Patricio Cabrera dice que desde niño soñaba despierto. Que desde sus primeros años en su natal Co- yhaique confiaba en que lograría sus objetivos. Que lo suyo no era lo académico, sino el deporte, que tenía condiciones para ser futbolista, pero que en verdad lo que le apasionaba eran las motos.
Creció en esa lejana Patagonia escuchando las proezas africanas de un tal Carlo de Gavardo. Luego fue Francisco “Chaleco” López el personaje en el que le gustaba mirarse. Siendo un quinceañero siguió sus instintos y aceptó que su futuro estuviera ligado a las dos ruedas. No había vuelta atrás. Había cruzado ese umbral en el que los sueños que visualizamos despiertos reaparecen con más fuerza al dormirnos. Y en ese mundo onírico siempre, pero siempre, aceleraba a fondo.
Fue cosa de tiempo para que su rutina dependiese de las carreras. Y así se fue haciendo un nombre reconocido en el ambiente. Fue parte de los Six Days de Enduro en La Serena (2007), luego disputó por años el campeonato de motocross (MX), fue campeón de la categoría 250 cc e, incluso, disputó mundiales de MX (2009 y 2010). Has- ta se dio el lujo de ir una temporada a competir a Estados Unidos.
Luego vendría el salto mayor. A instancias del propio “Chaleco” Ló- pez, se puso como objetivo competir en el Rally Dakar. Hoy, cuando se acerca el cambio de folio (cumple 30 años el 13 de diciembre), ya tiene ocho dakares en el cuerpo y es el quinto piloto nacional con más participaciones en la máxima prueba del rally crosscountry.
En el Rally Dakar ha vivido sus mejores días deportivos. Es la prueba que lo motiva y para la que trabaja todo el año, sin embargo, a la próxima edición dice que no viajará, pese a que había logrado financiar la expedición a Arabia Saudita. “No voy al próximo Dakar, básicamente porque la organización no se hará cargo de los problemas que existan por el tema del coronavirus. Y en una competencia donde hay más de dos mil personas de distintos países moviéndose día a día es muy complicado”, reconoce con resignación.
Sin embargo, “Hulk”, como le apodan por su condición física poco habitual entre los motociclistas, trabaja en lo que podría catalogarse como “el mayor de sus dakares”, puesto que junto a su empresa PCH se adjudicó la licitación del Campeonato Nacional de Motocross entre 2021 y 2023, evento al que pretende darle un nuevo aire, aunque el gran objetivo ahora esté un par de peldaños más arriba: hacer un trabajo tan bueno en el nacional de Chile para poder organizar después una fecha del Mundial de Motocross.
El gran desafío
La faceta de empresario y productor del “Pato” Cabrera no es nueva, de hecho, hace tres años comenzó con una competencia llamada Copa del Rey, un inédito campeonato de motos Big Trail que suma cientos de pilotos por cada fecha. Eso sí, reconoce que no le fue fácil encontrar ese camino paralelo a la carrera deportiva. “Tuve una tienda de ropa, después estuve con una empresa constructora, nunca me quedé tranquilo. Hasta que se nos ocurrió la idea de la Copa del Rey. Ahí armamos un buen equipo de trabajo, pero sin saber mucho de producción, salvo el conocimiento que yo tenía como piloto y de lo que me gustaba encontrar en una competencia”.
¿La experiencia de la Copa del Rey abrió el apetito para ir por el motocross?
El campeonato de motocross estaba bien de capa caída y por eso me empezó a interesar el tema. Además, como vimos que teníamos dedos para el piano con la Copa del Rey y que las marcas nos creían, hace dos años nos atrevimos y lo pedimos en la Federación. Ahí me dijeron que debían ver el contrato, me tramitaron un año, hasta que nos avisaron que podíamos postular. Así entramos a la licitación con un proyecto bien hecho, muy enfocado al área digital y lo ganamos.
¿En qué te apoyaste para darle vida a la Copa del Rey?
Me ayudaron mucho los ocho dakares que tengo en el cuerpo, el haber corrido en Estados Unidos, el haber visto lo más alto en producción de eventos, saber qué cosas sobran, lo que falta. Entonces, se me hizo fácil, básicamente recordaba mi historia, mis carreras. Uno como piloto sabe cuándo hay problemas, lo molestas que son las descordinaciones del cronograma, que los tiempos de espera sean muy largos, cosas así. Todo ese conocimiento lo llevé a un papel y eso nos permitió tener bastante éxito.
