La Unión Europea está cada día más cerca de prohibir las ventas de autos a gasolina y diésel en 2035. Tras varios días de conversaciones y una negociación final de 16 horas, la mayoría de los países miembros acordaron apoyar la prohibición de los motores de combustión en el Viejo Mundo a partir de esa fecha, con el objetivo de alcanzar la carbono neutralidad para 2050.
Un acuerdo que, sin embargo, ha encontrado reticencias en cinco países de la Unión Europea, específicamente, en Italia, Portugal, Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía, los cuales buscaban aplazar cinco años la medida, hasta 2040, para hacer la transición hacia el auto eléctrico algo más dulce tanto para el consumidor como para los fabricantes.
Estos países abogan por un punto intermedio en el que se alcance una reducción del 80% de emisiones de CO₂ en 2035, para alcanzar el objetivo del 100% en 2040.
Los e-fuels serían la clave
Hasta ahora, la Unión Europea había abogado por una única opción a partir de 2035. Los únicos autos nuevos que se venderían a partir de entonces deberían ser eléctricos, ya sea empleando baterías, o sistemas de pila de combustible alimentados por hidrógeno. Se prohibirían por tanto las ventas de cualquier vehículo con motor térmico (gasolina y diésel), incluidos híbridos e híbridos enchufables.
Sin embargo, hoy también se ha abierto una puerta que en la práctica supondría la supervivencia del motor de combustión. Esto luego de que Alemania mostrara su apoyo a la medida, siempre y cuando se introduzca la posibilidad de que se puedan vender vehículos nuevos que funcionen con combustibles sintéticos a partir de la fecha estipulada.
Los combustibles sintéticos o también llamados e-fuels, son producidos a partir de energías renovables y con la captura de dióxido de carbono de la atmósfera como parte del proceso de elaboración. De ahí, que tengan el sello de ser neutrales, pues la diferencia entre lo que se capta de la atmósfera durante su producción y lo que se emite durante su uso, es nula.
Al respecto, el jefe de política climática de la UE, Frans Timmermans, reconoció que la Comisión mantendría una “mente abierta” en referencia a esta petición de Alemania.
La postura de la administración de Olaf Scholz, canciller alemán, por su parte, va en consonancia con la apuesta de varios fabricantes de ese país, que hoy están invirtiendo fuerte en el desarrollo de combustibles sintéticos. Entre ellos, se encuentra Porsche, Audi y Bosch.
En cualquier caso, la Unión Europea como organismo tiene aún mucho trabajo por hacer para conseguir que sus intenciones se conviertan, definitivamente, en una ley con plazos y reglamentaciones definitivas y plenamente vigentes.