El 28 de marzo de 1977 se celebraban los 49º premios Oscar en el Dorothy Chamdler Pavillion de Los Ángeles. Llegando el momento de anunciar a la ganadora de Mejor Actriz, Silvester Stallone vio interrumpido su discurso por Muhammad Ali. Sí, el campeón del mundo de pesos pesados subía al escenario para gritarle al actor neoyorquino que le había robado el guion de la película "Rocky" y que él era el verdadero Apollo Creed.
La divertida e insólita escena termina con un amague de intercambio de golpes entre ambos y con una ovación de los asistentes. Minutos más tarde, la película "Rocky" ganaría la estatuilla a Mejor Película, donde se impuso a "Taxi Driver" y "Todos los hombres del Presidente", galardón al que se sumó el premio a Mejor Director y Mejor Montaje. Velada perfecta para una película de bajo costo.
Pero entre bromas y festejos, la frase del boxeador más grande de la historia escondía una historia verdadera. El personaje antagónico de Rocky estaba inspirado en Ali. ¿Y quién era el semental italiano, el héroe de Filadelfia que con el tiempo llevaría ocho películas a la pantalla grande?
El paso a la fama
Para responder a la pregunta anterior hay que retroceder hasta el 26 de marzo de 1975. Hace 45 años, Muhammad Ali se aprontaba a defender por primera vez el título del mundo tras haber recuperado el cetro cuando se impuso a George Foreman en la recordada batalla de Kinshasa.
En el Richfield Coliseum de Ohio, Ali se enfrentaría a Chuck Wepner, un boxeador que se acercaba al final de su carrera sin haber hecho mucho, más que haber estado en el cuadrilátero con Sonny Liston y George Foreman. Su mayor reconocimiento era por el apodo “The Bayonne Bleeder” (El Sangrador de Bayonne), debido a la facilidad con la que se le abría el rostro con los golpes.
La pelea parecía un mero trámite, con apuestas 30 a 1 a favor del campeón. El único motivo por el cual Wepner aceptó la disputa fue por los 100 mil dólares que le había ofrecido Don King, el promotor del combate.
Los primeros rounds mostraron la enorme diferencia entre ambos púgiles. Pero Wepner resistía y los asaltos empezaban a pasar sin que cayera el KO. Parecía una masacre, con el retador ensangrentado, hasta que en el noveno round, Wepner conectó un derechazo que mandó al piso a Ali. Por tercera vez en su carrera, el oriundo de Louisville besaba la lona.
“Yo era la persona más famosa del mundo luego de la pelea y la película. Nadie más me llamó Chuck, sino Champ o Rocky. Vivía duro, bebía, iba a fiestas con muchas mujeres, me divorcié de mi segunda esposa y también tuve problemas con la cocaína”, dijo Chuck Wepner en 2015.
Seis segundos le alcanzaron a contar a Ali hasta que se repuso, quien dejó su fanfarronería y atacó con vehemencia hacia su ocasional rival, quien a esas alturas era fuertemente apoyado por los más de 15 mil espectadores, hasta que, en el último asalto y tras una serie de durísimos golpes, Ali logró botarlo y vencerlo por KO cuando restaban 19 segundos.
En Los Ángeles, California, Sylvester Stallone no podía creer lo que veía. Por esos años, era un actor sin éxito, pero en la pelea Ali-Wepner encontró su inspiración y en tres días escribió la historia de "Rocky", la saga de boxeo más importante de Hollywood.
Para Wepner también fue un salto a la fama. Lo invitaron a peleas más circenses, incluso peleó contra un oso. Se retiró del boxeo en 1978, con 36 victorias, 14 derrotas, dos empates y más de 350 puntos de sutura en el rostro. Después de eso, vino su desgracia y el olvido.
“Yo era la persona más famosa del mundo luego de la pelea y la película. Nadie más me llamó Chuck, sino Champ o Rocky”, comentó en una entrevista en 2015, agregando que “me volví loco. Vivía duro, bebía, iba a fiestas con muchas mujeres, me divorcié de mi segunda esposa y también tuve problemas con la cocaína”.
Al tanto de sus dificultades, Stallone le ofreció a Wepner un papel en Rocky II, pero no pasó el filtro de la audición y en 1985 fue arrestado por posesión de drogas. Pasaría tres años en la cárcel.
En 2003, aquejado por los problemas, entabló una demanda contra Stallone. Según versiones de prensa, se llegó a un acuerdo extrajudicial por 15 millones de dólares, una cifra bastante menor para los ingresos que tuvo ese filme, que se llenó de gloria la noche en que Muhammad Ali se presentó en los premios Oscar.