Hace un par de meses debutó en nuestro país el facelift de la tercera generación del Citroën C3. El hatchback del segmento B es uno de los modelos más importantes en el catálogo de la marca gala, sin ir más lejos, en esta generación que debutó en 2016 ha vendido más de un millón de unidades alrededor del mundo.
Las razones del éxito son claras y demuestran la experiencia que tienen Citroën en este nicho de vehículos compactos y urbanos: entregan un producto juvenil, sencillo, práctico y funcional, todo acompañado de un buen estilo y la suficiente personalización.
Con este esquema en la mano, Citroën hace lo correcto y no come vidrio, repitiendo la fórmula en esta actualización, aunque se quede a distancia -por equipamiento y precio- de sus tradicionales rivales, como el Peugeot 208 y el Opel Corsa, modelos que hoy escalaron varios peldaños (especialmente en el precio de las versiones superiores).
Y si bien este C3 también sube el costo respecto del modelo saliente, la justificación no está en los “grandes” cambios ni en el “considerable” equipamiento extra que incorpora; en verdad, ese ajuste va más de la mano con lo que ocurre en toda la industria automotriz, donde los precios de los autos nuevos están cada vez más elevados.
Los cambios en verdad son muy menores y apuntan más que nada a un refresh estético y a un tema de confort. Lo cierto es que no hubo atrevimiento por parte de los diseñadores, pero para ser justos el vehículo se ve moderno y no ha perdido terreno en ese sentido frente a otros modelos.
En el diseño, el gran ajuste lo encontramos en el frontal, donde la máscara recibe el nuevo lenguaje de diseño inspirado en los conceptuales de la marca.
Ahora, las barras cromadas que integran los chevrones reciben modificaciones y dejan de estar de forma horizontal por el ancho del vehículo. En este facelift, esas barras se separan al llegar a las luces diurnas, quedando la línea cromada inferior bordeando los grupos ópticos principales, que ahora tienen tecnología led.
Con esto, adquiere una imagen más robusta el frontal, fortalece esta idea de tener una silueta más inspirada en los crossovers, pero manteniendo el esquema con tres niveles de las luces (diurnas, principales y neblineros).
Por el costado, el gran cambio está en el diseño de los airbumps, estas almohadillas distintivas de Citroën que protegen las puertas y que adoptan una figura rectangular más alargada.
Con estos cambios, más las amplias opciones de personalización que tiene el renovado compacto (97 alternativas según la marca), el cliente podrá elegir un modelo que le represente y que vaya más en sintonía con su personalidad, escogiendo colores para la carrocería (7 opciones), para las carcazas de los neblineros y los Airbumps laterales (4), para el techo (4) y para las decoraciones adhesivas que van en el techo y el pilar C (3).
Mejora la comodidad
El renovado Citroën C3 se caracteriza por el estilo alegre, por la opción que da el tener colores más vivos y también por la tecnología que les entrega a los ocupantes, principalmente personas jóvenes.
Sin embargo, en el interior del compacto encontramos que la calidad de materiales no va muy acorde a lo que ya están entregando competidores del mismo precio.
La sensación de calidad que generan los plásticos duros del panel y del volante no es la mejor, a lo que se agrega la presencia de un pequeño cluster digital en el tablero que nos entrega en un espacio pequeño la información básica (kilómetros, autonomía, rendimiento, etc). Si fuese un modelo más vintage quizás quedaría bien, pero ausencia de modernas pantallas digitales, o de tener la posibilidad de personalizar el tablero lo deja un poco anticuado en este sentido. Y en esta versión Feel (la intermedia con motorización diésel), además, cuenta con llave para encender el motor, dejando solo para la tope de gama la opción con botón de encendido y la cámara de retroceso.
Pero, así como vemos cosas que miramos con cierto recelo, también hay un avance importante en la comodidad de los ocupantes. En esta actualización la marca incorpora lo que denomina el sistema Advanced Comfort, que se caracteriza por asientos más confortables que entregan un mejor confort de marcha.
Y la verdad es que eso se nota. Más espuma en los asientos, con un mullido más blando, generan más comodidad, algo que encontrábamos en modelos de Opel, una marca que se ha caracterizado por el trabajo con los asientos.
En este caso, nos permite viajar cómodos, aunque la sujeción no es muy grande, pero el vehículo tampoco es un deportivo, por lo que no es un gran detalle.
En las plazas traseras el espacio no es muy grande, pero se aprovecha al máximo lo que existe. No olvidemos que estamos en un compacto, que ni siquiera llega a los 4 metros de largo, por lo que tampoco es un exigible ese ítem.
De todas maneras, dos adultos pueden ir medianamente cómodos, quedando la plaza central para un niño, principalmente por el espacio que quita el túnel de la transmisión.
El maletero, con sus 300 litros de capacidad de carga, también cumple de buena forma para el concepto, permitiendo guardar varios bolsos medianos sin dificultad.
En cuanto a conectividad, tenemos una pantalla táctil de siete pulgadas que domina el panel central, con buena gráfica, de simple lectura y que replica lo que ya conocíamos en el modelo saliente, con una interfaz de sencillo uso y que cuenta con la tecnología Mirror Screen, compatible con Apple CarPlay y Android Auto. Nada fuera de lo habitual, pero con lo necesario para el segmento.
