Hace 15 años los fanáticos de Porsche pusieron el grito en el cielo. La marca de deportivos más emblemática tenía el atrevimiento de dar vida a un vehículo familiar, el Cayenne. Cuando se han comercializado más de 770 mil unidades de este SUV, quedan pocas voces disonantes y todos se rindieron ante el éxito de un modelo que, en una carrocería poco emparejada al alma racing, lleva al límite la mejor versión de la deportividad con la máxima versatilidad y funcionalidad familiar.
La primera generación asomó en 2002.Ocho más tarde entraría la segunda versión, que incluyó una alternativa hibrida. Hoy la marca alemana da a conocer la tercera generación y para conocerla llegamos hasta la isla de Creta, donde se realiza la prueba de manejo mundial.
Es sencillo distinguir a primera vista que el diseño sigue una línea continuista respecto de la versión saliente, salvo ligeras modificaciones estéticas. Así, nos encontramos con entradas de aire de mayor tamaño y con un capó renovado, pero que mantiene las marcadas nervaduras y la elevación en la zona central.
En la zaga las modificaciones son más identificables, adoptando la identidad del resto de modelos de la marca, con hombros más robustos y un juego de luces posteriores tridimensionales que van unidas a través del portalón por una línea de luces LED bajo la cual se lee el nombre de la marca.
Hasta ahí lo que se podría señalar como pequeñas variaciones. En el resto del modelo son mayores e involucran todo el cuerpo con un objetivo común: mejorar e incrementar las capacidades dinámicas.
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Para esto, como primera novedad, se construye sobre una nueva arquitectura. Se trata de la plataforma MLB, la misma que utilizan modelos como Audi Q7 y Bentley Bentayga, y que servirá también para el primer SUV de Lamborghini, el Urus.
Esta probada estructura permite no sólo aumentar la rigidez y con ello su dinamismo, sino que en términos prácticos aumentar las dimensiones. De esta manera, llega a 4.918 mm de largo, lo que significa 63 mm más que en la versión anterior. La altura se redujo a 1.696 mm (-9mm), mientras el ancho quedó en 1.983 mm ( 23 mm). Si bien la distancia entre ejes se mantuvo en 2.895 mm, también se benefició la capacidad de carga, que alcanza los 770 litros ( 100 litros), mientras que con los asientos abatidos ese volumen crece hasta los 1.710 litros.
El interior se acerca a lo que exhiben modelos como el Panamera y da un salto en lo que se refiere a la unión entre el conductor y el vehículo, sin perder nada de la sofisticación y el lujo que lo caracteriza.
El elemento que toma protagonismo mayúsculo es la pantalla táctil full HD de 12,3'' de la nueva generación del Porsche Communication Management (PCM), que hace desaparecer la botonería anterior y desde donde se pueden controlar una serie de funciones, tanto de forma táctil o mediante mandos de voz, permitiendo además configurar hasta seis perfiles individuales, los cuales. Con el sistema Porsche Connect Plus se puede acceder a la navegación online, que entrega información del tráfico en tiempo real.
El tablero central, por su parte, dispone de dos pantallas full HD de siete pulgadas que acompañan por los costados al cuentarrevoluciones analógico, símbolo de la deportividad de Porsche. Esas pantallas también se pueden configurar según los gustos del conductor.
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A nivel motriz, la oferta estará compuesta (por ahora), por tres renovadas opciones bencineras, las que estarán asociadas a la nueva caja automática de ocho velocidades:

–                                 Cayenne: motor turbo de tres litros que entrega una potencia de 340 Hp ( 40 Hp que en la generación anterior) y un par de 450 Nm ( 50 Nm). Pasa de 0 a 100 km en 6,2 segundos (5,9 segundos con el paquete Sport Chrono) y su velocidad máxima es de 245 km/h.

–                                 Cayenne S: tiene un motor biturbo V6 de 2,9 litros con alimentación biturbo, que entrega una potencia de 440 Hp ( 20 Hp) y un par de 550 Nm. Pasa de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos (con el paquete Sport Chrono en 4,9 segundos) y su velocidad máxima es de 265 km/h.

–                                 Cayenne Turbo: desde su motor V8 biturbo de 4.0 litros se entregan 550 Hp ( 30 Hp) con un par de 770 Nm ( 20 Nm). Pasa de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y su velocidad punta es de 286 km/h.

Junto a las novedades motrices, la tercera generación de Cayenne tiene una serie de dispositivos que le hacen marcas diferencia con el modelo saliente y con los modelos que intenten competir en el segmento de los SUV de alta gama.
Para empezar, dispone de un nuevo chasis, que incorpora más aluminio y con lo cual pierde hasta 65 kg en comparación con el anterior, a pesar de que agrega mucho más equipamiento.
En este listado, se puede mencionar como un elemento muy innovador el Porsche Dynamic Chasis Control (PDCC), el que reduce la inclinación lateral en una curva gracias a un sistema de estabilización antibalanceo, aumentando la tracción y el dinamismo.
Otro elemento que apoya esa sensación de mayor firmeza, pero le agrega comodidad es la nueva suspensión neumática adaptativa, que se incluye con el Porsche Active Suspension Management (PASM), y que se caracteriza por tener una tecnología de tres cámaras, las cuales aumentan la confortabilidad y la deportividad gracias a un sistema de nivelación automático.

El nuevo alerón activo es otro aspecto a destacar, por la relevancia que adquiere a nivel de aerodinámica. En este caso, tiene diversas posiciones. A menos de 160 km/h se mantiene normal (modo Eco), cuando se supera los 160 km/h (Performance), el spoiler se levanta 20 mm y mejora la carga en el eje trasero. A esto, se puede adoptar manualmente un modo Sport Plus, que levanta el alerón 40 mm y es ideal en pistas de carrera. Ahora, si se viaja con el techo abierto, el alerón compensa la turbulencia extendiendo el alerón 60 mm. Por último, si existe un frenado de emergencia a más de 170 km/h, el alerón se extiende 80 mm (modo Airbrake), reduciendo la distancia de frenado.

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También como primicia mundial, debuta el Porsche Surface Coated Brake (PSCB) con capa de carburo de wolframio, en los neumáticos de 20'' como mínimo. Para elevar el nivel de sus frenos de alto rendimiento, esto consta de un disco de fundición gris con revestimiento de carburo de wolframio, elemento que según la marca mejora los niveles de fricción, reduciendo de paso el desgaste y la suciedad de los frenos.

Otro detalla importante y que lo pone en sintonía con el 911 y el Panamera es la presencia del selector de modo de manejo en el volante, que permite los estilos Normal, Sport, Sport Plus y PSM Sport; además del eje trasero direccional, sistema que debuta en Cayenne. Acá, las ruedas traseras (que por primera vez son más anchas que las delanteras) giran en el mismo sentido que las delanteras a altas velocidades, incrementando virtualmente la distancia entre ejes y mejorando la estabilidad. A su vez, a bajas velocidades, giran al contrario, reduciendo el radio de giro y facilitando el estacionar el vehículo.

Por último, a nivel de seguridad, si bien incorpora todo lo que uno podría imaginar (y exigir en un vehículo como Cayenne) pero además cuenta con asistente de visión nocturna con cámara térmica, asistente de cambio de carril, asistente de mantenimiento de carril con reconocimiento de señales de tráfico, ParkAssistent con Surround View y como novedad el Porsche InnoDrive. Este último es un sistema de control de velocidad con regulador de distancia, que gracias al GPS, es capaz de reconocer lo que viene en los próximos tres kilómetros, preparando el motor, los frenos y la transmisión para un óptimo andar.