A veces cuando una idea ajena resulta tan buena, no queda más que plegarse a ella y comenzar a construir siguiendo aquellas pautas. Es lo seguramente -y no sin poca humildad- debió hacer Renault ante el éxito avasallador de la citroneta en los años 50 (Citroën 2CV), desarrollada por Flaminio Bertoni (el mismo genio detrás del Citroën DS). La marca del rombo desarrolló entonces su propio vehículo asequible y ligero para intentar capitalizar el boom de este tipo de autos que democratizó el uso del automóvil. Nació así el Renault 4, conocido en España como el ‘Cuatro Latas’ y en Chile apodado cariñosamente como ‘Renoleta’, un vehículo fiel y práctico que en 2021 celebra seis décadas. ¿Tuvo éxito? Renault ensambló más de 8 millones de unidades hasta su extinción en 1994. En Chile se fabricó en las ciudades Arica y en Los Andes.

Tras cinco años de desarrollo en climas extremos de Europa, la historia de la Renoleta se inició oficialmente con la presentación ante la prensa francesa el 28 de agosto de 1961. Renault detalla que “el 4 reagrupaba un compendio de soluciones tecnológicas innovadoras, tanto en materia de diseño, como de modularidad, tecnología mecánica y versatilidad dinámica”.

En primer lugar, se trataba de una carrocería liviana montada sobre un chasis tipo plataforma, muy innovador conceptualmente, basado en la excelencia de la simplicidad. Su arquitectura, con 3,6 metros de largo y 1,5 metros de alto, permitía un amplio habitáculo de cinco plazas y transportaba al mismo tiempo un gran volumen de carga de hasta 480 litros. Por añadidura, el asiento trasero era abatible de manera muy rápida y sencilla, con lo que llegaba a ofrecer hasta 1,45 metros cúbicos de espacio disponible. Gracias a la incorporación de un portalón con un gran ángulo de apertura, ofrecía una accesibilidad trasera excepcional, prácticamente inédita en su época, reforzando su carácter eminentemente práctico, modular y versátil.

En segundo lugar, se trataba del primer modelo compacto de Renault, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en proponer motor y tracción delantera, a lo que sea añadía la suspensión independiente en el tren delantero, con todas las ventajas en términos de maniobrabilidad y precisión en la dirección que ello comporta, marcando la vía a futuros modelos de Renault.

La Renoleta proponía otros adelantos mecánicos muy útiles. Por ejemplo, estaba dotado de rótulas estancas, carentes de engrase, lo que incidía en un menor costo de mantenimiento. Otra solución, pionera en su segmento, fue el circuito de refrigeración cerrado y hermético, que incorporaba un líquido especial capaz de soportar las más bajas temperaturas. Ello significaba que ya no hacía falta reponer anticongelante en el líquido del circuito, operación frecuentemente inoportuna y con costo asociado. El único mantenimiento real del vehículo era el cambio de aceite.

Tras su lanzamiento en Francia en 1961, llegó el momento de su introducción en otros mercados. En 1964, tal como detalla el sitio VeoAutos.cl, se ensamblaron las primeras 200 unidades en la ciudad de Arica, las que llegarían a más de mil unidades solo en la temporada 1968 cuando también la Renoleta creció en motor y potencia. A partir de 1970 se inicia su ensamble en la ciudad de Los Andes, la que para 1981 superará las 14 mil unidades. En 1994 salió el último Renault 4 desde la planta de una planta de la compañía del rombo en Eslovenia.

La Renoleta se produjo con carrocería de pasajeros más convencional y también en versión cargo, siendo un vehículo de múltiples aplicaciones. Incluso, en 2019 Renault presentó un conceptual eléctrico basado en la extinta Renoleta. Porque habrán pasado casi tres décadas desde su salida de producción, pero el cariño que todos le profesan no se extingue... ¡Feliz cumpleaños, Renoleta!