Hace exactamente 19 años, el 27 de abril de 2001, el afamado Teatro Chino de Los Ángeles celebraba el estreno de Driven, una película producida y protagonizada por Silvester Stallone. En la ocasión, junto a una serie de autos de carrera y caminando por la alfombra roja se encontraba el chileno Cristián de la Fuente, quien interpretó al piloto Memo Moreno en el filme y quien no podía creer el lugar en el que se encontraba.

El actor nacional era un reconocido fanático de los autos, tal como indicó en una entrevista en la revista MT MAG. Incluso llegó a disputar algunas competencias de velocidad en Santiago al mando de su Fiat 600. Sin embargo, el salto a una gran producción en Hollywood era otro nivel.

Respecto a su participación y cómo llegó a la película. De la Fuente señaló hace unos años en Viva el Lunes que un día estaba viendo un programa llamado Entertainment Tonight, donde se dijo que Stallone estaba realizando un curso de manejo para una película de autos. Entonces, el chileno le dijo a su manager que seguramente necesitarían otros pilotos, que no creía que Stallone corriese solo y que vieran la opción de mandar su material. Y al mes y medio lo llamaron para hacer un casting.

“Empezamos a grabar el día de su cumpleaños (de Stallone) y él me reconoció del casting. Lo saludé por su celebración y empezó una relación más amena”, señaló a modo de anécdota. También reconoció que le llevó de regalo un gorro de Ayrton Senna, ya que Stallone era un admirador del brasileño.

En la filmación, el auto que le correspondió utilizar a De la Fuente fue el mismo monoplaza del ex piloto de la F1, Maurício Gugelmin.

Respecto de lo que sentía en esos años, De la Fuente dijo en la entrevista en MT MAG. que “cuando me invitan a participar en la película Driven, no sabía si cobrarles o pagarles yo. Siempre fui fanático de las carreras. Cuando me contrataron para la película me contacté con Eliseo Salazar, a quien yo no conocía en persona. Lo llamé para que me ayudara y me guiara en el mundo del automovilismo por dentro. Y él fue muy generoso. Lo fui a ver correr a Las Vegas, me mandó todo para asistir. Lo que él hizo por mí fue heavy. Y eso me ayudó mucho para entender las carreras por dentro”.

En cuanto a la película, Silvester Stallone deseaba hacer un trabajo relacionado con las carreras desde que había grabado en Inglaterra El Juez (1995). Incluso, para conocer más del tema, asistió al Gran Premio de Italia en 1997, aunque sin mayor éxito, debido al secreto que impera en los equipos de la F1. Pero por esos años empezó a rondar la idea en su cabeza, como comentaría posteriormente en entrevistas.

Pese a que la idea original era basarse en la F1, la historia terminó centrándose en la Champ Car. Rodada principalmente en Toronto (Canadá), fue dirigida por Renny Harlin, tomando como eje la historia de un joven piloto (Kip Pardue) que buscaba ganar el campeonato, pero que se veía complicado por a fama y la presión. Para ayudarlo, el jefe de equipo (Burt Reynolds) llama a Joe Tanto (Silvester Stallone), un antiguo piloto, para que le ayuda y le permita al novato cumplir sus sueños.

El filme comenzó de buena forma en las salas norteamericanas, quedando en el primer durante el fin de semena de estreno, superando en ese entonces a la película El diario de Bridget Jones, aunque la crítica no sería muy piadosa y fue duramente atacada. En IMDb, su puntaje es de 4,6 sobre 10 posibles.