Anthony Levandowski (no como el jugador polaco, que es con dos W), es un ex ingeniero de Uber y de Google, y en los últimos meses estaba como jamón en un sándwich en el medio de la disputa entre ambas compañías debido a un supuesto robo de secretos comerciales. El martes un tribunal federal de San Francisco lo halló culpable y lo sentenció a 18 meses en la cárcel.
Levandowski se había declarado culpable en marzo del robo de secretos mientras trabaja en Google, por lo que enfrentaba en principio hasta 30 meses tras las rejas. En agosto de 2019 había sido acusado de 33 cargos de robo o intento de robo, que sumaban una condena sobre los 10 años y una multa de US$ 250 mil.
Los hechos se remontan a cuando Levandowski trabajaba en la división de autónomos de Google, Waymo. Desde ahí extrajo información confidencial para llevarla a Uber en 2016. Un año más tarde, cuando el gigante Google lo demandó, en Uber cortaron por lo sano y pusieron fin a su vínculo contractual. La acusación decía que el ex trabajador de ambas firmas habría robado más de 14 mil archivos relacionados con investigación y tecnología de Waymo. De todos modos, Levandowski solo admitió haber extraído una hoja de cálculo que tenía info sobre el progreso de los vehículos autónomos de Waymo.
Las cosas terminaron saliéndole muy mal a este hombre, puesto que ahora debe pagar US$ 750 mil de restitución a Google, abonar US$ 95 mil de multa y, adicionalmente, el tribunal estableció el pago de US$ 179 millones por incumplimiento de contrato (con Google, no el que mañosamente se alistaba a firmar con Uber).
Ahora, según reporta Motor Authority, Levandowski se mueve para demandar a Uber por pagos que nunca se concretaron. Fue por lana y salió pelado.