Después de años de uso intensivo de combustibles fósiles para el transporte, por fin la electricidad se abre paso. Y mientras en el mundo prácticamente todos los fabricantes ya cuentan con uno o varios modelos eléctricos o electrificados de alguna manera en su portafolio, en Chile el avance ha sido un poco más lento, pero no por eso menor.

Sin duda 2018 será recordado como el año de la electromovilidad para nuestro país, ya que por fin el gobierno y las empresas comenzaron a trabajar en programas realistas que pondrán a estas tecnologías al servicio del transporte de pasajeros en el corto plazo.

Solo hace algunos días se firmó oficialmente la Estrategia Nacional de Electromovilidad, donde cerca de medio centenar de empresas se comprometieron a pavimentar el camino para la llegada de los vehículos eléctricos. La idea del gobierno es disminuir definitivamente el uso de combustibles fósiles en el sector transporte, que representa prácticamente un tercio del consumo energético final en Chile (de acuerdo con el Balance Nacional de Energía 2015), lo que convierte a este sector en un responsable de cerca del 20% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero del país.

Parte de este plan ya se está llevando a cabo, con el reciente desembarco de 100 buses eléctricos de BYD que se sumarán a la flota de Transantiago gracias a Metbus en los próximos meses (pronto vendrán otros 100 de la misma marca y otro centenar de Yutong), y que no hacen más que avanzar hacia el objetivo de aumentar diez veces la cantidad de vehículos eléctricos en circulación para 2022, liderando la transición a la electricidad en la región.

De acuerdo con la ministra de energía, Susana Jiménez, el objetivo está claro: en 2050 el 40% del parque particular deberá ser eléctrico, mientras que el 100% debería serlo para 2050.

Un escenario que se ve bastante posible si se considera que, además, según datos del Ministerio de Transportes, el costo de operación y mantenimiento de un bus eléctrico es hasta un 70% menor que el de uno con motor diésel, lo que, si se extrapola a los 6.500 buses del sistema público de transporte, puede marcar una gran diferencia.

Cero emisiones, menos gasto y menos ruido, solo beneficios debería traer esta renovación en las calles chilenas, iniciativa que el Presidente Sebastián Piñera apoya desde La Moneda. "Chile se va a transformar, después de China, en el país con mayor cantidad de buses eléctricos en el mundo", señaló el mandatario durante la recepción de una flota de modelos eléctricos de BMW para uso oficial.

El gran problema ahora es mejorar la infraestructura de carga para los vehículos particulares, que por estos días cuentan con solo 40 estaciones públicas de carga, la mayoría de ellas en Santiago.

electromovilidad

Es así que, como parte de la estrategia que pretende convertir a nuestro país en una potencia de la movilidad limpia para 2050, se suscribieron compromisos que permitirán darle una mayor relevancia al parque de automóviles eléctricos en nuestro país, ya que, además de ayudar a reducir las emisiones, estos son un importante factor en la disminución del ruido en las zonas de alta exposición.

Al ser el tercer productor mundial de litio en el mundo, nuestro país buscará potenciar no solo la extracción de este mineral, si no también desarrollar productos como cátodos y celdas de baterías, los que podrían ayudar a reducir de alguna manera el coste de uso de los vehículos eléctricos que lleguen al mercado.

Eso sí, a pesar de estas iniciativas y acuerdos, todavía queda llegar a cambios más profundos, como la reducción de impuestos para los modelos particulares de cero emisiones, o incluso el fomento a su compra a través de incentivos o beneficios tributarios, tal como sucede en países desarrollados.

Eso, sin olvidar las evidentes mejoras que se hacen necesarias en términos de infraestructura de carga. Es que el futuro eléctrico viene llegando a Chile, pero todavía de manera pausada.