¿Qué ofrece como novedad el proyecto?
El proyecto está enfocado a ofrecer un gran espectáculo deportivo y a entregar buen retorno a las marcas. No estará solo enfocado a las carreras, por lo mismo, en el parque no estará solo la asistencia de los pilotos, sino también una zona para exposición de motos. El objetivo es que se hagan lanzamientos de motos deportivas, de ropa, todo lo que esté relacionado con la competencia.
¿Cómo será el formato?
El campeonato constará de ocho fechas. Para definir los lugares hicimos una encuesta digital con el mundo del motociclismo, creamos la plataforma Chile MX, donde tenemos más de dos mil pilotos, y les preguntamos por los mejores circuitos del país. Con esa información vimos los que más se acercaban a lo que necesitamos y así se definieron cuatro fechas en la zona centro, además de una en Concepción, Tal- ca, Coquimbo y La Serena.
Otro cambio es que, a diferencia de lo que pasa hoy, donde el sábado compiten menores y mujeres y el domingo el resto, con nosotros eso cambiará, ya que el primer día será para entrenamientos y clasificaciones y el domingo correrán las 15 categorías. El objetivo es que lleguen unas cinco mil personas a ver la competencia.
¿Cómo será el tema de la seguridad?
No escatimamos en seguridad ni logística. Si un piloto tiene un accidente debe ser atendido de inmediato, por eso siempre nos sobraban ambulancias en la Copa del Rey, ya que teníamos tres o cuatro.
¿Cómo tomaron los pilotos el cambio de productor?
Todos los pilotos contentos, eso también fue muy lindo. Nos conocen bien, conocen a mi pareja, que también era piloto de motocross, entonces todos estaban contentos y confiados en que el campeonato será mucho mejor.
¿A nivel de Federación hubo buena recepción?
Todo bien con eso, aunque lo interesante, y que no me esperaba, era que me llamaran de la FIM LA (Federación de Motociclismo Latinoamericano) para felicitarme. En la conversación incluso me ofrecieron traer los campeonatos latinoamericanos y que yo sea el productor. Ahí se abre otra ventana atractiva, pero les comenté que primero quería hacer un año del campeonato nacional, que vieran mi trabajo, que nos sirviera para pulirnos como equipo y para 2022 pensar en traer el evento más importante de Latinoamérica, el Latino de Naciones.
Entonces, la idea es que el próximo año podamos hacer un bonito campeonato nacional; al año siguiente repetirlo, pero agregando la fecha del Latinoamericano y al tercer año, si todo sale bien, replicar los dos eventos, pero, además, postular a una fecha del Mundial de Motocross. Para eso estamos trabajando.
¿Te sorprendió el paso que estás pronto a dar?
Más que sorpresa, me deja muy tranquilo. Mi proyecto deportivo siempre fue hecho a pulso, me ha tocado hacer de todo, desde la mecánica a la búsqueda de avisadores y la logística. He limpiado los predios, recogido la basura y al día siguiente me siento con ejecutivos de marcas importantes para presentarles proyectos. Eso me permite tener siempre los pies bien puestos en la tierra.
Por último, ¿ves este desafío similar a lo que te ha tocado enfrentar en una carrera?
Es muy parecido. Yo me levanto todos los días muy temprano a entrenar (de 6.30 a 8.00 am), y mientras lo hago estoy pensando todo el tiempo en la carrera para la que me preparo y por eso debo estar en la mejor forma. Con esto es lo mismo, cuando dejo de entrenar y tomo el computador lo hago pensando en que el proyecto debe salir sí o sí, en lo que debemos hacer para mejorar, en la capacidad que debemos tener para atraer a pilotos y marcas. Entonces, cuando vas poco a poco consiguiendo resultados, cuando se van sumando auspiciadores, vas sintiendo cosas similares a las etapas de un Dakar, que es día a día. Eso también me pasaba cuando terminaba una de las fechas de la Copa del Rey, cuando todos se iban y me quedaba mirando las carpas ordenadas y que todo había salido bien, también era muy similar a cuando terminaba un Dakar. Es esa sensación de satisfacción de haber hecho lo que te gusta, que lo hiciste bien y que puedes seguir soñando. MT