Por muy lejana que parezca, cada día se dan nuevos pasos en lo que a conducción autónoma se refiere. El avance de llamados asistentes ADAS -que muchos autos ya incorporan- junto con una infraestructura vial intercomunicada, hará posible que en un futuro los autos se manejen solos, sin la intervención de un humano.
Y si bien aun falta tiempo para que este tipo de autos sea una constante en las calles y carreteras del mundo, ya hay ejemplares que están en circulación, y no sin polémica. Nos referimos a los robotaxis de Cruise (General Motors) y Waymo (Google), los cuales operan en San Francisco, California (EE.UU.), ciudad que se ha convertido en el campo de pruebas por excelencia para la conducción autónoma.
Pues bien, resulta que allí los autos autónomos se han transformado en un dolor de cabeza para los ciudadanos, debido a sus constantes fallos de funcionamiento y seguridad, que han provocado incidentes de distintas índoles. De ahí, que el Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMV) haya suspendido los permisos a Cruise.
Una suspensión que llega después del alarmante accidente en el que se vio involucrado un robotaxi de la compañía el pasado 2 de octubre. Entonces sucedió que un automóvil manejado por un humano golpeó a una transeúnte y la arrojó a la trayectoria de una unidad Cruise sin conductor, la cual no solo la atropelló, sino que también la arrastró unos seis metros.
Quién asume
Como vemos, además de provocar problemas de circulación, los autos autónomos también se han visto involucrados en siniestros de tránsito. Es entonces que surge la duda sobre quién asume la responsabilidad en un vehículo de este tipo en caso de accidente.
Para el Reino Unido, por ejemplo, que pronto votará la ley que autoriza los autos de conducción autónoma, la respuesta es clara. El responsable será el fabricante del vehículo o su operador, siempre y cuando estos autos estén en modo de manejo autónomo.
El proyecto de ley pretende garantizar que exista una responsabilidad jurídica clara sobre quién o qué organización es responsable en caso de accidente de un vehículo de conducción autónoma, o bien en situaciones de riesgo como las que ocurren a menudo en San Francisco.
Las empresas tendrán que cumplir los requisitos de seguridad desde el momento en que se introduzca un vehículo en las carreteras británicas o se enfrentarán a sanciones y penalizaciones si incumplen su deber. Éstas incluirán multas, obligación de adoptar medidas correctoras y suspensión de la explotación. En los casos graves se aplicarán incluso sanciones penales.
En la práctica, esto significa que un conductor humano no será responsable de los accidentes relacionados con la conducción mientras el vehículo esté en modo autónomo. Los conductores, por otra parte, seguirán siendo responsables cuando conduzcan ellos, así como de los aspectos ajenos a la conducción, como el seguro y la inspección técnica al día del auto.
La decisión ha sido bien recibida por las aseguradoras, que destacan que esto dará tranquilidad a los potenciales compradores. “Para las aseguradoras, también proporciona una claridad crucial a la hora de establecer la responsabilidad por la conducción autónoma”, señaló a Reuters Tara Foley, jefa de operaciones en el Reino Unido e Irlanda de la aseguradora global AXA.
Esta distinción podría sentar un precedente a nivel mundial, donde la responsabilidad en caso de accidente sigue estando en la nebulosa en muchos países.
Para Alberto Escobar, director de movilidad del Automóvil Club de Chile, y parte de la comisión mundial que se encuentra trabajando en la futura legislación de autos autónomos nivel 5: “el culpable de un siniestro, por ejemplo, podría ser el fabricante del auto, pero también el proveedor de internet, el ‘conductor` del auto o el de otro vehículo, recordando que durante el período de transición convivirán autos con distintos niveles de autonomía”.
Asimismo cree que “el tipo de accidente se determinará no solo por los vehículos que estén involucrados, sino también por circunstancias como, por ejemplo, un sabotaje o una caída de la tensión eléctrica o del proveedor del internet 5G. Por otro lado, hoy los autos autónomos tienen muy mala vista, confunden las posas de aguas con un hoyo, por ejemplo, o no tienen la suficiente agresividad para entrar a una rotonda, o bien, confunden los pájaros con personas, o sea, estamos todavía muy atrasados”.
A prueba
Exeed es una de las marcas que hoy realiza pruebas de conducción autónoma, anticipándose así a un futuro donde este tipo de autos serán la norma. Gracias a la autorización de la ciudad china de Wuhu para realizar tests en entornos reales, el Exlantix ES acumula a diario kilómetros rodados sin la intervención humana, teniendo que reaccionar a errores humanos producidos por otros autos en el tránsito cotidiano.
Lo anterior permitirá que los radares LIDAR, cámaras de alta resolución y otros sistemas equipados en los modelos de producción estén preparados para actualizarse remotamente, permitiendo ampliar su rango de operación y enriqueciendo aun más el valor agregado que representa la automatización de conducción, a la hora de aportar a la seguridad.
“Hoy en día, el mayor riesgo de provocar un problema o accidente proviene de factores externos como peatones, ciclistas y otros vehículos que suelen ser los más expuestos. El objetivo de esta tecnolgía, es permitir disminuir las tasas de exposición a riesgos en su mayoría. Es por esto, que nuestro sistema de conducción autónoma no se basa solo en reaccionar a un estímulo, sino que utiliza un sistema de aprendizaje, aplicando la inteligencia artificial para anticipar las maniobras de los otros conductores y poder vivir una experiencia de conducción 100% segura y con un performance de primer nivel”, afirma Exeed Chile, representada por Astara.