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Tres Bugatti aparecieron en un garage ubicado en Bélgica, muy cerca de la frontera con Holanda. Las unidades corresponden a tres exclusivos modelos de la marca francesa: un Bugatti Type 57 Cabriolet de 1937, Bugatti Type 49 Saloon 2/4 de 1932 y un Bugatti Type 40 de 1929.
El dueño de los autos es un escultor empobrecido de 95 años, llamado August Thomassen, que incluso hizo un busto del fundador de la marca, Ettore Bugatti, que se puede ver en el Museo Nacional del Automóvil en Mulhouse, Francia.
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Bugatti Type 40 de 1929[/caption]
Thomassen, un gran entusiasta de la marca, compró los autos a fines de los años 50 y principios de los 70. "Mi padre estaba enamorado de ellos, la combinación de tecnología y forma... El motor le sonaba como música", señala la hija del artista a De Telegraaf.
Ese lazo sentimental se fue fortaleciendo con los años incluso cuando el trío se volvió una carga para la familia, ya que el trabajo de escultor de Thomassen no era muy estable, pero él se rehusaba a deshacerse de ellos
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Bugatti type 49 Saloon 2/4 de 1932[/caption]
"Regularmente teníamos entusiastas en la puerta que querían comprar los autos, pero mi padre siempre se negó a venderlos. A pesar de que apenas teníamos dinero como familia, puedes decir con seguridad que éramos pobres", dice la hija.
La familia no disponía de la plata suficiente para asegurar los autos o para mantenerlos, por lo que fueron guardados y el padre -por razones de seguridad- dio estrictas instrucciones de negar que los autos estuvieran allí.
"En cierto momento tuvimos que decir que ya no los teníamos", señala. De esta manera los Bugatti se convirtieron en un secreto familiar que se mantuvo por décadas.
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Bugatti Type 57 Cabriolet de 1937[/caption]
Sin embargo, en los últimos años temían que la leyenda de los tres valiosos autos escondidos se esparciera y llegara a oídos de ladrones, por lo que vivían con un miedo constante de que alguien los descubriera y se los robara.
Finalmente en noviembre del año pasado la situación hartó la paciencia de la familia, el viejo cobertizo donde se guardaban los tres autos colapsó, dejando a la vista el tesoro familiar. Ya era hora de que los Bugatti partieran, por lo que tomaron la decisión de buscar casas de remates que les ayudaran con la venta.
Una de las hijas de Thomassen fue a París a buscar interesados y lo que encontró la sorprendió. "Se pusieron histéricos, luchaban por ser los dueños de los Bugatti".
La familia finalmente optó por Artcurial, que los pondrá bajo el martillo al mejor postor el 8 de febrero en el evento automovilístico Rétromobile, donde se estima que el anciano artista reciba una cifra estimada de 1 millón de euros por los tres autos y un Citroën 5 HP Cabriolet de 1925 que también se encontraba en el garaje.