La electromovilidad ha traído nuevos intereses en la industria, sobre todo en la automotriz ya que la fabricación de ciertos componentes ha requerido nuevas necesidades. El ejemplo más concreto es el litio, mineral que suelen utilizar para la composición de las baterías, frente a esto México anunció la nacionalización de esta reserva mineral y ya le está trayendo importantes problemas.
En la mencionada reserva, concretamente dispone de 234.855 hectáreas lo que se calcula que tiene 1,7 millones de toneladas de litio sin exportar en el futuro. Indudablemente es una cifra alta pero que aún le falta para convertirse en los grandes líderes como Australia, China y Chile.
Frente a esto, el propio presidente del país López Obrador en un viaje por la zona cerró la posibilidad de exportarlo e indicó que “para que no lo puedan explotar extranjeros, ni de Rusia, ni de China ni de Estados Unidos”.
El yacimiento de litio se encuentra en Sonora, estado mexicano ubicado en la región noroeste del país y fue descubierto en 2019. Como era de esperar despertó una gran expectación, sobre todo por el gobierno y hacerse parte de la explotación de ese mineral para los vehículos eléctricos en un futuro pero están teniendo un grave problema: procesarlo.
Esto en gran medida se ha debido a que el país no dispone de la tecnología ni el conocimiento para desarrollar la industria del litio, falencia que desde ya se ha evidenciado. Además, está siendo minado a un ritmo muy lento, lo que su precio se eleva aún más.
En consecuencia el Estado es el único que podrá extraer y producir litio en el país, pero el problema es cómo rentabilizar esta inversión, pues no ha encontrado socios privados que estén dispuestos a realizar dicho negocio.
Pese a esta situación el gobierno de México estima una producción de 17.500 toneladas de carbonato de litio anual a partir de este 2023 y en 2026 duplicará esta cifra.