A mediados de los 80, BMW llegaba con un gran carta bajo el brazo al Salón de Frankfurt. Los ingenieros bávaros daban respuesta a un rumor que hace tiempo circulaba entre los fanáticos de BMW. ¿Sería posible que la marca lanzara un Serie 3 más radical, que se convirtiera en un nuevo parámetro para el segmento de los sedanes del segmento D?

Para los ingenieros de la división M de BMW -en aquel tiempo llamada BMW Motorsport- no resultó nada fácil dar forma al que estaba llamado a ser un modelo crucial: su desarrollo tuvo que adaptarse a unos plazos realmente cortos y, además, cargaría sobre sus hombros con la responsabilidad de servir como base para la homologación de las variantes Grupo A dentro del universo de competición. Pero resultó: el BMW M3 Grupo A quedó convertido en un sedán de gran éxito y nada menos que 17.970 unidades de producción fueron puestas en circulación. Una cifra excepcional, teniendo en cuenta que el objetivo para cumplir con la normativa de la FIA, era ensamblar 5 mil unidades.

Así nacería el héroe que desde hace 35 años encarna y transmite los valores de BMW M. Hoy tiene cinco generaciones sucesoras y su último representante, el BMW M3 Competition (presentado en septiembre), llega con 510 caballos y argumentos más que solventes para perpetuar su reinado entre los sedanes de alto rendimiento.

35 años de evolución

Si bien el primer BMW E30 M3 -con motor cuatro cilindros de 192 Hp- se presentó en septiembre de 1985, su producción en serie arrancó en Múnich en marzo de 1986. Siete años después, en 1992, llegaría al mercado la segunda generación -conocida como E36-. En esta ocasión el sello alemán optó por darle a la carrocería un toque más elegante y las referencias al mundo de la competición tenían un corte mucho más discreto que el de su predecesor. Eso sí, a pesar de su más comedida impronta, tanto el tacto de su conducción como el desempeño de su novedoso bloque de seis cilindros en línea -que en su última evolución llegó a entregar 321 caballos- no dejaban lugar a dudas: cuando alguien se ponía tras el volante se abría a un nuevo mundo de sensaciones, al alcance de muy pocos.

Segunda generación.

Hubo que esperar al cambio de siglo para ver una nueva generación del BMW M3 -E46, en esta ocasión-, pero los ocho años entre ambos capítulos valieron la pena: de nuevo la marca apostó por darle una imagen marcadamente deportiva al tiempo que redoblaba el esfuerzo invertido en su corazón con un nuevo seis cilindros en línea de buenos 343 caballos.

Tercera generación.

En 2007 comenzaría la cuarta entrega de la saga con la aparición en escena del E92, que a nadie dejó indiferente gracias a su espectacular estética -tan sólo compartía con el Serie 3 Coupé las puertas, la tapa del maletero y los grupos ópticos- y a la gran novedad del modelo: el grandote motor V8 de 4.4 litros con nada menos que 420 Hp.

Cuarta generación.

La quinta generación del BMW M3 -el F80ñ fue presentada en el año 2013, aunque no comenzó a llegar a sus afortunados clientes hasta marzo de 2014, y trajo consigo novedades muy importantes: por un lado, su variante coupé cambió de denominación para encajar en la nueva distribución de la gama del sello bávaro, desde entonces M4; por otro, supuso el regreso a los seis cilindros en línea con una potencia -aun mejorada respecto del V8- de 431 caballos y que llegaría hasta los 460 Hp en la variante CS.

Quinta generación.

Ahora el nuevo BMW M3 -y su hermano M4 Coupé- continúan siendo el referente entre los sedanes más despojados de pudor. Con un bloque de seis cilindros en línea, 510 Hp y tracción integral M xDrive disponible como opción, está otra vez dispuesto a satisfacer las necesidades más exigentes de quien se ponga tras su volante. Así se ha fraguado la vida de uno de los autos de mayor éxito de todos los tiempos.

BMW M3 y BMW M4.

¡Felicidades, BMW M3!