Circular a bajas revoluciones es algo que, la gran mayoría de los conductores, tiene asimilado casi desde antes de aprender a manejar. La lógica dice que mantener un régimen bajo de rpm permite una economía de combustible, pues el motor anda menos exigido. Esto, junto a otras recomendaciones, como llevar una correcta presión en los neumáticos, evitar los frenazos o acelerones bruscos y andar a menos de 110 km/h terminan siendo la fórmula perfecta para una conducción eficiente. Sin embargo, hay casos en los que sí es necesario pisar más acelerador sin subir de marcha.

revolucionar

La regla de oro dice que la primera se emplea lo menos posible, solo para la salida, y que luego lo óptimo es conservar ese régimen bajo de giros. Pero hay cuestiones que debes tener claro, como que un auto bencinero no debería andar a menos de 1.500 rpm, salvo en primera y segunda. En motores diésel esta cifra baja un poco y va en torno a las 1.300 revoluciones. Algunos, incluso, funcionan correctamente a menos vueltas.

Todo depende de tu auto. Es cosa de probar. Si vas en quinta a 50 o 60 km/h y tu auto diésel no llega a las 1.000 rpm (o a 1.400 en un bencinero) es mejor bajar a cuarta. Rodar a bajísimas rpm también es un hábito negativo que produce una sobrecarga de elementos como la culata, el filtro de partículas y el turbo (en caso de que tenga).

Los cuatro momentos en los que hay que 'revolucionar'

  1. Subiendo: Habrás notado que en una pendiente en subida, el auto comienza a ahogarse. Que necesitas pisar cada vez más a fondo para mantener la velocidad. Exigir demasiado el acelerador daña componentes como la culata o los cilindros, que se desgastan con el roce del piston en las paredes, pues este pierde su eje y dejar de subir y bajar recto.
  2. Incorporándose a una autopista: Otra situación recomendada en la que es buena entrar en una marcha baja respecto de la velocidad, es sumándose a una arteria de tráfico rápido. Así el auto responde inmediatamente para tomar una velocidad segura. Hacerlo en una marcha alta, significa que el auto responderá más lento, con el consiguiente riesgo de ser impactado por detrás.
  3. Adelantamientos en caminos de un sentido por lado: Bajando de cambio y subiendo el cuentarrevoluciones, podremos adelantar más rápido en una distancia más corta.
  4. Bajando: En una pendiente pronunciada que enfrentamos en descenso, también conviene circular 'enganchado'. En este caso, se aumentan las rpm pero la caja sujetará el vehículo y ayudaremos a preservar las pastillas de freno. El peor error sería ir en neutro.