Un gran amigo -amantes de los autos y para mi un verdadero gurú de la industria- vio una foto mía en mi cuenta personal de Instagram mientras probaba hace algunos días el nuevo Ford Mustang Mach 1. Al parecer, algo en mi sonrisa dejaba claro que indiferente no me era el test de la semana para MT y me escribió un Whatsapp, que dio en el clavo con lo que me había pasado con esta edición limitada del clásico muscle car de Ford…
Pero vamos por parte. ¿Qué es este Mustang Mach 1?
En palabras simples, es una versión que se encuentra a medio camino entre la variante GT y Shelby, y que tiene una partida limitada (en tiempo y unidades, aunque la marca nunca detalló ni por cuánto tiempo ni cuántas serían). La primera vez que Mustang estrenó la denominación Mach 1 fue en 1969, para luego dar vida a nuevas ediciones en 1971, 1974, 2007 y la de ahora, por cierto. La idea de la marca del óvalo es poder entregar a los exigentes usuarios de este deportivo una versión con más personalidad y para ello trabajo en algunos puntos estéticos y mecánicos.
Si comenzamos de afuera hacia adentro, las diferencias con su hermano GT no se hacen esperar. Hay una nueva parrilla delantera, con unos falsos focos auxiliares, tomas de aire, un faldón delantero y un difusor trasero muy llamativos, cuatro grandes salidas de escape, franjas decorativas en el capó y en los laterales. Si bien pareciera que solo son un tema estético, esas pequeñas modificaciones le permiten a esta variante Mach 1 mejorar en un 22% la carga aerodinámica, algo no menor para un modelo que busca ser un deportivo y llevarte a la gloria con su performance, lo cual pudimos constatar luego de ciento de kilómetros.
El color rojo testeado y con la insignia de caballo salvaje en el frontis -al igual que todos los Mustang y que representa al caballo salvaje del país norteamericano-, predominan en este Mach 1, que lo hacen ver más atractivo que la variante normal, que ya es llamativa, y no son pocos quienes lo miran al estar detenido en un semáforo o en un estacionamiento.
En el interior, las diferencias son menores, más allá del pomo de la palanca de cambio y la placa puesta en el tablero frente al copiloto que indica el número de chasis de la unidad, no hay mucho más que lo diferencie con su hermano GT.
Sí podemos apreciar el cuadro de instrumentos Dark Spindrift con detalles en aluminio, los asientos negros de cuero y despunte blanco. Para mi gusto, hay demasiados botones de distintos tamaños y formas ya sea en la consola central como en el volante. Y si bien no es complejo acostumbrarse a ellos, tanta mezcla no es de mi real agrado.
La amplia apertura de las puertas y lo bajo del vehículo, podría hacer incómodo el ingreso a éste, pero sólo se necesita tener la elasticidad necesaria para cerrar la puerta y no sufrir una lesión en la espalda. Las butacas delanteras son cómodas y con una sujeción lateral normal; la posición de manejo se logra a la perfección gracias a los múltiples ajustes del asiento y del volante (ambos regulables en altura y profundidad) y contrario a lo que uno podría creer, hay una correcta visibilidad para todos los lados del vehículo, sobre todo hacia atrás, a pesar de la caída de la luneta trasera debido a su diseño de coupé fastback.
En la consola central destaca la pantalla de 12,3′' que incorpora el sistema de infoentretenimiento de Ford Sync3, pero tal como en otros modelos de la firma del óvalo, los colores utilizados (azul y blanco) e íconos me parecen un poco anticuado, aunque eso no afecte su funcionamiento, que es al final lo que importa, ya que para acceder a cada uno de los ítems del menú es fácil y rápido. Sí se extraña en estos tiempos que no tenga un cargador inalámbrico, pero imagino que todo debe ser por mantener de alguna forma ese aire a modelo sesentero, sin caer en los excesos de tecnología del año 2021.
