El atreverse a cambiar en ocasiones es un proceso muy difícil. Dejar una apuesta que parece segura no se sencillo, pero también son los que consiguen marcar diferencias. En la industria automotriz sucede algo similar y muchas veces una nueva propuesta acarrea críticas despiadadas cuando no cumplen con las expectativas que se han generado.

Algo de esto ocurrió con la segunda generación de la Serie 4 de BMW. La gama que nación en 2013 como las versiones cabrio y coupé del Serie 3 develó el año pasado su renovación, la cual aterrizó esta temporada en nuestro país, con su comentada parrilla frontal que tantos comentarios ha recibido.

Recuerdo que hace unos meses, me invitaron a hablar de este modelo en un live de Instagram de UHP. Ahí ya se mencionaba lo de estos enormes riñones que rompían con lo tradicional. También comenté que, si bien marcaba grandes diferencias con el antecesor, en persona esa percepción podía variar. Y vaya sí lo hizo cuando lo tuve frente a mi.

Hace unos días lo pudimos manejar. Y esa sensación no cambió. Es más, después de estar con la versión M440i xDrive (solo queda bajo la más deportiva M4), siento que quedarse en el tema del diseño, lo que es totalmente subjetivo, no le hace honor a las capacidades que ofrece, ya que no se trata de una variante coupé del Serie 3, se trata de un modelo que adopta personalidad propia, con una sensación de manejo diferente capaz de entregar la versatilidad de un deportivo para el día a día.

Porque el BMW Serie 4 M440i es eso. Un vehículo con enormes prestaciones, dueño de una imagen que combina esa agresividad del frontal con elegantes líneas, el cual no pasará desapercibido en la calle y que nos dará muy buenos momentos al volante, sensaciones que uno espera se cumplan a cabalidad en un vehículo de alta gama que tiene un precio que supera los $ 62 millones. Aunque no siempre es así.

Tradición y personalidad

Como indicamos anteriormente, en el diseño lo que destaca a primera vista es la enorme parrilla con los dos riñones instalados de manera vertical que van desde el borde de la línea del capó hasta casi terminar el parachoques. Es una parrilla inclinada hacia adelante, de enorme presencia, pero no es un detalle al azar, en la misma marca reconocieron que se le hace un guiño al roadster 328 construido en Baviera desde 1936 hasta poco entrada la Segunda Guerra Mundial y también al 3.0 CSi. O sea, innovación estilística que va de la mano con la gran tradición de la firma.

Por el costado de este elemento central, vemos los alargados grupos ópticos con luces LED y estilizadas líneas que recorren un largo capot y que se sumergen por el costado en el que se aprecia una línea de cintura descendente del techo, con pasos de ruedas marcados y ventanillas elevadas para cerrar en un pilar C que ya no cuenta con la tradicional curva Hofmeister, pero que permite una caída suave del techo que termina en un pequeño spoiler, que entrega dinamismo y elegancia.

En la zaga cierra el dibujo los nuevos grupos ópticos envolventes y curvos, dejando en la parte baja un difusor junto a una doble salida de escape. En general, para nosotros es un diseño muy bien logrado, armónico, que mantiene la esencia de un BMW a pesar de los grandes cambios.

Donde también nos encontramos variaciones importantes es en las dimensiones. Ahora tenemos 4.770 mm de largo, 1.852 mm de ancho y 1.393 de alto, con una distancia entre ejes de 2.851 mm. Esto significa es que es 130 mm más largo, 27 mm más ancho y 6 mm más alto respecto de la generación saliente.

Otro cambio que repercute en las sensaciones al volante pasa por el centro de gravedad que se rebajó en 21 mm, a lo que se suma que amplió el ancho de vías del eje trasero en 23 mm, permitiendo una mejor puesta sobre el piso.

En el interior vemos un ambiente muy similar al que existe en otros modelos de la marca, incluyendo los SUV. Gran calidad de materiales, con perfectas terminaciones y una distribución del espacio que apunta a entregar mayor comodidad a los usuarios.

