Cuando pensábamos que la teleserie de Carlos Ghosn, ex CEO de Nissan-Renault-Mitsubishi, acusado de abuso de poder y malversación de fondos en Japón -cuyo caso podemos ver en un documental de Netflix-, había llegado a su fin; revive con una nueva demanda interpuesta con el libanés en contra del conglomerado.
Así como se oye, de acuerdo con Bloomberg, Ghosn demandó a la alianza francojaponesa y a personas relacionadas por destituirlo en 2018 y orquestar su arresto por presunta mala conducta financiera, reclamando más de US$1.000 millones por el “profundo daño” a sus finanzas y reputación.
Bloomberg obtuvo una copia de la demanda traducida del árabe al inglés, la cual se registró el 18 de mayo en la justicia del Líbano, país donde es ciudadano y residente, luego de que huyera de Japón en 2019 escondido en una caja de un instrumento musical.
“Las graves y delicadas acusaciones contra mí, permanecerán en la mente de la gente durante años”, señala Ghosn en la demanda, afirmando que “sufrirá por ellas el resto de su vida, ya que tienen impactos persistentes y prolongados, aunque se basen en meras sospechas”.
La demanda reclama US$588 millones en daños y perjuicios, así como US$500 millones en medidas punitivas.
Si bien es posible que las autoridades libanesas soliciten la ayuda del sistema judicial japonés, el cual según Ghosn “está manipulado” y “viola los principios más básicos de la humanidad”; no está claro si estos estarían dispuestos a cooperar.