Hace algunos días te dábamos cuenta del maravilloso trabajo de restauración hecho por ingenieros de Mini, que dejaron como nueva una de las primeras unidades salidas de la planta de Holanda, en 1959, que fue encontrada recientemente en un granero. Los profesionales se tomaron su tiempo, pero el resultado -a todas luces- fue más que satisfactorio. Ahora la historia es también de un Mini, aunque con algo más de caballaje que el Mini genuino creado por Alec Issigonis: claro, ahora hablamos de un Mini tuneado, que creció nada menos que hasta los 500 caballos de potencia. ¿Cómo lo hizo?
La responsable es la empresa californiana Gildred Racing. La firma -que ya ha repetido 10 veces este trabajo con diferentes unidades- comenzó con una unidad de 1974 a la que retiró el bloque original de cuatro cilindros y 850 cc (y caja manual de cuatro marchas), para poner en su lugar un grandote 3.2 litros V6 que utiliza el Acura CL Type S comercializado hace dos décadas. Se ubicó transversalmente (como en el modelo original), pero se llevó la fuerza al eje trasero mediante una caja manual esta vez de seis cambios.
Si alguno buscara en el folleto del Acura, no existe esa motorización con 500 caballos. Pero ahí nuevamente metió mano Gildred Racing que hizo una serie de modificaciones -entre ellas, agregó un supercargador- para que finalmente este bola roja endemoniada marcara 466 caballos adicionales sobre su bloque original de mediados del 70. Por supuesto, también el auto recibió retoques profundos a nivel de chasis, suspensión y frenos. En el maletero, en tanto, que era la gran innovación del Mini original de motor y tracción delantera, ahora ya no hay espacio para bolsos, puesto que ese lugar ahora es propiedad del sistema de escapes. No hay mal que por bien no venga, dicen en Gildred Racing.
En términos de equipamiento, este Mini Super Cooper S lleva un sistema de audio Alpine, botón de encendido, cierre central, luces LED, asientos Recaro y aire acondicionado, por si el motor V6 se pone rebelde.
En cuanto a performance, este Mini que sigue llevando rueditas de 13″, alcanza los 100 km/h en menos de cuatro segundos. Pocos de los deportivos actuales podrían hacerle frente.
Tal vez lo único malo de este pequeño pero atrevido Mini es su precio. Cada una de las 10 unidades es entregada a su nuevo dueño por US$ 150 mil, o sea, unos $ 116 millones. Tanta genialidad no podía ser gratis.