Y dentro de esa tónica de mantener algunos elementos icónicos está justamente el freno de mano, con palanca al lado del pomo, que para muchos podría ser un sacrilegio en esta década y muchos optarían por el botón de freno electrónico o, incluso, de pedal, pero para mi le da el toque justo de autenticidad para un modelo que busca rescatar la esencia de este muscle car.
Otro dato. Los asientos posteriores (recordemos que tiene una configuración 2+2) son claramente para ser utilizados más por personas pequeñas en tramos cortos, que para que viaje una familia. Por eso mismo el acceso a ellas no son tan simple, y si bien tienen una palanca en la parte posterior del apoyacabezas del piloto y copiloto, no es tan amigable para accionar.
Es que el dejémonos de cosas, este Mach 1 está hecho para que lo disfrute al ciento por ciento el que va de piloto. El resto, como pueda, si es que puede.
Dentro del equipamiento, la marca lo dota de elementos que se agradecen para el día a día, como el sensor de presión de neumáticos, asistente de precolisión con detección de peatones, asistente de cambio de carril, y sistema de punto ciego. En desempeño, la electrónica se hace presente con cinco modos de conducción: sport, nieve, lluvia, normal, pista y pista de carrera, que cambian el feedback de la dirección, que a su vez tiene tres asistencias: confort, deportiva y estándar. También se modifica el sonido del motor, respuesta de acelerador, dureza de los amortiguadores y actuar del control de estabilidad.
Para quienes les preocupa el maletero, la verdad es que es bastante amplio y sobra espacio si queremos tener una arrancada por el fin de semana.
Cambios que se sienten
Si bien los cambios estéticos es algo que lo pueden ver y reconocer a simple vista los amantes y conocedores de este vehículo, lo que realmente cambió es lo que no se ve y que se encuentra bajo el capó.
Ahí encontramos el corazón de este Mach 1, un motor V8 de 5.0 litros que ahora llega a 480 caballos de fuerza (10 más que en la versión GT) y un par de 529 Nm. La versión que se comercializa en Chile viene acoplada a una transmisión automática de 10 velocidades por convertidor de par que recibió una configuración específica para esta edición, aunque creo que habría sido más entretenida la mecánica de seis marchas que se comercializa en algunos países y sería más ad hoc a lo que quiere transmitir este modelo.
Otro de los cambios mecánicos es que el Mach1 viene con nuevos radiadores para el aceite el motor y refrigeración para el eje trasero, mientras que la suspensión Magna Ride controlada electrónicamente, con muelles más rígidos y firmes que en la variante GT.
En la ruta
Tuvimos la posibilidad de probarlo por cientos de kilómetros, tratando de disfrutarlo en condiciones reales y seguras que es donde, normalmente, se moverá este Mach1.
Al solo encender este muscle car podemos dilucidar lo que vendrá para nosotros: entretención y una relación que sólo podrá ir creciendo a medida que lo manejemos.
Este Mustang no pone fácil las cosas al conductor, pues es como de esos amigos brutos que uno tiene en la vida y que no saben controlar la fuerza de un abrazo, pero sabes que siempre podrás contar con ellos. A diferencia de los deportivos europeos, claramente es más torpe y robusto, no deja nada adentro y sin filtro saca a relucir todo su potencial en un abrir y cerrar de ojos.
Así nos subimos, durante cinco días a este rojo deportivo, donde la confianza fue creciendo y fue la base para poder disfrutarlo... ¿Hay que tener muñeca para saber llevarlo? Sí, claramente se necesita tener un ápice de conocimiento de cómo conducir un deportivo de tracción trasera y 480 caballos.
Desde la salida en cero sus reacciones son instantáneas y lo pueden sorprender a uno si no está lo suficientemente concentrado. Ya dije que hay que tener muñeca y eso va desde el minuto cero, pero es cosa de acostumbrarse a esa intensidad del motor que quiere salir rápido y explosivamente. Es que este V8 está más que vivo y quiere demostrarlo en cada accionar y siempre te incitará a que lo acaricies otro poco para llevarte entregarte más diversión. Lo incómodo de todo esto, es que cuando se va por la ciudad con alto tráfico, se tiende a ir a tirones si no has dominado a este caballo que tiende siempre a ser un poco desbocado…
La transmisión automática está bien sincronizada con este Mustang Mach 1. Es suave y rápida en sus cambios de marcha, ya sean hacia arriba o cuando deseamos rebajar, incluso, hasta tres velocidades de forma instantánea. Eso, ayudado de las levas al volante, compensa en algo las ganas de haberlo testeado con la caja manual.
