Hace una semana el Parlamento Europeo aceptó la propuesta de adelantar la sentencia de muerte para los autos con motor de combustión interna (incluidos los híbridos), cuya venta se prohibiría a partir de 2035. No obstante, antes de que la propuesta se convierta en normativa comunitaria queda negociar los términos de esta última con cada país miembro.

Es así como nace -de la mano de algunos diputados italianos- la “enmienda Ferrari”, la cual permitiría a los fabricantes que vendan menos de 10.000 autos nuevos al año seguir vendiendo modelos con motores térmicos más allá de la fecha estipulada, lo que afectaría esencialmente a marcas de deportivos y lujo, como el fabricante que da nombre a la iniciativa o su gran rival Lamborghini.

En este “saco” también caerían aquellos fabricantes de vehículos comerciales ligeros y de vehículos de emergencia y asistencia.

Eso sí, esta medida se trataría de una simple moratoria de un año, es decir, a dichos fabricantes se les permitiría seguir vendiendo autos con motores tradicionales hasta 2036.

Ahora bien, en una segunda categoría, la “enmienda Ferrari” incluye a constructores con una producción anual inferior a 1.000 autos. Aquí marcas como Morgan, Koenigsegg, Bugatti o Pagani serían las principales beneficiarias de esta iniciativa y para las cuales la exención se mantendría más allá de 2036.

Hasta ahora, al igual la prohibición de autos a gasolina y diésel en la UE en 2035, la “enmienda Ferrari” es solo una propuesta. Habrá que esperar hasta el próximo 28 de junio, fecha en que los ministros de Medio Ambiente de los países miembros se reunirán para votar a favor o en contra.