El embrague es sin duda uno de los elementos del auto que está más expuesto al desgaste, sobre todo si se circula a diario en ciudades como Santiago, donde los tacos están a la orden del día. Cualquier problema de este tipo comienza por una pequeña dificultad para engranar un cambio o el hecho que el vehículo gane revoluciones sin plasmarlo en la velocidad (como lo hizo en algún minuto).

Aquí tienes cinco consejos para cuidar el embrague:

  • No apoyar el pie en el pedal

Por más lógico que parezca, no son pocos los conductores que apoyan el pie izquierdo en el embrague cuando no está en uso. Cada auto -por pequeño que sea- tiene un apoyapiés (o al menos un espacio libre) para que la extremidad descanse.

Un mínimo contacto del pie con el pedal puede ir generando fricciones y desgaste incluso a los pocos kilómetros.

  • Pisar el pedal hasta el fondo

Por el contrario, cuando sea momento de subir o bajar cambio, o bien pasar a neutro, el pedal debe llegar al final de su recorrido. De no hacerlo, se somete a estrés el conjunto de la transmisión. En esto entra a tallar también la posición adoptada en el asiento. Una ubicación demasiado alejada no permitirá completar el recorrido del pedal hasta el final.

En mil kilómetros de conducción urbana la cantidad de cambios de marchas es muchísimo superior a la cantidad de kilómetros andados. Así, aunque parezca que la marcha entra y sale sin roces, la vida del embrague estará acortándose paulatinamente.

  • No soltar el pedal demasiado rápido

Por el mismo motivo que no pisar el pedal a fondo para pasar de marcha es dañino, soltarlo demasiado pronto también lo resulta ser. Se fricciona el sistema de manera innecesaria.

  • En detenciones, desengranado y neutro es mejor

Aunque este punto es menor dañino que los anteriores, siempre es preferible poner en neutro que dejar engranada la primera y pisado el embrague. En autos más modernos con sistema Start&Stop, la detención se da solo cuando el auto entra en modo neutro, y no así cuando se simula la condición de neutro pisando el embrague.

  • Conocer y controlar el punto de embrague

Subir una pendiente en un auto manual (y a estas alturas antiguo) supuso siempre un problema mayor para los aprendices. La maniobra requería de sincronización para que el auto no se fuera hacia atrás, pero que ello no fuera a costa del embrague.

Si aparecía un mal olor, entonces, en el fondo, lo que se estaba haciendo era quemar el embrague, acortando nuevamente su duración. Aunque hay quienes -para salir del paso- recomiendan tirar del freno de mano, esta técnica supone un aflojamiento de la piola de freno. Finalmente, la solución parece haber venido con el control de partida en pendiente, que entrega valiosos segundos para realizar el proceso sin riesgo.

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