No fue en la primera, ni en la segunda, ni tampoco en la tercera, sino en la cuarta temporada de MasterChef cuando por fin debutó entre el jurado una mujer. Y lo hizo a lo grande, sin titubeos y con talento de sobra. Fue entonces que empezamos a escuchar más seguido por acá el nombre de Fernanda Fuentes (36), tanto así que hoy se dice que fue la gran ganadora de la temporada pasada del espacio de cocina.

Reconoce que se siente muy cómoda frente a las cámaras. Sobre todo, porque se le olvidan y puede ser ella, tranquilamente. “Si me dan ganas de reír, río, y si quiero llorar, lloro”.

Un carácter fuerte, decidido y sincero, que no pasa desapercibido. Es parte del sello de esta chef chilena, oriunda de Quilpué, pero radicada hace casi nueve años en Tenerife, España. Allá está su familia, allá está NUB, el restaurante que administra con su esposo y también chef, el italiano Andrea Bernardi, y que propone un viaje sensorial a los orígenes gastronómicos de sus creadores.

Una propuesta sugerente, donde la aparente sencillez de sus platos envuelve una complejidad técnica llena de matices y sensibilidad. Algo que han sabido apreciar sus comensales, pero también, ciertamente, la crítica especializada. A tal nivel, que hoy NUB luce en su entrada una de las distinciones más importantes del mundo gastronómico, una anhelada estrella Michelin.

“Fue hace tres años ya, estábamos en la gala del premio cuando nos nombraron. Es una emoción hermosa, que cada vez que la revivo, hace que me sienta orgullosa del trabajo que llevamos haciendo por más de cuatro años y que nos ha permitido mantener el premio hasta hoy”, cuenta Fernanda, a través del teléfono y desde el confinamiento en su hogar.

¿Cómo estás llevando este tiempo en cuarentena?

En lo personal, estoy muy tranquila, creo que esta crisis se debe afrontar con calma y cabeza, pensando en cómo será el regreso a la vida normal, aunque está claro que de normal no tendrá nada. Estamos bien, cocinando y aprovechando de disfrutar este tiempo que no habíamos tenido como familia en muchos años.

Son tiempos difíciles para todos y en especial para el rubro gastronómico, el cual hoy se ve imposibilitado de abrir sus puertas a público. En ese sentido, ¿cómo están afrontando la crisis en tu restaurante?

Claramente, es algo que nos afecta muchísimo, pero lo importante es que hemos creado un equipo maravilloso, el cual está esperando con muchas ganas volver a trabajar. Hasta ahora vivimos en un momento de reflexión, que sirve para valorar aún más a nuestros clientes, colaboradores y equipo.

Hablabas de cocinar en familia, la actividad por excelencia por estos días. ¿Qué opinas de ello?

Lo encuentro espectacular, la cocina y la mesa unen, conversaciones maravillosas suceden en torno a ellas. Cocinar es amar y hoy más que nunca debemos unirnos y amarnos, así que qué mejor que hacerlo de esta manera.

Hay que reconocer sí, que hoy existe mucha ansiedad en torno a la comida…

Es cierto, hay momentos de mucha ansiedad ante la incertidumbre de lo que estamos viviendo, por lo que es fácil caer en tentaciones y comer mal. Por lo mismo, hay que intentar comer lo más sano posible y controlar lo dulce. No prohibir, pero sí medir la cantidad que se ingiere. Más vegetales y menos grasas. Y ahora que hay tiempo también, aprovechar para establecer buenos horarios para comer.

¿Qué otras pautas o conductas recomiendas seguir en casa?

Nosotros hemos hecho algo que es hasta entretenido y que es planificar los menús, así realizamos una compra responsable y no nos exponemos a ir innecesariamente de compras, o bien, a comprar cosas que no vamos a utilizar.

Por otro lado, hay que reforzar el sistema inmune y para ello aumentar el consumo de lácteos, pescado azul, palta y frutos secos. Ayudan muchísimo a aumentar la resistencia a las infecciones y, además, nos proveen de vitamina D, fundamental para el sistema nervioso.

