El llamado Pasaporte de Baterías acaba de ser aprobado por la Unión Europea, entrará en vigor y será obligatorio para todos los vehículos eléctricos vendidos en el Viejo Continente a partir del año 2027.
Este documento contará con un número VIN identificativo propio y un QR. En el momento de su escaneado se dará información relativa a múltiples datos sobre la fabricación de la batería, su procedencia, materiales empleados o la salud de la propia batería, entre otras cosas.
La medida adoptada por la Unión Europea busca garantizar unas baterías más sostenibles y que se adapten a sus requerimientos en cuanto al uso de materiales reciclados.
“Muchos fabricantes no conocen su cadena de suministro y, a menudo, los proveedores cambian unas tres o cuatro veces al año, en función de los costos más bajos”, afirmó Ellen Carey, directora de Asuntos Externos de Circulor, responsable de controlar el proceso productivo y de crear este pasaporte.
Entre otras cosas, este pasaporte también dará luz sobre el origen de los materiales, como el cobalto, grafito, litio o el níquel, para velar por la sostenibilidad de su extracción o si se trata de materiales reutilizados.
“Tomamos la información que conocemos sobre ese material y creamos una réplica digital del mismo. ¿Dónde fue minado? ¿Cuál fue su geolocalización? ¿Cuál era su peso? ¿Cuál fue el tiempo transcurrido en términos de procesamiento? Toda esa información recopilada en cada paso del viaje de la piza podrá vincularse a ese número VIN o ese código QR”, apuntó.
No obstante, pese a la transparencia que esto sostiene, no todas las compañías podrán tener acceso a ciertos datos de procedencia o fabricación, ya que el pasaporte también velará por el secreto intelectual de cada empresa.