Hace un par de semanas nos enteramos de la bancarrota de Fisker, la startup de autos eléctricos que casi una década después de renacer de las cenizas, se vio nuevamente obligada a acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
Tras ello, hoy el fabricante norteamericano ha pedido al juez que supervisa el proceso de quiebra autorización para vender más de 3.000 Ocean a una empresa de rentacar con un descuento del 200%.
Así, Fisker estaría dispuesta a rebajar el precio de su SUV desde los 70 mil dólares iniciales con los que salió a la venta, hasta los 14 mil dólares, según el acuerdo al que habría llegado con American Lease y que supondría un ingreso para la quebrada compañía de 46,35 millones de dólares.
El 30 de mayo, dos semanas antes de que Fisker se acogiera a la protección por quiebra del Capítulo 11, American Lease acordó comprar 2.100 Ocean y un mes después aumentó esa oferta para comprar los 3.321 ejemplares que estaban listos para la venta.
American Lease presta sus servicios a conductores de vehículos compartidos en la ciudad de Nueva York y sus alrededores, proporcionándoles una flota de vehículos en régimen de alquiler o leasing.