La electrificación avanza a pasos agigantados, según el último informe anual de Perspectivas del Vehículo Eléctrico a Largo Plazo de la agencia de investigación de Bloomberg (BNEF), sus números llegarán a las 100 millones de unidades en 2026 y para 2040 a los 700 millones, frente a los 27 millones registrados a principios de este año. ¿Qué significa esto? Aquí te lo detallamos.
Según indica este informe, la electrificación se está tomando la industria automotriz, desde bicitaxis hasta camiones pesados, por lo que se hace necesario integrar nuevas políticas de ayuda para estos vehículos.
Se estima que la venta de estos vehículos en todos sus segmentos alcancen una cifra estratosférica, llegando incluso a los US$8.8 billones en 2030 y los 57 billones en 2050. Ante este escenario, los autos cero emisiones en 2050 llegarían a más de US$88 billones, dice el informe.
Frente a esto, el estudio señala que se hace necesario que los políticos y los participantes de la industria tomen medidas urgentes para mantener el transporte por carretera.
Aleksandra O’Donovan, responsable de vehículos eléctricos de Bloomberg afirmó que “La electrificación directa mediante baterías es la vía más eficiente, rentable y comercialmente disponible para descarbonizar completamente el transporte terrestre. Aún así, es necesario un mayor impulso en áreas como el transporte pesado, la infraestructura de recarga y el suministro de materias primas”.
Es tal la importancia de la investigación, que el informe hace recomendaciones específicas para los gobiernos y la industria dentro de los cuales está en fijar una fecha específica para que no se vendan más vehículos a combustión, algo que si hizo nuestro país.
“Los gobiernos con objetivos de cero emisiones netas a mediados de siglo deberían fijar una fecha de retirada progresiva de las ventas de vehículos nuevos de combustión interna a más tardar en 2035, en todos los segmentos. Estos objetivos deben estar respaldados por leyes y apoyados por medidas políticas concretas con objetivos provisionales”, señaló el estudio.
Otro de los puntos a destacar es que los gobiernos deberían establecer ciertos requisitos y normas para el reciclaje de las baterías de los autos eléctricos y seguir apoyando la investigación en tecnologías de baterías de nueva generación. En ese sentido, es clave la financiación y la agilización de estos procesos.
Las conclusiones de este informe son claras, evidencia la preocupación por el suministro de litio para las baterías, la demanda de petróleo del transporte por carretera está muy cerca de su máximo, las ventas de vehículos de combustión interna alcanzaron su máximo en 2017 y ahora están en declive a largo plazo, se necesitan inversiones en todas las áreas de la cadena de suministro de baterías y los vehículos pequeños siguen siendo mejores que los grandes para los objetivos climáticos
Todos estos puntos son lo que deben considerar los fabricantes de automóviles y las autoridades, por lo que el trabajo que queda por hacer es muchísimo y es responsabilidad de cada uno poder aportar para que exista un cambio importante.