Uno de los modelos más tradicionales en la historia de Mercedes-Benz es el SL. Varios ejemplares han pasado a la historia, tanto por sus prestaciones como por la belleza de su diseño, sin embargo, en los últimos años esa fuerza había desaparecido.

Ahora, con el objetivo de enmendar el rumbo extraviado -y de la mano de la división deportiva AMG- surge el nuevo Mercedes-AMG SL, extendiendo un camino que se vio con el SLS y con el GT.

El quiebre con la edición anterior es total, por lo mismo, el nuevo SL se construye sobre una nueva plataforma desarrollada por AMG, estructura que es un 18% más rígida gracias al uso de compuestos de aluminio y que le permitió, entre otras cosas, adoptar la dirección a las cuatro ruedas y la tracción total de serie, elementos inéditos en el SL.

Otro cambio clave es el regreso a la capota de lona, que se pliega en forma de Z en 15 segundos y hasta a una velocidad de 60 km/h. Este material que vuelve al SL le permitió disminuir de inmediato 21 kg frente al techo duro del anterior y, además, bajar el centro de gravedad.

De todas maneras, aunque la sigla SL apela al nombre Sport Leichtbau (construcción ligera en alemán), tiene un peso de casi dos toneladas (1.970 kg) lo que se explica también por las mayores dimensiones, que ahora alcanzan los 4,705 mm de largo (+80 mm que el saliente), 1.915 mm de ancho y 1.353 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.700 mm.

En su diseño, si bien mantiene una estética clásica del SL, se muestra más estilizado, con finos grupos ópticos delanteros, junto a una parrilla del tipo Panamericana (con las 14 barras verticales), grandes tomas de aire para la refrigeración del motor y llantas de aleación que pueden ir de 19 a 21 pulgadas.

En el interior, se aprecia una renovación completa, con un cuadro de instrumentos digital que tiene un efecto 3D. Además, incorpora una pantalla táctil de 11,9′' en la consola central, que se puede inclinar eléctricamente entre 12º y 32º.

Dos niveles de potencia

El nuevo Mercedes-AMG SL es un cabrio de configuración 2+2 y da un salto en prestaciones y dinamismo. No podía ser de otra manera si lleva las letras AMG en su nombre. Como adelantamos anteriormente, debuta en este modelo la dirección a las cuatro ruedas, algo que mejora la agilidad.

A nivel motriz, dispondrá del poderoso V8 4.0 litros biturbo, el cual es ensamblado a mano por una persona en Affalterbach y que ofrecerá dos niveles de potencia, aunque ambas estarán asociada a la caja automática MCT de 9 velocidades y con tracción integral.

La unidad “base” entonces es el SL 55 4MATIC+, que eroga 476 Hp y 700 Nm. Pasa de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y puede alcanzar los 295 km/h de velocidad punta.

La versión más radical es la SL 63 4Matic+, que desde el mismo bloque consigue 585 caballos con un enorme par de 800 Nm desde 2.500 a 4.500 rpm, misma potencia que se encuentra en un Mercedes-AMG GT R. En cifras, va de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y la velocidad máxima asciende a 315 km/h.

Para más adelante se espera que asome una versión híbrida.