El pasado 9 de abril, Felipe de Edimburgo, marido de Isabel II, falleció a los 99 años. El príncipe, eso sí, al cual le faltaron solo dos meses para cumplir el siglo de vida, llevaba un tiempo alistando los preparativos de su funeral.
Tanto así, que participó en el diseño del Land Rover Defender que lo trasladará hasta su última morada, en los jardines Frogmore del castillo de Windsor, durante su cortejo fúnebre previsto para el próximo sábado 17 de abril.
Concretamente, se trata de un ejemplar llamado Defender 130 Gun Bus, el cual fue entregado en 2016 a la familia real británica y que en los próximos días se empleará según los deseos del duque.
Según The Drive, el modelo en cuestión fue modificado por Foley Specialist Vehicles (FSV), una compañía especializada en la personalización Land Rover desde el año 1966. Está construido sobre un chasis galvanizado y dispone de un módulo trasero hecho a mano, todo pintado en un color verde de aspecto militar.
Este Defender fúnebre supone un homenaje a Felipe de Edimburgo, siempre interesado por el diseño y la ingeniería automovilística, principalmente de las marcas británicas y más aun en Land Rover.
El Gun Bus que transportará el cuerpo del duque será adornado con el estandarte personal de Felipe, una corona de flores, además de su gorra y espada navales. Estará flanqueado por miembros de los Royal Marines, así como por otros miembros de distintos regimientos y cuerpos aéreos.
Detrás de este Land Rover se ubicarán su hijo, el príncipe Carlos, y otros miembros de la familia real como sus otros hijos y algunos de sus nietos, que avanzarán a pie.
Sin duda, será un momento muy solemne, en el que Land Rover tendrá mucho protagonismo. Y es que el papel sentimental de la marca británica en el servicio fúnebre siempre formó parte de la Operación Forth Bridge, el nombre en clave que se dio a los planes tras la muerte de Felipe.