Hace algunos días la empresa brasileña Marcopolo anunció que estaba construyendo 240 nuevos buses oruga (o articulados) para abastecer al sistema Red Metropolitana de Movilidad. La entrega de las unidades está contemplada para el mes de mayo y se trata de máquinas con motores Mercedes-Benz Euro VI que operarán en los servicios de las empresas Metbus, STB, Redbus, Express, Vule y Subus, que vienen a reemplazar a las antiguas micros Transantiago que en muchos casos datan de 2007.
El nuevo estándar de los buses en Santiago
Tal como ha sido la tónica con las buses rojo y blanco que circulan por la capital, estas nuevas micros destacan por una avanzada tecnología y mejora en confort para los usuarios. Cada uno puede llevar 152 pasajeros, mide 18,6 metros de largo y está configurado como un bus de piso bajo, sin escalones para abordar (también tienen rampa para acceso de coches o sillas de ruedas). Equipa aire acondicionado, puertos USB, cámaras de seguridad, monitoreo GPS y separación del puesto del conductor. En materia de emisiones, Marcopolo explica que el propulsor Euro VI garantiza una reducción del 66% de material particulado y un 80% menos de dióxido de carbono que los rezagados Transantiago.
Ahora solo queda presente la incertidumbre de si Marcopolo podrá cumplir con los plazos, puesto que tras la propagación del coronavirus en Brasil la empresa resolvió detener la producción de todas sus plantas por un plazo inicial de 20 días. Más allá de eso, una vez esta flota entre en operación, se llegará a más de 1.200 máquinas nuevas recorriendo Santiago (a inicios de marzo se completaron las mil).