No hay duda de que Estados Unidos y China siguen sumidos en una especie de Guerra Fría tecnológica. Luego del intento de Trump en 2020 de prohibir la famosa plataforma china TikTok por considerarla peligrosa para la seguridad nacional; ahora el fuego viene de parte de China que ve en los autos de Tesla posible espías.

Así como se oye, según se han hecho eco medios internacionales (entre ellos, The Wall Street Journal y Reuters), el Gobierno chino estaba restringiendo al “personal militar y empleados de empresas estatales clave” la conducción de los vehículos de Tesla, argumentando preocupaciones de que los datos que recopilan estos automóviles podrían ser una fuente de filtraciones de seguridad nacional.

Así como modelos de otras marcas, los Tesla están equipados con múltiples cámaras y sensores que recopilan información para su uso luego en la conducción asistida. Pues bien, lo que le preocupa a China es que las cámaras exteriores de los Tesla, puedan utilizarse para recopilar imágenes para ser enviadas de vuelta a Estados Unidos.

De ahí, que la orden emitida por el Ejército chino aconseja a los propietarios de Tesla que estacionen sus vehículos fuera de la propiedad militar o de zonas consideradas sensibles.

En una conferencia del Foro de Desarrollo de China celebrada el sábado pasado, Elon Musk abordó el tema. Cuando fue preguntado acerca del hecho de que sus autos espíen, indicó que: “hay un incentivo muy fuerte para que seamos muy confidenciales con cualquier información”. Ese incentivo no es otro que “Si Tesla usara los autos para espiar en China o en cualquier lugar, nos cerrarán”.

Si algo no puede permitirse Tesla es desde luego perder mercados. Actualmente China es uno de sus mercados más grandes. El año pasado vendió casi 150.000 vehículos en el país asiático, representando alrededor del 30% de sus ventas.