Los asientos de las plazas delanteras M tienen el alma deportiva, son muy envolventes, con gran sujeción lateral y soporte lumbar, con un extensor para que descansen las piernas, pero no son duros, lo que se agradece cuando se maneja por un período continuado. Y el conductor cuenta con el cinturón de seguridad que se desplaza hacia adelante al cerrarse la puerta para más comodidad.

A los dos asientos traseros cuesta un poco ingresar (es un vehículo de dos puertas con ventanas sin marco), ya que el asiento delantero no se inclina tanto, pero encontramos un espacio suficiente para personas de estatura mediana, quienes no sufren en demasía con las piernas, aunque quedan algo bajos y con la venta trasera muy cerca de la altura de los ojos.

El maletero, por su parte, es amplio con sus 440 litros de capacidad y aunque no es el más grande del segmento, tiene una apertura grande que permite guardar varios bolsos.

Un corazón agresivo

Un aspecto clave de los vehículos actuales es la conectividad. Ya no basta con los dispositivos básicos cuando estamos en un vehículo de este nivel y de este precio. Por suerte, no quedamos decepcionados del equipamiento que tiene.

Para el conductor tenemos una gran pantalla de 12,3′', quedando en el panel central una segunda pantalla de 10,25′' destinada a los sistemas de infoentretención y ajustes del vehículo. Ambas tienen un nivel de resolución y de gráficas que es de lo mejor que existe en el mercado.

La pantalla del tablero, como suele ser, es personalizable a gusto del conductor y varían incluso los colores dependiendo del modo de manejo que se utilice. La otra pantalla, que se puede ocupar tanto de manera táctil como mediante un mando al costado de la caja de cambios, es enlazable a los sistemas operativos Apple CarPlay y Android Auto y, además, tiene conexión inalámbrica con iPhone. Y ni hablar del sistema de audio Harman Kardon, de altísimo nivel.

Pese a que ha mejorado bastante el sistema de infoentretención, todavía puede resultarle algo confuso a algunas personas, ya que es muchísima la información que se puede ajustar o buscar. Pero nada que después de un par de días no logren.

Donde no existe problemas de adaptación es al momento de ponernos en movimiento con este M440i.

Nuestra unidad dispone de un motor TwinPower Turbo de seis cilindros y 3.0 litros que desarrolla 374 Hp con un par de 500 Nm entre 1.500 y 5.000 rpm, asociado a una caja automática con convertidor de par Steptronic de ocho marchas y tracción Xdrive a las cuatro ruedas. Es la versión más potente de la Serie 4, solo superada por el M4, y sin temor a exagerar, el motor debe ser el punto más fuerte de un modelo que tiene pocos puntos flacos.

Desde que encendemos el motor y estamos en esta posición de manejo más baja sentimos la deportividad que ofrece el coupé alemán, pero que con tantos elementos de confort que también nos permite disfrutarlo en el día a día.

Tiene un volante grueso, que nos permite mantenerlo con firmeza. Y desde la salida desde cero muestra que no esconde su potencia, con un arranque inmediato y pulcro. Lo llamativo de este vehículo es que, a pesar de sus grandes dimensiones y peso, se siente muy ágil, algo en lo que influye directamente el enorme torque, pero no solo por los 500 Nm máximos, sino porque se entregan desde un rango muy bajo (desde las 1.900 rpm) lo que permite que casi no exista esa tardanza del turbolag y que todo se gestione de manera rápida.

Obviamente, el trabajo de la caja en este caso es fundamental. Y el paso inmediato de las marchas, sin dilaciones ni tardanzas, permite precisamente que se convierta en un animal veloz, a lo que se suma a medida que pasan los segundos una potencia progresiva que al circular en límites urbanos no parece tener techo. En autopista esa sensación se incrementa y en ocasiones ni siquiera es necesario cruzar la barrera de las 3 mil rpm para lograr adelantamientos repentinos o recuperaciones. Es rabioso como un buen deportivo, pero no tiene la brusquedad de otros modelos y podemos invitar a un paseo sin problemas a nuestros abuelos sin que lo lamenten.

