A pesar de que por estos últimos años los vehículos con motor diésel no han gozado de la mayor popularidad, principalmente por temas como el Dieselgate, y el hecho de que muchas marcas han anunciado que sacarán de su catálogo los motores a combustión, lo cierto es que muchos conductores siguen prefiriéndolos por su rendimiento y gran torque.
Y aunque a veces pueden requerir un poco más de atención para asegurar su óptimo funcionamiento, es bastante fácil evitar algunas de las fallas más comunes, sobre todo aquellas que tienen que ver con el uso que les damos y nuestros hábitos conductivos.
Ojo con el turbo
Mantener funcionando de manera correcta las partes móviles del turbocompresor es uno de los puntos más importantes para que nuestro vehículo no presente problemas mayores.
Algunos de los fallos que más se dan en este ítem es la acumulación de residuos en la turbina de escape (si es de geometría variable), lo que deriva en el desgaste del eje de la turbina que da paso al interior al aceite.
Para evadir este problema lo más recomendable es aprender a conocer nuestro motor, su funcionamiento y temperaturas. Idealmente nunca exigir el motor cuando está frío, y dejar que el vehículo repose en ralentí unos minutos, sobre todo después de trayectos muy largos.
La conducción urbana también nos puede jugar en contra si es que transitamos por mucho tiempo a bajas revoluciones, por lo que después de mucho tráfico siempre es bueno llevar el auto a un tramo de autopista para que los procesos automáticos de limpieza se lleven a cabo.
Se puede saber que el turbo está dañado si es que se incrementó el consumo de aceite y sale humo blanco azulado desde el escape.
Limpieza de inyectores
De vez en cuando, es bueno pasar por el taller y revisar que los inyectores estén limpios, sobre todo si el auto ya tiene algo de kilometraje.
Las señales más evidentes de que hace falta una limpieza en los inyectores es la generación de humo negro, que da cuenta de una mala combustión, sin olvidar el incremento en el consumo.
Si bien el diésel que se vende en Chile es de muy buena calidad, nunca está de más preocuparse para evitar problemas a futuro.
Cuidar la recirculación
Los motores diésel modernos cuentan con un sistema de recirculación de gases de escape (EGR), que reintroduce estos gases en las cámaras de combustión en ciertas situaciones, lo que puede incrementar la acumulación de depósitos, afectando el correcto funcionamiento y haciendo que la EGR se quede abierta, introduciendo gases de escape de manera continua, bajando el rendimiento del vehículo y combustión ineficiente.
Para limpiar la EGR basta con circular a revoluciones un poco más altas por la autopista, donde el motor podrá respirar, eliminando residuos a través de sus sistemas de limpieza integrados.
Atento al filtro
Los filtros de partículas son parte indispensable de los motores diésel de la actualidad, pues son los encargados de almacenar las partículas sin incinerar, evitando que lleguen al aire.
Una de las formas más sencillas de asegurar su buen funcionamiento y evitar recambios constantes, es asegurar que, cada cierto tiempo, el motor alcance una temperatura adecuada de los gases de escape, para que estos puedan incinerar los residuos que queden en el filtro.
En términos simples, con una conducción constante entre 2.000 y 3.000 revoluciones por minuto, por un periodo que supere los 15 minutos, se puede mantener el funcionamiento óptimo del motor sin grandes complicaciones.
De todas maneras siempre invitamos a los usuarios a que lean y estudien el manual de usuario e su vehículo, pues muchos de estos consejos se encuentran allí, y son más fáciles de seguir que pagar una reparación no programada.