Changan CS15: una renovación que sale de la monotonía

Una grata sorpresa nos llevamos con la actualización del Changan CS15. El crossover compacto de la firma china desde su arribo hace cuatro años se ha caracterizado por la buena relación precio-calidad, aspecto que ahora fortalece con un mejor diseño y mayor equipamiento.

El gran cambio que ofrece está precisamente en el exterior. El frontal es donde recibe los principales ajustes, con líneas mucho mas afiladas, destacando la parrilla con barras cromadas y formas muy angulosas, más cercano a lo que hemos conocido en los modelos de Lexus que lo que vemos en Changan.

Los grupos ópticos delanteros más estilizados y también con líneas angulosas están pegados a la parrilla frontal y completan una imagen más moderna y con bastante más personalidad. Por el costado, se mejora el aspecto con llantas de aleación bitono de 17′', mientras en la zaga se extiende la renovación con grupos ópticos oscurecidos que van enlazados por una banda del mismo tono negro y una amplia apertura del portalón, que además queda desde una posición bastante baja, lo que hace más fácil guardar bolsos y equipaje. Eso sí, no se puede quedar estacionado muy cerca de un muro, ya que al ser tan grande la tapa del portalón, para abrirlo se necesita de mayor espacio que el habitual de otros crossovers.

En comodidad se mantiene el buen trabajo de la edición original. Eso sí, es 35 mm más largo (mide 4.135 mm), aunque el maletero continúa con la más que correcta capacidad de carga de 360 l (una de las más amplias del segmento). La diferencia se refleja en un aumento de 10 mm en la distancia entre ejes, lo que deriva en más espacio para los tres ocupantes de las plazas traseras (antes entraban solo dos), además, gracias al piso plano, los acompañantes pueden ir más cómodos.

En los asientos delanteros, es sencillo encontrar la posición de manejo, los asientos son bastante blandos, pero con mediana sujeción. Eso sí, la visibilidad es correcta en todas direcciones.

Donde también se ve un paso adelante es en la calidad del habitáculo. Buenos materiales, terminaciones sobre varios de sus rivales y mezcla de materiales que buscan darle algo más de elegancia, como el uso de piano black en algunas zonas.

En tecnología es donde quizás encontramos el primer gran “pero”. Primero, con el tablero digital, que es muy simple y con un enorme velocímetro numérico en el centro, pero no es tan intuitivo ni sencillo de leer.

Luego, el sistema multimedia con la pantalla digital de 7′' se ve algo pequeña para el espacio destinado, considerando que por diseño se dejó en un acotado lugar de la banda horizontal que cruza el panel desde el volante a la puerta. Además, para quienes tenemos sistemas operativos Apple CarPlay (no es compatible), el CS15 nos ofrece bluetooth y el denominado Easy Connect.

Este sistema permite reflejar como espejo el teléfono en la pantalla, pero sin la opción de modificar aplicaciones ni nada, por lo que en verdad no es de gran ayuda ni tampoco cumple con la función de seguridad, ya que dejará abierta la opción para que el conductor tome el celular si quiere cambiar la música o buscar alguna información. En conectividad entonces se queda atrás frente a otros modelos.

El renovado Changan CS15 se vende en tres versiones. Todas comparten el mismo motor aspirado de 1.5 litros Bluecore que desarrolla 100 Hp con un par de 145 Nm. Eso sí, nuestra unidad de prueba -la tope de gama- está asociada a una caja automática de cinco marchas (manual de cinco velocidades en las otras dos).

Este motor, que ahora cumple con la norma Euro 6, mantiene los atributos que le conocimos, o sea, exhibe agilidad en la ciudad, entrega de potencia gradual y un correcto trabajo con la transmisión considerando el segmento en el que está inmerso y que su hábitat será la ciudad.

En autopista encontraremos que puede ser algo más lento al hacer adelantamientos, aunque en el modo Sport conseguimos estirar un poco las revoluciones en las marchas intermedias y así lograr algo más de elasticidad.

Lo positivo es el trabajo de aislación, que favorece el confort de marcha, aunque sobre las 4.000 rpm el ruido ya empieza a sentirse.

La suspensión también aporta en la comodidad, tiene un término medio que copia bien lo que pasa en el piso sin traspasar los baches al interior, ayudado por el despeje del piso de 190 mm que evita estar sufriendo con los lomos de toro. Eso sí, no vaya a pensar que se trata de una suspensión rígida, es un vehículo para un manejo tranquilo y si uno se descuida y entra a curvas al límite de la velocidad nos encontraremos con un balanceo que nos puede preocupar de forma innecesaria.

La dirección, por su parte, entrega algo de tacto y no es tan asistida como en otros modelos, lo que agradecemos, ya que nos hace sentir más posicionados y seguros al volante.

Por último, para destacar el equipamiento de seguridad, el que supera a algunos modelos de orígenes más tradiciones (especialmente con las alternativas de entrada). En esta versión dispone de cuatro airbags, frenos ABS con EBD, control de estabilidad y de tracción, asistencia al frenado de emergencia, cámara y sensor de retroceso, además de frenos de disco en las cuatro ruedas.

En conclusión, un crossover que se refresca por completo con un diseño más atrevido, que entrega más comodidad, buen andar de marcha, eficiente y alto equipamiento de seguridad, pero que se quedó un poco atrás en cuanto a conectividad y tecnología.