El motor entrega la base para un conjunto que cumple en todas las líneas. Cuenta con una dirección precisa y con la suficiente rigidez para movernos con seguridad, respondiendo de manera eficaz a los suaves movimientos.

Lo que sí nos llamó la atención es la suspensión. Pudo ser más dura pensando en incrementar la deportividad, pero la verdad es que está muy bien calibrada para mezclar dos mundos. Si vamos a altas velocidades, sentimos siempre lo gran aplomado que está al piso, obra también del centro de gravedad más bajo que en un Serie 3.

Entrar y salir de curvas entonces se convierte en un verdadero placer gracias al trabajo que se hizo con este chasis y, más todavía con la tracción a las cuatro ruedas, con el auto siempre firme y entregando seguridad total a quien está detrás del volante. Lo interesante es que la tracción, si bien va a ambos ejes, prioriza el tren trasero, lo que deriva en un mayor grado de diversión y de emoción, puesto que existe algo de movimiento en la parte posterior, pero nunca perdiendo de vista que lo principal es la seguridad.

Ahora, en desplazamientos urbanos, no se sufre como en otros deportivos, donde cada lomo de toro o cada bache se traspasa y uno asume que es el costo que se debe pagar por la deportividad.

Este no es el caso. Si bien cuenta con cierta rigidez la suspensión, la verdad es que el sistema de amortiguación contiene las imperfecciones sin que lo lamentemos en el habitáculo. Ahora, no tendrá la suavidad de un Serie 7, pero permite viajes muy cómodos y confortables, lo que se profundiza con el gran trabajo de aislación.

Ahora, si lo que se desea es ajustar esas sensaciones, se tiene la opción de tres modos de manejo (Eco, Comfort y Sport) que permiten programar desde más eficiencia a más perfomance.

Por último. no olvidar lo bien equipado a nivel de seguridad, destacando los seis airbags, frenos ABS. control dinámico de estabilidad (DSC). control dinámico de propulsión (DTC), control de frenada en curva (CBC), control dinámico de frenada (DBC), función de secado de frenos y neumáticos runflat. Las asistencias al conductor, por su parte, incorporan control de velocidad crucero con función de frenado en pendiente, advertencia de salida de carril con vibraciones en volante y de cambio de carril con monitoreo de punto ciego, asistente de control de línea, a lo que se suman una serie de advertencias de intersección, de sentido contrario, de colisión frontal con intervención de frenos, de tráfico cruzado en la parte trasera y prevención de colisión trasera, por nombrar algunos.

En conclusión, un deportivo que no le tuvo temor al cambio, que encuentra su propia personalidad con una puesta al piso firme y segura, siempre empujada por un tren motriz sobresaliente, donde la fuerza y potencia asoman desde abajo y pocas veces encontramos el techo.

Destacar también lo que consigue la caja, que sin ser de doble embrague es muy rápida y eficaz, lo que se suma a una dirección precisa, un chasis que entrega control total y un confort interior que permite llevarse al M440i todos los días sin tener que lamentar cansancio o agotamiento por las horas al volante. Sin duda, un muy buen producto, con un completísimo nivel en asistencias al conductor y de seguridad, que cumple con lo que se le exige por historia a la marca y por el precio que tiene.

FICHA TÉCNICA

Motor: 3.0 litros TwinPower Turbo, seis cilindros

Potencia: 374 Hp

Torque: 500 Nm

Caja: AT 8 velocidades

Largo x ancho x alto: 4.770 mm x 1.852 mm x 1.393 de alto

Distancia entre ejes: 2.851 mm

0-100 km/h: 4,5 segundos

Tracción: integral xDrive

Maletero: 440 litros

Precio: $ 62.890.000