Lo que sí desaparece en las versiones a la venta en Chile (en otros países se mantiene) es la Connected Cam, la cámara que se instalaba en el parabrisas a la altura del retrovisor central y que grababa y fotografiaba lo que pasaba en el camino, material que podía compartirse en redes sociales a través de una app. Este sistema incluso registraba los últimos segundos en caso de un accidente, lo que podía utilizarse como medio de prueba. Pero con este facelift esa opción desaparece del C3, básicamente porque desde Citroën consideraron que no era un dispositivo relevante y que además eso elevaba el costo.
La gran eficiencia
Uno de los pilares de Citroën siempre ha sido el buen andar de sus vehículos. En este caso se mantiene esa herencia, apoyado por el muy buen funcionamiento del motor.
Nuestra versión Feel (las otras se llaman Live y Shine) contaba con el motor de 1.5 litros BlueHDi que desarrolla 100 caballos de fuerza con un par de 250 Nm, asociado a una caja manual de seis marchas.
En el andar el C3 confirma la experiencia de la marca en el segmento y las razones que le permiten haber vendido más de un millón de unidades.
A la comodidad interior que les mencionamos anteriormente, se suma un muy buen trabajo de insonorización, lo que aumenta más el confort de marcha. Es un vehículo de movimientos suaves, que tiene una salida fácil, pero no explosiva, y que va entregando progresivamente su potencia.
Esto quiere decir que no será el más rápido al salir desde cero, pero sí se desenvuelve con facilidad y agilidad en la ciudad. Su diseño compacto nos permite tener un manejo relajado, es sencillo de estacionar en todas partes, tenemos siempre la opción de adelantar con rapidez y además contamos con una buena posición de manejo, que no es tan baja como la de otros hatchbacks, lo que genera buena visibilidad y más seguridad también al volante.
En cuanto al motor, salvo esos primeros metros que pueden ser algo lentos, luego encontramos una entrega suficiente para la ciudad y antes de las 2 mil revoluciones ya tenemos el respaldo suficiente para avanzar con más agilidad y hacer adelantamientos repentinos.
Pero la gran virtud de esta motorización diésel, tecnología que está en retirada por las normas de emisiones que rigen en Europa, es la eficiencia. Y en este caso les saca ventaja a todos sus rivales, puesto que puede llegar a rendir (según ficha de homologación) hasta 29 km/l en carretera y 21 km/l en ciudad, con un promedio de 25,6 km/l. A nosotros nos dio menos, lo manejamos principalmente en zonas urbanas, y bordeamos los 15 km/l, una cifra más que positiva, más considerando que el precio del diésel es menor.
Pero este eficiente motor no trabaja solo. En esta versión lo hace asociado a una caja manual de seis marchas, que apoya el buen andar. Y aunque las transmisiones automáticas son más cómodas en la ciudad, para quienes nos gusta manejar es agradable encontrarse con estas alternativas cada vez menos requeridas (y ofrecidas por las marcas), puesto que nos permite un mayor dominio en la entrega de potencia, lo llevamos un poco más a nuestro gusto, aunque tampoco el margen es muy grande y no llega a un nivel de gran diversión.
O sea, es un binomio bien trabajado para la ciudad, para un relajado viaje en autopista o carretera, pero no para ir “tirándole la cuerda”, ya que en curvas a velocidades altas se siente un poco la inclinación.
La dirección también está muy enfocada a la ciudad. Personalmente, prefiero una dirección que ofrezca algo más de resistencia, que entregue un poco más de tacto respecto de lo que pasa en el pavimento.
En este C3 la dirección es muy suave, casi se podría manejar con un dedo (obviamente eso no está permitido) y si bien eso está muy bien cuando estacionamos, lo cierto es que está demasiado asistida. Pero quizás es algo que a otras personas les agrade.
La suspensión es otro elemento positivo, como suele ser en Citroën. Es un mecanismo suave, que copia bien las imperfecciones del camino, que no traspasa con dureza esos baches al interior, pero tampoco nos genera una sensación de ir flotando. Vamos bien aplomados, firmes al piso, pero conscientes de que no es necesario extremar las capacidades y que a las curvas es mejor entrar con algo de relajo.
Por último, señalar también que en este facelift la seguridad se incrementó, ofreciéndose ahora seis airbags de serie (antes eran cuatro airbags) y alerta por cambio de carril, lo que se suma a los frenos de disco en las cuatro ruedas, sensores de estacionamiento ABS, control de estabilidad y ayuda en pendiente (Hill Assist).
En conclusión, el nuevo Citroën C3 es un hatchback juvenil que se actualiza un poco en su imagen frontal, que mejora la comodidad interior, que sube un poco el equipamiento de seguridad y que tiene como gran factor a favor la enorme eficiencia del tren motriz.
En contraparte, cede algunos puntos por la materialidad interior y ciertas sensaciones al volante, pero sin perder nunca la funcionalidad y la sencillez de su uso, elementos que seguramente han sido claves a la hora de llegar a tantas personas y que en esta actualización no era necesario modificar esa fórmula mágica.
Citroën C3 Feel | |
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Motor: | 1.5 l BlueHDi |
Potencia: | 100 Hp / 3.750 rpm |
Torque: | 250 Nm / 1.750 rpm |
Caja: | MT 6 vel. Stop & Start |
Largo x ancho x alto (mm): | 3.996 x 2.007 x 1.474 |
Distancia entre ejes (mm): | 2.539 |
Maletero: | 300 litros |
Airbags: | 6 |
Pantalla: | Táctil de 7″ |
Llantas: | 16″ |
Consumo mixto: | 25,6 km/l |
Precio: | $ 13.190.000 |