A inicios de junio, Chevrolet calentaba la antesala del destape de la octava generación del nuevo Corvette. En concreto, la marca del corbatín reveló un video en el que hacía un repaso del legado del modelo, iniciado a mediados de los 50. Ayer fue turno de la develación total, y las expectativas creadas por la firma de GM parecen no haber sido en vano, ya que el nuevo deportivo -ahora de motor central- responde a su estirpe con una potencia de casi medio millar de caballos y un 0 a 100 km/h de casi tres segundos. Y eso que corresponde a la versión de entrada.

El corazón del nuevo Corvette es un propulsor LT2 V8 atmosférico de 6.2 litros, que es capaz de erogar 495 caballos de potencia y 637 Nm de torque a 5.150 rpm, eso cuando está equipado con escape de alto rendimiento del pack Z51 Performance (sin él, se queda en 490 Hp y 630 Nm). Más allá de los números, este bloque destaca por ubicarse en la parte baja del centro del chasis, permitiendo una posición del conductor más cercana al eje delantero, una equilibrado peso entre ambos trenes y una doble maletero (adelante y atrás) para una capacidad total de carga de 356 litros. La transmisión es una doble embrague de ocho relaciones que envía la fuerza al eje posterior.

“Aunque ahora el motor está ubicado detrás de la posición del piloto, el LT2 entrega la misma experiencia visceral que todos esperamos de un Corvette”, sostuvo Jordan Lee, jefe ingeniero de motores Small Block. “El LT2 ha sido diseñado para ofrecer un excelente par de torsión bajo y una potencia alta a cualquier rango de revoluciones”, añadió Lee.

La silueta del Corvette de octava generación -que esta vez ha sido bautizado como Corvette Stingray- se presenta con un frontal mucho más afilado y bajo (otra de las consecuencias de su motor de disposición central), muy parecido a las trompas de un Ferrari. Por la retaguardia, la zona del portalón cuenta con un cristal que deja ver el citado LT2 de 6.200 cc.

El peso en vacío del Corvette queda en 1.527 kilos. Integra frenos Brembo de 321 mm adelante y 339 mm atrás, neumáticos Michelin Pilot Sport ALS de 19 pulgadas adelante y 20 atrás y amortiguadores Magnetic Ride. Con el pack Z51 Performance, estas especificaciones cambian a neumáticos Pilot Sport 4S, mientras que los discos de frenos crecen hasta los 345 mm adelante y 350 mm atrás.

En el habitáculo del Stingray se encuentra un volante achatado arriba y abajo que simula ser el mando de una aeronave. Además, presenta una consola central y una pantalla totalmente orientada al conductor, contribuyendo a esa impronta aeronáutica.

El resto del equipamiento se compone de asientos con memoria, volante calefaccionado, alarma que advierte cuando los neumáticos alcanzan el máximo de presión y dos nuevos sistemas de audio Bose (de 10 y 14 altavoces).

Los precios del nuevo deportivo americano no han sido revelados, aunque en la presentación el presidente de GM, Mark Reuss, adelantó que “cuando el Stingray salga a la venta en Estados Unidos en 2020, lo hará a un precio inferior a los US$ 60 mil ($ 41 millones)”.

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