En su camino hacia la electromovilidad, Jaguar Land Rover encontró una solución para aumentar la autonomía de sus vehículos electrificados y reducir las emisiones de los híbridos enchufables: rebajar el peso de sus autos.
Bajo un proyecto bautizado como ‘Tucana’, el fabricante británico investiga el desarrollo de “compuestos ligeros que ayudarán a ofrecer una mayor autonomía, un mayor rendimiento y una conducción más dinámica” en sus autos, asegura la compañía.
En estricto rigor, Jaguar Land Rover pretende crear carrocerías y trenes de propulsión sustituyendo materiales como el aluminio y el acero, por otros más livianos, como la fibra de carbono o de vidrio.
Así, el fabricante ingles estima que el peso de cada unidad se reducirá en hasta 35 kilos, en tanto que su rigidez aumentará un 30%, lo que se traducirá en un ahorro de emisiones de CO₂ de 4,5 millones de toneladas entre 2023 y 2032.
De igual manera, se disminuirá el consumo energético de las baterías y, por tanto, se incrementará la autonomía de los trenes de propulsión eléctricos, logrando, además, sacarle un mayor partido al par motor.
También la capacidad de las baterías podrá ser mayor, pues “la reducción del peso de la carrocería del vehículo permitirá instalar baterías más grandes, sin afectar las emisiones de CO₂”, asegura JLR.
“Este proyecto permitirá que se materialicen los verdaderos credenciales medioambientales de los vehículos eléctricos al permitir una adopción más amplia de la tecnología e impulsará a Jaguar Land Rover y a la cadena de suministro del Reino Unido a una posición líder mundial en tecnología de bajas emisiones de carbono”, asegura Marcus Henry, responsable de investigación en Jaguar Land Rover.
Jaguar Land Rover prevé tener lista su primera flota de vehículos preproducción fabricados con los compuestos Tucana para 2022.