Sabemos que vivimos a las puertas de una nueva era en lo que a movilidad se refiere. Que los autos eléctricos llegaron para quedarse, con el fin de hacer sostenible el futuro de la industria y de ayudar a la descarbonización del planeta.
Si bien en Chile la participación de los llamados BEVs es aun minúscula -de los 426.777 autos nuevos vendidos en 2022, solo 1.295 de ellos fueron eléctricos puros-; la oferta y demanda de este tipo de vehículos cero emisiones crece cada año en nuestro país. En mayo pasado aumentaron un 35,7%.
De ahí, que sea bueno que nos vayamos familiarizando con ellos, con su tecnología, funcionamiento y beneficios. Y es que además de ser amigables con el medio ambiente, son mucho más económicos a largo plazo si se compara con un auto a gasolina o diésel.
Hace un tiempo te contábamos que las mantenciones de los autos a baterías eran hasta un 80% más baratas que las de uno a gasolina; en tanto, que hoy ponemos en pesos el valor de una recarga eléctrica, ya sea a través de una toma domiciliaria o en una electrolinera.
Cualquiera sea el caso, “llenar el estanque” de un auto eléctrico es mucho más barato que repostar uno con un motor convencional.
Antes que cualquier otra cosa, lo primero que hay que saber es que la capacidad de la batería de un auto eléctrico se expresa en kilovatios hora (kWh), que es una medida del almacenamiento de energía disponible en las celdas.
Por lo tanto, para calcular cuánto cuesta recargar un vehículo a baterías, simplemente, se debe mirar el costo de la electricidad en kWh (ya sea en un punto de carga público o en su suministro de casa) y hacer el cálculo. Es decir, multiplicar el precio del kWh por los kWh de la batería. Eso, cuando hablamos de hacer una carga completa.
Recargar en casa
Poder cargar la batería de un auto eléctrico en casa es imprescindible para que la compra de un vehículo de este tipo tenga sentido. Y claro que se puede, el usuario puede instalar un punto de carga doméstico, cuyo costo dependerá del proveedor, del tipo de cargador y de la instalación requerida para ello.
Al respecto, existen tres clases de cargadores. El primero es el Tipo 2, conocido como el cargador de emergencia, de 2,2 kW de potencia, por lo que es de carga lenta. Sirve para dar algunos kilómetros extras para llegar a una estación de carga pública o al lugar de destino. Viene incluido en los autos.
Luego está el Modo 3, conocido como totem de carga y que permite cargar hasta 7kW, permitiendo así mejores tiempos de carga y dando la posibilidad de poder cargar en la noche para salir al 100% en la mañana.
Por último, encontramos los Tipo 4, que son de carga rápida y que se encuentran presentes en las estaciones de servicio, con potencias de hasta 150 kW. En ellos, se puede cargar el auto al 80% en 30-40 minutos vs las 6 -7 horas si se usa un Modo 3.
Dicho esto, Francis David, subgerente comercial de Copec Voltex, nos cuenta que el valor estándar de un cargador domiciliario Copec Voltex con la respectiva instalación es de $1.560.000 (IVA incluido). Estos pueden ser instalados de forma monofásica o trifásica, lo que se traduce en una carga lenta o semi rápida si el vehículo lo permite.
“Hay distintos cargadores y con diferentes características, por ejemplo, con cable integrado o tipo socket, distintos tamaños, pantallas, etc. Es importante tener en cuenta, que todos los cargadores que ofrece Copec Voltex son inteligentes y se gestionan desde el celular”, agrega.
Hay marcas que los incluyen dentro de la compra del auto, como es el caso de Volvo. “Por la compra de un modelo Recharge Plug-in hybrid o Pure Electric, la compañía proporciona la instalación del cargador domiciliario, que considera la canalización de 20 metros”, sostiene Rodrigo Espinoza, gerente de Volvo Cars Chile.
Ahora bien, y pensando en aquellos usuarios que viven en edificios, ¿cómo funciona el cobro del uso de estas tomas domiciliarias en ese caso?
Maximiliano Sfeir, gerente de Maxus en Andes Motor, aclara que existen dos maneras de poder instalar cargadores en torres residenciales. “A través de la conexión del medidor del usuario, donde el consumo de la comunidad no se ve afectada por la carga de un vehículo eléctrico. O bien, por medio de dispositivos de medición de energía, llamados remarcadores”.
“Estos remarcadores cuentan la energía que se transita por una línea eléctrica, por lo que el cargador que esté conectado a ella, será monitoreado por estos dispositivos. En ambos casos, se cobra a través de la cuenta de electricidad respectiva”, señala.
Al respecto, en Copec Voltex explica que ellos están trabajando en edificios con proyectos compartidos para toda la comunidad. ”En esos casos los cargadores son operados por Copec Voltex, el cliente paga a través de nuestra aplicación y los equipos cuentan con sistema de remarcación que permite un pago fácil y directo de la energía desde Copec Voltex a la Administración”.
