolsos sin dificultad, dando así un nuevo punto a la versatilidad que también entrega este modelo.
La tecnología también cumple de buena manera, permitiendo a los usuarios una sencilla usabilidad. En este punto vemos dos pantallas digitales de 10,25′'. La primera es del panel de instrumentos y la podemos personalizar de diversas maneras para que nos entregue la información que deseamos.
La segunda pantalla domina el infoentretenimiento. Es un sistema operativo BMW iDrive 7.0 compatible con Apple CarPlay de manera inalámbrica, lo que se agradece cuando los conductores somos algo olvidadizos y no andamos siempre con los cables. Además, tiene cargador inalámbrico, lo que es mejor aún, pese a que también ofrece puertos USB.
Esta pantalla táctil nos permite visualizar desde la radio y las fuentes de audio a diferentes informaciones del vehículo, pero también podemos ir ajustando o modificando esa entrega desde un selector junto al pomo de la caja de cambios y es sencillo de pasar entre carpetas, facilitando el trabajo del conductor. Y todo con gráficas de alta calidad que se ven sin dificultad independiente del brillo del sol.
La personalización que permite el auto también alcanza al color del ambiente, un elemento que tiene muy poco de funcional, y que en los días de prueba solo fue utilizado por mi pequeña hija.
Agilidad, diversión y eficiencia
Ya es momento de ver su funcionamiento en el día a día del BMW 128ti. ¿Qué nos adelanta la ficha en el papel? Nada menos que un motor de cuatro cilindros de 2.0 litros TwinTurbo que genera 265 caballos de fuerza con un torque de 400 Nm entre 1.750 y 4.500 rpm, asociado a una caja automática Steptronic Sport de ocho marchas.
Se trata del mismo motor que tiene el modelo más deportivo de la gama, el M135i, pero con cerca de 40 caballos menos, aunque en el caso de este 128ti también es 80 kilos más ligero que su hermano más potente debido a que no tiene tracción total.
A diferencia de la generación anterior del Serie 1 que contaba con tracción trasera (o tracción total), ahora es el eje delantero el que se encarga de administrar la fuerza, lo que provoca una sensación de manejo distinta de inmediato. Más de algún purista seguirá alegando por esta decisión de la marca, aunque ya no queda nada por hacer con eso.
La nueva plataforma también dio paso a que el motor se ubique de forma transversal, lo que permitió nuevas dimensiones. Así, en esta tercera generación alcanza los 4.318 mm de largo (-10 mm que el anterior), 1.799 mm de ancho (+34 mm) y 1.434 mm de alto (+ 13 mm), tamaño que le permite tener una puesta en pista más firme.
A poco de andar nos damos cuenta que ofrece un comportamiento dinámico muy bueno, que tiene las armas y las condiciones para entrar en la categoría de deportivos, pero no solo por la potencia, sino por las sensaciones que nos va entregando al volante.
Dichas sensaciones podemos ir “personalizándolas” con los tres modos de manejo: EcoPro, Confort y Sport, los cuales se pueden ajustar mediante un botón en la consola al costado de la caja.
Tal como se presume, el modo Eco tiene un corte mucho más abajo, favoreciendo el rendimiento, el que puede llegar a los 15 km/l en carretera. Luego tenemos el modo Confort, que ya entrega un mayor dinamismo, que permite salidas más rápidas y movimientos más ágiles, quedando como punto más alto el modo Sport, donde el corte de revoluciones se estira y donde encontramos una respuesta más agresiva al pisar el acelerador, todo con un sonido de motor mucho más ronco, aunque esto es algo artificial, ya que ese sonido es potenciado a través de los parlantes del vehículo para aumentar la experiencia de deportividad.
Pero con esto no queremos decir que no sean reales las capacidades dinámicas, de hecho, es todo lo contrario. Y un aspecto clave en este dinamismo es la suspensión deportiva que se toma del M135 y que reduce el despeje en 10 milímetros respecto del Serie 1. Esto nos permite tener una posición de manejo más baja y deportiva, pero además un centro de gravedad más bajo, lo que redunda en mayor seguridad.
Esta suspensión, si bien es más rígida, tampoco podemos decir que es para sufrir y salir con la espalda destrozada tras un recorrido medianamente extenso, aunque al pasar por algún hoyo sí sentiremos que rebota con fuerza. Pero es el costo para conseguir mayor aplomo, especialmente cuando subimos la velocidad.
Otra cualidad que nos agradó es la capacidad que tiene en curvas. Es capaz de entrar con soltura, con decisión, con firmeza, pero también sale con facilidad y con mínimos movimientos de subviraje. A pesar de que tiene tracción delantera y que eso podría derivar en mayor cantidad de esos movimientos parásitos, el 128ti lo reduce gracias a la presencia del bloqueo de diferencial Torsen, el cual mejora la tracción y la estabilidad distribuyendo de la forma más adecuada la fuerza entre las ruedas delanteras.
Sin duda, en estas condiciones es cuando más diversión encontramos, por la seguridad que entrega y por la sencillez con que se toma situaciones que en otros modelos podría complicar un poco. Ni hablar de cuando debíamos rebajar por otros autos en la autopista, la recuperación siempre era inmediata gracias al tremendo trabajo de la caja que funciona muy rápida y de manera perfecta con este motor.
También aporta en este dinamismo la dirección, muy directa y precisa, con la rigidez necesaria que se exige para un deportivo, entregando en todo momento el tacto de lo que pasa en el pavimento. Y si le agregamos un volante más grueso, la sensación deportiva es aún mayor.
Para cerrar, el sistema de frenos que también se toma del M135i y que es capaz de ofrecer enorme seguridad, aunque en el caso personal haya sentido que son un poco largos al presiona el pedal.
En conclusión, el BMW 128ti nos deja una sensación muy, muy agradable, no es un M135i descafeinado, sino que es un deportivo sobrio en su interior, con la conectividad de vanguardia que exigen un consumidor de este segmento, que se deja manejar con simpleza en el día a día, que apoya en situaciones complejas, que cuenta con un gran equipamiento de seguridad y que al momento de pisar el acelerador responde con rapidez y precisión. Sus antepasados “ti” se pueden quedar tranquilos, que esta reinvención del Serie 1 no lo privó de algo tan fundamental en un BMW, como la diversión y el placer al volante.
Por lo mismo, es una alternativa más que interesante, sobre todo en un segmento donde quedan tan pocos representantes, aunque para tenerlo el precio sea un poco alto.
Ficha Técnica | BMW 128ti |
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Motor: | 2.0 litros TwinTurbo |
Potencia: | 265 Hp |
Torque: | 400 Nm |
Caja: | AT 8 velocidades |
Largo x ancho x alto: (mm) | 4.318 x 1.799 x 1.434 |
Tracción: | delantera |
Pantalla: | 10,25′' |
Maletero: | 380 litros |
0-100 km/h | 6,1 segundos |
Precio: | $ 31.990.000 |