Una drástica medida que busca proteger la industria local se anunció en Francia. El país galo busca potenciar la industria automotriz propia y desde el 15 de diciembre dejó de entregar aportes estatales a la compra de los vehículos eléctricos construidos fuera de Europa.
Con esta medida se busca poner freno al crecimiento, principalmente, de los autos de origen chino. Pero no solamente de marcas chinas, sino también de firmas occidentales que importen sus vehículos desde el gigante asiático.
Como contexto, entre enero y noviembre de este años se vendieron en Francia poco más de 260.000 autos eléctricos nuevos.
En ese total participan 40 marcas, que ofrecen más de 100 modelos cero emisiones. De ellos, 61 vehículos podían acogerse a las ayudas estatales, lo que es de 5.000 euros para modelos que tengan un precio de hasta 47 mil euros.
Este “descuento” claramente marcaba tendencia, puesto que esos modelos comprados con ayudas fueron el 93% del mercado de autos eléctricos en 2023. Y de esos 61 autos con beneficios, 21 ya no podrán acogerse al beneficio, el 30% del mercado.
Para poder justificar la medida y que no se vea como una acción arbitraria que afectará a ese 30% del mercado de los autos eléctricos en Francia -serán 21 modelos de los cuales solo el Kia e-Niro no llega desde China- se modificó la normativa y las ayudas a la compra ya no dependerán exclusivamente del CO₂ emitido en el uso (0 g/km), el peso (2,4 t como máximo) y el precio (menos de 47.000 euros). Ahora, también se sumará a la ecuación medioambiental una cifra determinada por el CO₂ emitido durante la producción y el transporte del vehículo al lugar de venta.
Ganadores y perdedores
La nueva medida del gobierno francés hizo que ejemplares de fabricantes como BYD, MG y Aiways quedaron fuera del plan de ayudas, a los cuales se suman vehículos como el Tesla Model 3, debido a que llega desde la fábrica en Shánghai.
Misma situación ocurrirá con el Dacia Spring, el auto eléctrico más barato de Europa, pero que al construirse en China quedará eliminado de los beneficios, tal como el MG4, el tercer eléctrico más vendido en Francia y con otros modelos de marcas tradicionales, como el Ford Mustang Mach-E de, los Kia e-Niro y e-Soul, fabricados en Corea del Sur, además de los eléctricos de Nissan, Toyota, Lexus y Subaru fabricados en Japón.
Entre los que mantendrán el apoyo se encuentran el Hyundai Kona EV ya que se fabrica en la República Checa. También se salvará el Mazda MX-30 eléctrico, que llega desde Hiroshima (Japón), pero en la nueva ecuación logra quedar bajo el umbral por las contenidas emisiones de su pequeña batería de 35,5 kWh.
En la otra vereda estará, por ejemplo, el Citroën ë-C3, que se convertirá en el auto eléctrico más barato del mercado galo, a un valor de 18.300 euros (unos $17,3 millones). El Dacia Spring ahora supera los 20.000 euros (poco menos de $ 19 millones).
Con esto, habrá que esperar qué ocurre con el resto de los países en Europa, si es que se replica la medida y se hace extensivo el proteccionismo o si dejan que el mercado sea el que regule la demanda.