Tarifa diferenciada
Como hemos visto un auto eléctrico tiene la ventaja de que se puede recargar tanto en la casa como en una electrolinera. Ahora bien, dependiendo de dónde se haga y a través de qué tipo de cargador, será el tiempo que se tardará en estar al 100% la batería.
Vistas las opciones de carga, es hora de hablar de precios. De saber, por ejemplo, qué conviene más recargar en el domicilio o en la estación de servicio. O, básicamente, de saber cuánto cuesta recargar un auto eléctrico.
“Si tomamos solamente el aspecto económico, hoy es más conveniente cargar en la casa debido a que el costo por kWh es menor. Sin embargo, en una electrolinera podrás obtener una carga mucho más rápida y eficiente (30-40 minutos vs 6-7 horas)”, comenta David de Copec Voltex.
“Respecto a la conveniencia en un sentido más amplio, son experiencias distintas, ya que el servicio hace la diferencia, así como también las propuestas asociadas. Por ejemplo, en una estación de servicio mientras cargas puedes ingresar al Pronto; mientras que en casa puedes cargar cuando duermes. Ambas son opciones muy cómodas y fáciles que permiten al cliente elegir cómo cargar tu vehículo”, agrega.
Maximiliano Sfeir de Maxus está de acuerdo con ello: “Efectivamente es más conveniente cargar en casa que en una electrolinera en términos energéticos. Y dependiendo de la tarifa puede ser aún más conveniente. Por ejemplo, cargar la T90 EV, que dispone de una batería de 88,5 kWh, puede costar $11.505 en casa, ya que el valor promedio del kWh es de $130. Mientras que, en una electrolinera, el costo sería de $22.125 (considerando que el valor del kWh es de $250)”.
Así, cargada al 100%, la Maxus T90 EV puede andar hasta 471 kilómetros.
Respecto del método de pago, mientras la recarga desde la casa se paga a través de la cuenta de luz generalmente, en una estación de servicio se realiza por medio de una app, en la que creas un perfil e ingresas tu tarjeta. Por ahora, no es posible pagar en efectivo, como sí se puede hacer cuando repostamos combustible.
Ok, es más conveniente cargar nuestro auto eléctrico en la casa. Ahora bien, es mejor hacerlo de día o de noche. He ahí la pregunta ahora.
Si bien en la tarifa residencial, el costo por kWh es plano a lo largo del día y noche, por lo que depende de la preferencia de cada consumidor; desde Porsche Center Santiago, por ejemplo, recomiendan realizar la carga durante la noche, puesto que las fluctuaciones de voltaje son menores, así como también el consumo domiciliario desciende considerablemente.
“Para reconocer la mejor hora de carga, nuestros vehículos cuentan con una gestión de carga interno, el cual se puede programar según la necesidad de las personas o la capacidad eléctrica del domicilio donde se encuentre”, puntualiza Gabriel Montenegro, gerente comercial de Porsche en Chile.
Estandarización de la red
En el Diario Oficial, se acaba de publicar el Reglamento de Interoperabilidad de los sistemas de recarga de vehículos eléctricos, una normativa que sitúa al país a la vanguardia en temas regulatorios relacionados con el desarrollo del servicio de carga para vehículos eléctricos.
De acuerdo con la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac), “este reglamento define lo que son cargadores de acceso privado y público, y establece una serie de requisitos para estos últimos, los cuales deben ser cumplidos por los propietarios, operadores y proveedores de servicios de carga de vehículos”.
El objetivo principal del reglamento es garantizar que los datos de las estaciones de carga sean públicos, que los usuarios de vehículos eléctricos tengan un acceso fácil a dichas estaciones y que no enfrenten problemas de compatibilidad con los estándares de sus vehículos.
Y es que los usuarios que han optado por la electromovilidad han enfrentado diversos obstáculos al cargar sus vehículos eléctricos. Al hacer viajes interregionales, deben preocuparse al menos de saber la ubicación de las estaciones de carga, su disponibilidad, el tipo de conector, el tipo de carga (lenta, rápida o ultrarrápida), el precio de la energía y los métodos de pago disponibles, entre otros temas.
Para solucionar estos desafíos, los principales operadores de puntos de carga y proveedores de servicios de electromovilidad nacionales han desarrollado sus propias aplicaciones para acceder y pagar por los servicios de recarga. Sin embargo, el reglamento de interoperabilidad busca estandarizar la información que manejan tanto los operadores y proveedores actuales como los futuros.
Lo anterior, lo realiza a través de la obligatoriedad de proporcionar información fija sobre las características y ubicación de los cargadores, así como también de dar información en tiempo real sobre el precio de la energía de carga, el estado y la disponibilidad de los cargadores. Además, obliga a ofrecer opciones de pago que incluyan al menos una de las siguientes alternativas de pago: en efectivo, tarjeta de débito o crédito o un portal de pago, sin necesidad de suscripción.
Como vemos, y si bien aún hay mucho camino que recorrer para que la electromovilidad sea una realidad en nuestro país, el fortalecimiento y la estandarización de la red de carga, resultan fundamentales en el proceso que nos conduzca hacia allá.