En casa, hacemos snacks de frutos secos en bolsitas para cada uno, así no nos comemos todo de una vez. Y para beber, nos hacemos unas aguas saborizadas con pepino, jengibre y cúrcuma.

¿Cuál es tu agua o infusión favorita?

En Colombia, aprendí a preparar una aromática de frutas, que es maravillosa para beber en cualquier momento del día. Contiene todo tipo de frutas (guayaba, mandarina, manzana y piña) y panela (endulzante natural). Se hierve el agua con las frutas y la panela, se apaga y se deja reposar. Y listo para tomar. ¡Esto no puede faltar en mi casa!

Y tu plato favorito...

Depende del país. En Chile amo comer cazuela, en mi casa prefiero una buena pasta preparada por mi marido, y de Tenerife amo las papas, las costillas y el millo (choclo).

Y tu menú perfecto...

El último que haya comido con alguien que quiero.

Todo puede pasar

Cuando Fernanda terminó el colegio, a los 18 años, decidió que quería estudiar gastronomía, lo que no dejó indiferentes a sus padres, pues hasta entonces ella quería ser periodista. Cuenta que siempre le llamó la atención la carrera, porque le gustaba hablar, escuchar, comunicar, pero que se enamoró de la cocina y entendió que también podía investigar, leer y transmitir a través de la comida.

Fue así como comenzó a forjar su carrera, primero en Chile y, más tarde, a miles de kilómetros de acá. Y tal como la distancia, sus metas cada día fueron mayores, teniendo que sortear no pocas dificultades para hacerse un nombre en el exigente mundo de la gastronomía. Uno que, además, históricamente ha estado dominado por hombres en las grandes ligas.

¿Qué opinas de la mayor presencia masculina por sobre la femenina en la alta cocina?

Las mujeres somos mayoría en la cocina, siempre lo he dicho, diferente es que destaquen algunas más que otras, por la falta de visibilidad y espacio. Por otro lado, hay que aprender que un plato de comida no tiene género y hay que valorar más el trabajo antes de que si es mujer u hombre. Deben acabarse los premios a mejor chef femenino o mejor chef masculino. Nosotras mismas debemos seguir luchando por romper esa brecha que se creó separándonos por géneros.

A tu juicio, ¿qué debe tener un cocinero para ser un gran chef?

Debe trabajar y enfocarse en aprender. Ser riguroso, paciente, humilde y capaz de trabajar bajo mucha presión. Pero, por sobre todo, jamás debe creer que lo sabe todo, porque siempre hay alguien que sabe más que uno y siempre hay algo nuevo que aprender.

Y como son las vueltas de la vida, igualmente, terminaste comunicando a través de una pantalla. ¿Cómo fue que te convertiste en la primera mujer jurado de MasterChef?

Entre broma y broma, en mi círculo de amigos me decían que ahora solo me faltaba hacer MasterChef (...). Entonces, me contactó el productor ejecutivo del espacio, quien luego vino a verme a Tenerife para hablarme del proyecto, ver si me interesaba y, obviamente, saber también cómo trabajaba. Me encantó todo, después hablé con mi equipo y tomamos la decisión en conjunto (...). Hoy estoy muy contenta en cómo he podido desenvolverme en el programa, sobre todo porque se me permite ser, no hay pautas, ni libretos, simplemente, soy yo.

Se creía que podías jugar el rol del jurado mano dura, como el de Yann Yvin en otras temporadas. ¿Qué opinas de ello?

Es que yo no tengo por qué ser el reemplazo de nadie, ni hacer el papel de nada. Yo soy Fernanda Fuentes y represento lo que soy en mi vida diaria y en mi cocina. Como te dije anteriormente, se me permite ser, y si quiero bromear lo haré, y luego si tengo que apretar a más de alguno, también lo haré, porque tengo un carácter fuerte.

Respecto de los participantes, ¿cómo ves esta versión de MasterChef Celebrity? ¿Cómo los evalúas?

Lo que más me sorprende es lo rápido que aprenden y que a pesar de no estar en su zona de confort lo están haciendo espectacular. Hay algunos que destacan mucho y sobre todo que tienen mucho sabor para cocinar.

¿Algún favorito?

No tengo favoritos, pero sí ya veo cómo unos van creciendo más que otros.