Citroën mostró este jueves una reinterpretación más audaz del Ami que develó el año pasado. A este, aún en fase de conceptual, lo denomina Ami Buggy, un nombre que a las claras da cuenta de una estética y un enfoque algo más off-road como para aventurarse también un poco más allá.

Sobre el techo, este pequeño eléctrico que fue utilizado también por Opel para dar vida al e-Rocks, lleva una barra LED sobre el techo para enfrentar de buena gana la oscuridad de la noche o la niebla invernal. Por dentro, el Ami Buggy incorpora telas impermeables transparentes que pueden instalarse en caso de mal tiempo, tal como alguna vez sugirió el viejo Méhari. Estas protecciones pueden retirarse, enrollarse y guardarse detrás de los asientos, en unos huecos específicos para ello.

El Ami Buggy Concept dispone de nuevos cojines de asientos Advanced Comfort cuya espuma pasa de los 35 mm en Ami a 70 mm. Combinada con una espuma con memoria, el resultado es fino y mullido, promete Citroën. Pueden desmontarse fácilmente y son intercambiables y lavables.

Los portaobjetos del tablero ya disponibles en el Ami, se rediseñaron para el Ami Buggy Concept. Así, se fijó una rejilla en dorado mate encima de cada uno para evitar que los elementos se desplacen.

Encima del parabrisas se ha instaló también una visera que da continuidad al techo y que ofrece protección contra la climatología inclemente, ya sea la lluvia o el sol de verano. Igualmente, el pequeño eléctrico para dos personas innova con neumáticos para el barro, que envuelven llantas doradas más vistosas que en el Ami convencional.

La marca parisina no hace referencia al apartado mecánico, de manera que todo apunta a que se mantiene adosado al chasis la batería de 5,5 kWh de capacidad, que puede recargarse en 3,5 horas en una toma domiciliaria. Gracias a su único motor, el Ami de calle recorre un máximo de 70 kilómetros, a una máxima de 45 km/h.