Curiosamente y en contraparte a la gran respuesta del motor y la transmisión, tenemos la dirección, bastante más lenta y con menos tacto de lo que habría esperado, dejando de lado algo crucial para un auto deportivo que es, justamente, el traspaso de información certera al conductor. ¿Y con los modos de manejo? No hubo caso. Es que sin importar el ajuste de manejo que elijamos logramos esa compenetración que hubiese esperado… bueno, sí, mejora un poco cuando seleccionamos los modos deportivos -hay que estar bien atentos para darse cuenta porque la verdad las mejoras son mínimas-, pero creo que se queda corto para aquel que busca una mayor conexión con el vehículo.
Hay que reconocer que hay que ser valiente para andar con un deportivo en ciudad. Entre el estado del pavimento, los lomos de toro y el tipo de neumáticos, siempre el mayor miedo que me da es que mi pobre espalda sufra las consecuencias. Pero vaya sorpresa que me llevé, ya que la suspensión es firme pero no golpea, ofreciendo una comodidad más que razonable para el tipo de vehículo que estamos testeando, sin importar en el modo en que lo tengamos.
Cuando lo llevamos a autopista, con un asfalto más pulido, hay que saber calibrar bien el acelerador y la electrónica con la que cuenta siempre entrega un margen para poder disfrutar el carácter de este clásico moderno, botando ligeramente la parte trasera, algo a lo que te acostumbras rápidamente y que puedes, sin problema, disfrutar con seguridad y con un alto y buen desempeño, haciéndolo muy manejable y efectivo en la conducción, con ese plus de deportividad para el cual fue creado.
Y es Ford sabe bien cómo trabajar y poner a punto su línea de vehículos de alta performance y esta no es la excepción. El Mustang Mach 1 lleva una barra estabilizadora exclusiva en la parte trasera que lo hace ir extremadamente extremadamente bien plantado. Y por más que uno trate de botar la cola, va siempre muy noble y bien pegado al piso, sin permitirte salirte de lo que andas buscando. Puede ser una mecánica tosca para muchos, pero el que lo sabe llevar lo puede disfrutar, sin lugar a dudas.
Si de frenar se trata a este bólido, los frenos Brembo con pinzas de seis pistones -y que son visibles- lo detienen sin problema, con buena precisión.
Para lo más fans puede que le falte algún detalle, pero lo que más me gusta de esta versión es que no solamente tiene un look diferente, sino que se posiciona uno, o dos, peldaños por encima del GT, entregándolo un sabor distinto y más sabroso. Y por precio, accedemos a un auto de alto performance, con un nivel de desempeño superior.
Las comparaciones siempre son odiosas y volviendo al mensaje de mi amigo, mi sensibilidad italiana, imagino adquirida y heredada no solo por la sangre sino por mi cercanía y al estudio de su cultura, hacen que me sea imposible contrastar este ícono norteamericano con el alma de un producto de la península itálica, pero sí estoy segura que en gustos no hay nada escrito y que este Mustang Mach 1, nos guste o no, es en sí un objeto de deseo.
Ficha Técnica | Ford Mustang Mach 1 |
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Motor: | V8 5.0 litros |
Potencia: | 480 Hp a 7.000 rpm |
Torque: | 529 Nm a 4.600 rpm |
Caja: | AT 10 vel. |
Largo x ancho x alto: | 4.797 mm x 1.916 mm x 1.382 mm |
Tracción: | trasera |
Peso: | 1.861 kg |
Maletero: | 408 litros |
0-100 km/h: | 4,4 segundos |
Precio: | $ 45.000.000 |